El perro de montaña del Atlas, un protector nato con necesidades específicas

Se encuentra incluido en el Grupo 2 de Perros tipo montaña y boyeros suizos de la FCI.

Feb 2, 2025 - 15:07
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El perro de montaña del Atlas, un protector nato con necesidades específicas

El perro de montaña del Atlas, conocido como Aïdi (término derivado del bereber aydi, que significa ‘perro’), habita desde hace siglos las zonas montañosas y las mesetas del norte de África. Su presencia se concentra históricamente en Marruecos —país responsable del estándar oficial de la raza—, aunque también se encuentra en Túnez, Argelia y Libia. Ligado a comunidades seminómadas bereberes, su función nunca ha sido la de pastorear los rebaños, como sucede con sus homólogos europeos, sino proteger los campamentos, las viviendas y el ganado frente a depredadores como los chacales.

La historia del Aïdi carece de registros precisos. Las primeras representaciones visuales datan del siglo XIX, en obras de pintores orientalistas y fotógrafos coloniales. Aunque su origen exacto sigue siendo incierto, algunos estudiosos sugieren vínculos genéticos con el perro de montaña de los Pirineos, el akbash y el perro de pastor yugoslavo de Charplanina (sarplaninac). Reconocido oficialmente por la Federación Cinológica Internacional (FCI) en 1966, su conservación y estudio se reforzaron en 1985 con la creación del Club del Chien de l’Atlas, organismo marroquí que impulsó su conservación y seguimiento sanitario.

Hoy, el perro de montaña del Atlas mantiene su rol tradicional en áreas rurales, aunque su población enfrenta desafíos ligados a la reducción de prácticas nómadas. A pesar de su antigüedad, su presencia fuera del norte de África es muy limitada, y su cría se concentra en iniciativas locales que buscan preservar su legado.

Afectuoso con su familia y desconfiado con extraños

El Aïdi es un perro enérgico y ágil, adaptado al clima extremo de las montañas gracias a su pelaje denso, que lo protege tanto del frío como del sol intenso. Su temperamento combina lealtad hacia su familia con un instinto de vigilancia pronunciado: es afectuoso con los miembros de su hogar, pero desconfiado ante extraños y con una rápida respuesta frente a posibles amenazas.

Es, por tanto, una raza desaconsejada para titulares primerizos o que no estén bien informados sobre los cuidados que exige. Requieren ejercicio, actividades y estimulación mental donde puedan ejercer su instinto nato hacia la protección. También es necesario establecer una socialización temprana y mantenerla en el tiempo para evitar comportamientos territoriales.

Son perros que se adaptan bien a la vida en familia, pero su naturaleza independiente, donde no expresan grandes gestos de cariño, y sus necesidades físicas los hacen más compatibles para hogares donde se lleve un estilo de vida activo.

Para ampliar información, se recomienda contactar con la Société Centrale Canine Marocaine (SCCM) o con la Federación Cinológica Internacional.

El perro de montaña del Atlas demuestra cómo la selección histórica de rasgos funcionales, como su instinto protector y adaptación al entorno, subraya la importancia de elegir un compañero canino compatible con nuestro estilo de vida. Desde Animaleros, promovemos la adopción responsable, basada en evaluar factores como el tiempo disponible, la actividad física que podemos ofrecer y el compromiso de brindar cuidados adaptados a las necesidades de cada perro.