La población de Corea del Sur está envejeciendo tanto que el país ha abierto un debate: qué es un "viejo" hoy en día
En Corea del Sur diciembre marcó algo más que el cierre de 2024 y el salto a 2025. Allí el cambio de año llegó acompañado de una transición que, aunque esperada, no deja de ser relevante: tras décadas con una tasa de natalidad en negativo, su sociedad se declaró oficialmente "súper envejecida", una etiqueta que revela que el 20% de la población ha rebasado ya los 65 años. En personas, eso se traduce en 10,2 millones sobre un censo total de 51,22. Con semejante datos sobre la mesa, en Seúl cada vez suena con más fuerza una pregunta: ¿Qué es un anciano? ¿A qué edad se alcanza ese estatus? ¿Convendría replanteárselo? "¿A qué edad se es 'anciano'?" La pregunta quizás parece ingenua (o incluso intrascendente), pero ese es el titular con el que hace justo un año The Korea Times, uno de los periódicos más importantes en lengua inglesa publicados en Corea del Sur, encabezaba un amplio reportaje sobre la realidad y los desafíos demográficos que afronta el país. ¿A qué edad puede considerarse una persona "anciana"? ¿Qué implica ser "anciano"? Y sobre todo… en un país con un grave problema de natalidad, envejecido, en el que la esperanza de vida es cada vez mayor y dos de cada diez personas pasan ya de los 65 años… ¿Convendría redefinir los parámetros? ¿Le toca a Seúl replantearse qué es realmente un "anciano"? ¿Qué dicen los datos? Que la etiqueta de sociedad "súper envejecida" que Corea del Sur se ganó en diciembre oculta una realidad mucho más poliédrica y desafiante. A día de hoy alrededor del 20% de los habitantes del país tienen 65 o más años, pero todo indica que ese porcentaje seguirá creciendo y para 2050 más del 40% de la población será ya "mayor". Ese peso creciente de los sexagenarios, septuagenarios y octogenarios en el censo surcoreano se explica por varios factores. Dos, principalmente. El primero es la crisis demográfica que arrastra desde hace tiempo el país. Aunque sus últimos datos son esperanzadores, con el primer repunte de alumbramientos en nueve años en 2024, su tasa de natalidad lleva décadas desplomándose de forma casi ininterrumpida. ¿Y el segundo factor? Es el aumento de la esperanza de vida. Las tablas de Statista muestran que los bebés que nacen hoy en Corea del Sur vivirán de media entre 81 y 87 años, dependiendo de si son niños o niñas. En 1980 ninguno de esos indicadores llegaba a los 70 años y las proyecciones muestran que en 2100 ambos rebasarán los 90. Son solo eso, medias, estadística y cálculos a futuro, pero resultan elocuentes. ¿Por qué es un problema? Porque esas cifras reflejan mucho más que una simple curiosidad demográfica. Un país envejecido, con cada vez más ancianos retirados y menos jóvenes en edad de trabajar, deriva en una serie de desafíos a los que España no es ajena. Tampoco Seúl. Ese desequilibrio afecta directamente al sistema de pensiones básicas del que disfrutan los mayores de 65 años del país y abre un debate que va más allá de cómo mantener su arquitectura financiera. "Hay personas jóvenes que ganan menos que los ancianos que reciben pensiones básicas. Imponerles impuestos para financiar las pensiones de los mayores plantea inevitablemente problemas de equidad", reconoce el profesor Kim Woo-chang a The Korea Times. "El sistema debe reformarse gradualmente para limitar los pagos a los mayores que viven por debajo del umbral de la pobreza". ¿A qué se arriesga el país? Lee Joong-keun lo exponía con claridad en octubre, durante un acto celebrado en la Cámara de Comercio e Industria de Corea, en Seúl: "El número de ciudadanos mayores es ahora de unos 10 millones, pero aumentará a 20 millones en 2050. Excluyendo a los 10 millones de menores, los dos millones restantes (en edad de trabajar) tendrán que mantener a los ancianos". La reflexión es interesante por su contenido, pero sobre todo por quién lo plantea. Lee Joong-keun tiene 83 años y hablaba en calidad de nuevo presidente de la Asociación de personas Mayores de Corea, entidad que incluso ha puesto una propuesta sobre la mesa: elevar progresivamente de 65 a 75 años la edad a partir de la que se puede acceder a las prestaciones sociales de la tercera edad. "Para mantener el número de ciudadanos mayores en alrededor de 12 millones, propongo al Gobierno la idea de aumentar la edad (legal de la vejez) en un año cada diez años", abogó Jonng-keun. ¿Es una idea nueva? La asociación de mayores no es la única que ha tocado el tema. Llega un repaso a la prensa surcoreana, o incluso la internacional, para comprobar que en el país hay varios debates abiertos, todos conectados entre sí: ¿Toca redefinir la edad a partir de la cual una persona se considera "anciana" en una sociedad "súper envejecida"? ¿Se ha quedado desfasada la referencia de 65 años recogida en la ley de bienestar de 1981 y que se usa por ejemplo para ofrecer viajes gratuitos en el metro? Si es así... ¿Dónde situar la nueva edad? ¿En los
En Corea del Sur diciembre marcó algo más que el cierre de 2024 y el salto a 2025. Allí el cambio de año llegó acompañado de una transición que, aunque esperada, no deja de ser relevante: tras décadas con una tasa de natalidad en negativo, su sociedad se declaró oficialmente "súper envejecida", una etiqueta que revela que el 20% de la población ha rebasado ya los 65 años. En personas, eso se traduce en 10,2 millones sobre un censo total de 51,22.
