¿Estás resfriado o con gripe? Cuidado de no contagiar a tu perro

También podemos contagiarles otras enfermedades como la tuberculosis, infecciones bacterianas y parásitos.

Feb 3, 2025 - 08:31
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¿Estás resfriado o con gripe? Cuidado de no contagiar a tu perro

Los gripes, resfriados y otras afecciones respiratorias están a la orden del día. La caída de las temperaturas ha traído consigo una ola de contagios que está poniendo a prueba, una vez más, el sistema sanitario español. No obstante, las personas no son las únicas expuestas a este tipo de patologías, ¿sabías que podemos contagiar a nuestros perros estas enfermedades?

En esta época es habitual que nuestros compañeros de cuatro patas presenten síntomas como estornudos o tos, típicas de los resfriados y gripes que, aunque no mucha gente lo sabe, se lo podemos contagiar las personas, así como otras enfermedades.

Adelaida Gómez, experta veterinaria de Clinicanimal, explica que aunque estas zoonosis inversas o antroponosis (que es como se las conoce) son poco frecuentes y se dan menos que las zoonosis que los animales pueden transmitirnos a nosotros, es importante conocerlas.

"Entre las principales enfermedades que podemos transmitirles se encuentran la gripe y resfriados comunes, la tuberculosis humana, las infecciones bacterianas y fúngicas y, aunque no son enfermedades como tal, los parásitos externos", enumera la experta.

Enfermedades que podemos contagiar a los perros

Sobre la gripe y el resfriado, Gómez explica que "aunque los perros no suelen contraer el mismo virus que afecta a los humanos, algunos patógenos como el influenza pueden adaptarse y provocar síntomas respiratorios en nuestros animales de compañía".

"Aunque no suelen ser enfermedades graves, en algunos casos, un virus como el de la gripe puede desencadenar neumonía o inflamación severa de las vías respiratorias en perros con sistemas inmunológicos debilitados", advierte.

En cuanto a la tuberculosis humana (Mycobacterium tuberculosis), Gómez explica que, aunque es raro, "el contacto prolongado con una persona infectada puede transmitir esta enfermedad a los perros".

"La tuberculosis puede llegar a provocar en los perros síntomas graves como letargo, pérdida de peso, dificultad respiratoria o fiebre persistente", agrega. "Esta enfermedad requiere un diagnóstico temprano y tratamiento especializado".

El sistema inmunológico de los perros es diferente al nuestro, por lo que no todas las enfermedades humanas son transmisibles

Sobre las infecciones bacterianas y fúngicas, Gómez cuenta que "la Salmonella o Staphylococcus aureus (incluido el tipo resistente a los antibióticos) y ciertos hongos como Candida pueden transmitirse a través del contacto directo".

"En este caso, sería peligroso si le contagiamos una de estas bacterias resistentes, ya que pueden causar abscesos, infecciones en heridas o problemas en la piel que, si no se controlan, podrían complicarse", advierte la veterinaria.

Por último, sobre el contagio de parásitos externos, Gómez explica que algunos como los piojos o los ácaros, que en principio solo afectan a los humanos, "podrían adaptarse temporalmente a un perro en casos específicos".

"En cualquier caso, es importante destacar que el sistema inmunológico de los perros es diferente al nuestro, por lo que no todas las enfermedades humanas son transmisibles", añade la veterinaria. "Sin embargo, conocer estas excepciones nos ayuda a prevenir posibles problemas".

Contagio y sintomatología

No obstante, para que nuestros compañeros de cuatro patas padezcan alguna de estas enfermedades debe producirse antes un contagio. Pero, ¿cómo podemos transmitirles estos virus y patologías? "El contagio se da a través de distintas vías", asegura Gómez.

"Por contacto directo, al acariciar o estar cerca del perro mientras estamos enfermos, especialmente si tosemos, estornudamos o tenemos heridas infectadas, patógenos presentes en nuestra saliva, mucosidad o sudor pueden llegar a nuestro perro", detalla.

En este sentido, la experta en salud animal cuenta que, por ejemplo, al toser, las gotas que expulsamos pueden contener bacterias o virus que se depositan en el pelaje o las mucosas del animal. "También si el perro nos lame accidentalmente una herida, nos lame la cara o las manos cuando estamos enfermos", agrega.

No obstante, el contagio también se puede dar de otras formas, como a través de objetos contaminados. "Si utilizamos utensilios o dejamos al alcance de perro pañuelos, toallas u objetos personales con secreciones, estos pueden ser una fuente de transmisión", comenta.

Cada perro es diferente y puede reaccionar de manera distinta a la misma enfermedad

"También a través de una exposición prolongada, en el caso de las enfermedades bacterianas como la tuberculosis, una convivencia estrecha con un humano enfermo puede exponer al perro a niveles más altos del agente infeccioso", ejemplifica la veterinaria.

Además, Gómez recuerda que, aunque las probabilidades de transmisión sean bajas, éstas aumentan si el sistema inmunológico del perro está debilitado. "Ya sea por edad, enfermedades previas o un estado de salud comprometido", advierte.

"Es fundamental recordar que cada perro es diferente y puede reaccionar de manera distinta a la misma enfermedad", explica. "Por ello, el impacto dependerá de factores como su edad, raza, estado de salud general y el tiempo que pase expuesto al patógeno".

En este sentido, la veterinaria considera crucial observar cualquier cambio en el comportamiento o la salud de nuestro perro si sospechamos que le hemos transmitido una enfermedad. "Entre los síntomas más habituales se incluyen el letargo o falta de energía, la pérdida de apetito, la tos, estornudos o dificultad y la fiebre", enumera.

"También debemos alertarnos si vemos heridas que no cicatrizan, alguna inflamación inusual en la piel o la pérdida de peso inexplicada o diarrea persistente", agrega. "Todos estos síntomas son comunes a muchas enfermedades, por lo que no siempre indican que el origen es humano".

En cualquier caso, como responsables de nuestros animales de compañía, debemos actuar siempre con prevención y, por ello, si estamos enfermos, debemos limitar el contacto cercano con nuestro perro y mantener una buena higiene, como lavarnos las manos antes de tocarlos o de manipular sus alimentos.

"En caso de duda o si notamos cualquier síntoma inusual, el veterinario será siempre nuestro mejor aliado para proteger la salud de nuestros amigos de cuatro patas", concluye Gómez.