Cómo actuar ante la llegada de focas a las costas españolas: claves para la protección de pinnípedos
Los temporales invernales suelen arrastrar animales con las corrientes marinas, que acaban en nuestras costas.
Cada año, las costas españolas reciben la visita de numerosos animales marinos, algunos vivos y otros sin vida, en lo que se conoce como varamientos. El término 'varamiento' se utiliza para describir la llegada a tierra de un animal marino, ya sea de forma accidental o por incapacidad del animal para volver al agua. En el caso de cetáceos (ballenas, delfines y marsopas), se considera un varamiento cuando el animal está muerto o vivo, pero incapaz de retornar al mar. Para los pinnípedos, como focas y leones marinos, el criterio es diferente: dado que estos animales utilizan las playas como lugares de descanso, se requiere una evaluación profesional para determinar si el animal realmente necesita ayuda.
En los últimos meses, España ha registrado varios episodios de llegada de focas grises a sus costas, especialmente en el litoral cantábrico y el andaluz. Desde diciembre de 2024, un ejemplar ha sido avistado en Punta Umbría, Huelva, y anteriormente se detectaron otros en el País Vasco y Asturias. Estos episodios, aunque llamativos para la población general, no son tan inusuales durante el invierno, cuando las focas juveniles se desplazan tras ser destetadas, quedando a merced de las corrientes. Sin embargo, la reacción del público ante estos eventos sigue siendo preocupante.
¿Por qué llegan los animales marinos a las costas?
Los varamientos pueden producirse por múltiples causas, que varían según la especie y las condiciones ambientales.
- Desorientación: Los pinnípedos juveniles, al independizarse, pueden perderse y acabar en costas alejadas de sus hábitats habituales.
- Fatiga extrema: Animales cansados tras largos desplazamientos, especialmente durante los temporales invernales.
- Enfermedades y lesiones: Infecciones virales o bacterianas, parasitismos, heridas por colisiones con embarcaciones o enredos con redes de pesca.
- Contaminación marina: Plásticos, basura y productos químicos pueden afectar la salud de los animales y hacer que varen.
- Factores climáticos y corrientes: Temporales o cambios en las corrientes marinas pueden arrastrar animales hasta la costa.
En muchas ocasiones, los animales llegan a tierra simplemente para descansar, sin que ello implique que estén heridos o necesiten intervención humana.
El problema de una intervención humana inadecuada
El desconocimiento sobre el comportamiento de las focas y la influencia de las redes sociales han creado una peligrosa percepción de estos animales como 'peluches marinos'. Imágenes virales de interacciones cercanas con pinnípedos, a menudo mostradas como divertidas o entrañables, refuerzan la idea errónea de que son inofensivos. Sin embargo, estos animales, especialmente los juveniles, pueden reaccionar de forma agresiva cuando se sienten amenazados o acorralados. Un claro ejemplo fue el ocurrido en diciembre de 2023 en Lekeitio y recogido por el periodista Ibon Pérez donde una foca gris fue rodeada por curiosos, algunos de los cuales intentaron hacerse selfies a escasa distancia del animal, exponiéndose a ser mordidos.
El veterinario y divulgador especializado Eugenio Fernández Suárez, conocido en redes sociales como Capithecus, advierte sobre este riesgo: "Las focas pueden parecer inofensivas, pero son animales salvajes con una mordida poderosa y un nivel de estrés elevado cuando se sienten acorraladas. Lo más importante es mantener la distancia y llamar a profesionales capacitados".
¿Qué hacer si hay una foca en la playa?
Las autoridades ambientales insisten en que la colaboración ciudadana es clave para proteger a estos animales. En caso de avistamiento, se recomienda:
- Mantener una distancia mínima de 100 metros y no tocar al animal.
- No ofrecer comida ni agua, ya que estos animales tienen dietas muy específicas y forzarlos a comer puede causarles daño.
- Llamar al 112, que activará a los equipos especializados de rescate de fauna marina.
- Evitar aglomeraciones ya que el estrés causado por grandes grupos de personas puede empeorar la situación.
- Controlar a los perros y no permitir que se acerquen, ya que pueden asustar al animal o incluso resultar heridos.
Diferentes instituciones públicas de comunidades costeras han reiterado en recientes comunicados la importancia de respetar estas pautas. Cabe recordar que cualquier intervención inadecuada con fauna silvestre puede constituir una infracción recogida en el artículo 52.3 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, que establece la prohibición de dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres.
La gestión de los varamientos en España
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) cuenta con un protocolo titulado Observación, Asistencia a Varamientos y Recuperación de Mamíferos y Tortugas Marinas de las Aguas Españolas. Este documento no se actualiza desde mayo del año 2000, lo que dificulta una gestión eficiente y homogénea a nivel nacional, sin embargo sí ha sido actualizado en 2022 el Protocolo nacional de actuación ante varamientos de cetáceos, redactado por la Sociedad Española de Cetáceos (SEC).
Según el informe del año 2000, se registraban alrededor de 574 varamientos anuales en los 6.500 kilómetros de costa española, incluyendo cetáceos, pinnípedos y tortugas marinas. No obstante, asociaciones como la Revista Quercus han reportado cifras significativamente mayores en comunidades como Galicia, donde se registraron más de mil varamientos entre 2022 y 2023.
El protocolo vigente establece que la intervención debe ser coordinada a través del 112 y los cuerpos especializados en fauna marina de cada comunidad autónoma, sin embargo casos recientes en el País Vasco reflejan confusión respecto a qué entidad tiene la competencia de actuación, lo que evidencia la necesidad de una actualización de estas directrices.
Las redes de varamientos en España comenzaron a formarse entre las décadas de 1970 y 1980, impulsadas por la colaboración de diversas instituciones como universidades, centros de investigación, ONG, museos y centros de recuperación de fauna. Aunque hoy en día están presentes en casi todo el territorio nacional, la eficacia de estas redes varía considerablemente, ya que muchas carecen de los recursos necesarios para operar de manera óptima.
Una de las principales necesidades de estas redes es contar con centros de recuperación adecuados y que resultan cruciales para rehabilitar a los animales que llegan en mal estado de salud antes de su reintroducción en el medio marino. Sin un lugar donde recibir atención y tratamiento, la capacidad de respuesta ante varamientos se ve gravemente limitada.
La importancia de la educación y la divulgación
El creciente número de focas que llegan a las costas españolas, especialmente en invierno, pone de manifiesto la necesidad de una mayor sensibilización ciudadana. La divulgación sobre cómo actuar correctamente es importante no solo para proteger a los animales, sino para garantizar la seguridad de las personas.
El mensaje es claro: las focas, aunque carismáticas, son animales salvajes. Observarlas con respeto y desde la distancia es la mejor forma de protegerlas. Como concluye Eugenio Fernández Suárez: "Proteger a un animal no siempre significa intervenir. A veces, el mayor acto de respeto es simplemente dejarlo tranquilo y dar aviso a los profesionales".
Para más información, se puede consultar el protocolo oficial de MITECO del año 2000 haciendo clic aquí.