Con semejante datos sobre la mesa, en Seúl cada vez suena con más fuerza una pregunta: ¿Qué es un anciano? ¿A qué edad se alcanza ese estatus? ¿Convendría replanteárselo?
"¿A qué edad se es 'anciano'?" La pregunta quizás parece ingenua (o incluso intrascendente), pero ese es el titular con el que hace justo un año The Korea Times, uno de los periódicos más importantes en lengua inglesa publicados en Corea del Sur, encabezaba un amplio reportaje sobre la realidad y los desafíos demográficos que afronta el país.
¿A qué edad puede considerarse una persona "anciana"? ¿Qué implica ser "anciano"? Y sobre todo… en un país con un grave problema de natalidad, envejecido, en el que la esperanza de vida es cada vez mayor y dos de cada diez personas pasan ya de los 65 años… ¿Convendría redefinir los parámetros? ¿Le toca a Seúl replantearse qué es realmente un "anciano"?
¿Qué dicen los datos? Que la etiqueta de sociedad "súper envejecida" que Corea del Sur se ganó en diciembre oculta una realidad mucho más poliédrica y desafiante. A día de hoy alrededor del 20% de los habitantes del país tienen 65 o más años, pero todo indica que ese porcentaje seguirá creciendo y para 2050 más del 40% de la población será ya "mayor".
Ese peso creciente de los sexagenarios, septuagenarios y octogenarios en el censo surcoreano se explica por varios factores. Dos, principalmente. El primero es la crisis demográfica que arrastra desde hace tiempo el país. Aunque sus últimos datos son esperanzadores, con el primer repunte de alumbramientos en nueve años en 2024, su tasa de natalidad lleva décadas desplomándose de forma casi ininterrumpida.
¿Y el segundo factor? Es el aumento de la esperanza de vida. Las tablas de Statista muestran que los bebés que nacen hoy en Corea del Sur vivirán de media entre 81 y 87 años, dependiendo de si son niños o niñas. En 1980 ninguno de esos indicadores llegaba a los 70 años y las proyecciones muestran que en 2100 ambos rebasarán los 90. Son solo eso, medias, estadística y cálculos a futuro, pero resultan elocuentes.
¿Por qué es un problema? Porque esas cifras reflejan mucho más que una simple curiosidad demográfica. Un país envejecido, con cada vez más ancianos retirados y menos jóvenes en edad de trabajar, deriva en una serie de desafíos a los que España no es ajena. Tampoco Seúl. Ese desequilibrio afecta directamente al sistema de pensiones básicas del que disfrutan los mayores de 65 años del país y abre un debate que va más allá de cómo mantener su arquitectura financiera.
"Hay personas jóvenes que ganan menos que los ancianos que reciben pensiones básicas. Imponerles impuestos para financiar las pensiones de los mayores plantea inevitablemente problemas de equidad", reconoce el profesor Kim Woo-chang a The Korea Times. "El sistema debe reformarse gradualmente para limitar los pagos a los mayores que viven por debajo del umbral de la pobreza".
¿A qué se arriesga el país? Lee Joong-keun lo exponía con claridad en octubre, durante un acto celebrado en la Cámara de Comercio e Industria de Corea, en Seúl: "El número de ciudadanos mayores es ahora de unos 10 millones, pero aumentará a 20 millones en 2050. Excluyendo a los 10 millones de menores, los dos millones restantes (en edad de trabajar) tendrán que mantener a los ancianos".
La reflexión es interesante por su contenido, pero sobre todo por quién lo plantea. Lee Joong-keun tiene 83 años y hablaba en calidad de nuevo presidente de la Asociación de personas Mayores de Corea, entidad que incluso ha puesto una propuesta sobre la mesa: elevar progresivamente de 65 a 75 años la edad a partir de la que se puede acceder a las prestaciones sociales de la tercera edad.
"Para mantener el número de ciudadanos mayores en alrededor de 12 millones, propongo al Gobierno la idea de aumentar la edad (legal de la vejez) en un año cada diez años", abogó Jonng-keun.
¿Es una idea nueva? La asociación de mayores no es la única que ha tocado el tema. Llega un repaso a la prensa surcoreana, o incluso la internacional, para comprobar que en el país hay varios debates abiertos, todos conectados entre sí: ¿Toca redefinir la edad a partir de la cual una persona se considera "anciana" en una sociedad "súper envejecida"? ¿Se ha quedado desfasada la referencia de 65 años recogida en la ley de bienestar de 1981 y que se usa por ejemplo para ofrecer viajes gratuitos en el metro?
Si es así... ¿Dónde situar la nueva edad? ¿En los 70 años, como plantean algunos? ¿Mejor en los 75? ¿Es ese el primer paso para ampliar la edad de jubilación, que se fija ahora en los 60 años? ¿Hay que reformar el sistema de pensiones? ¿Debe seguir el resto del país el ejemplo de algunas organizaciones gubernamentales surcoreanas que han empezado a elevar selectivamente la edad de retiro a 65 años?
¿Son solo propuestas? No. The Korea Times asegura que el Ministerio de Salud y Bienestar ha anunciado que prevé iniciar este año un debate sobre la revisión del umbral de edad para los mayores de 65 años y la Asamblea Nacional maneja ya cálculos de lo que se ahorraría el país si se aumentase a 70 años la edad para optar a pensiones. Incluso hay sindicatos que han pedido al Gobierno que retrase la edad de jubilación, amenazando incluso con huelgas, y el tema se ha abordado durante negociaciones salariales.
Pero… ¿Por qué? Por varias razones. Y no solo por el aumento del capítulo de gastos al que se enfrenta el Estado o los sondeos que revelan que la idea de ampliar la edad a partir de la que puede hablarse de "ancianos" suena razonable a buena parte de la población. El sistema que ofrece a día de hoy Corea de Sur a sus mayores está muy lejos de ser perfecto. Y la mejor prueba es que su tasa de pobreza entre ancianos es una de las más altas si se observan las principales economías, algo que reflejan Forbes o el instituto KDI.
Este último organismo estatal habla de una tasa del 34,8% si se tienen en cuenta los ingresos netos, muy por encima del 11,8% de Alemania, el 10,8% de Estados Unidos o el 9,8% de Reino Unido. Si se valora la renta neta disponible, Corea del Sur registra la mayor tasa de pobreza de la OCDE.
¿Hay más datos? Sí. The Chosun Daily aporta una de las claves que condiciona la economía de los ancianos surcoreanos: la edad de retirada se mantiene en los 60 años, pero quienes se jubilan a esa edad afrontan un período de al menos tres años hasta que perciben su pensión. Suelen empezar a los 63 para los nacidos entre 1961 y 1964, barrera que se eleva a los 65 para los trabajadores que nacieron a partir de 1969.
Eso sin contar con que el pago mensual medio para los mayores de 65 años era en 2022 de 650.000 wones, aproximadamente 490 dólares. El resultado es que un porcentaje significativo de las personas mayores del país siguen trabajando. En 2024 se calcula que la tasa de empleo entre las personas de 70 o más años era del 24,5% y Chosun precisa que en 2022 la tasa de participación en la fuerza laboral de los mayores de 65 años alcanzó el 37,3%, la mayor de los países de la OCDE.
Imágenes | Terence Lim (Flickr), Simon Im (Flickr) y Statista
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La noticia
La población de Corea del Sur está envejeciendo tanto que el país ha abierto un debate: qué es un "viejo" hoy en día
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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