El cardiólogo Aurelio Rojas advierte sobre los dos fármacos que tomados frecuentemente pueden generar problemas de corazón
La automedicación en España se ha convertido en un verdadero problema de salud pública del que advierten los médicos, más aún cuando algunas medicinas que tomamos habitualmente y 'alegremente' pueden llegar a provocar un infarto.
Los medicamentos de los que disponemos en las farmacias no son, en ningún caso, productos inocuos que debamos tomar a la ligera. Afortunadamente, la ciencia ha avanzado tanto que existen fármacos para ayudarnos en gran cantidad de problemas de salud, y que mitigan los síntomas, pero que necesitan de la prescripción de un médico para ser efectivos, y para que sea el profesional quien sopese la relación riesgo/beneficio.
En el contexto de la afición a automedicarnos de los españoles, que ha aumentado significativamente en el último año según el VI Estudio Salud y Vida de Aegon, esta práctica nociva para nuestra salud nos hace correr riesgos graves. Entre ellos, el cardiólogo Aurelio Rojas pone el foco en dos medicamentos concretos, que utilizamos con bastante asiduidad, y que numerosas investigaciones relacionan con el peligro de provocar serios problemas de corazón, incluido el infarto.
Los medicamentos deben ser prescritos por el médico
A pesar de que en España existen gran número de medicamentos que no necesitan prescripción, los responsables de la salud nunca recomiendan que los tomemos sin el consejo médico. Tener en casa fármacos como paracetamol o ibuprofeno es una tentación que, si bien consigue el objetivo de aliviarnos el dolor o la inflamación de forma momentánea, también es un riesgo a medio y largo plazo.
Precisamente por eso, para valorar la proporción entre el potencial resultado y el riesgo predecible, según las características de salud de cada persona, es el médico quien debería decidir si es conveniente medicarse con un fármaco u otro. Tal es el peligro que encierran, que algunos de ellos están relacionados con el aumento del riesgo de padecer un infarto o algunos tipos de cáncer.
El cardiólogo Aurelio Rojas advierte en sus redes sociales del peligro para la salud del corazón que puede suponer el consumo frecuente de dos medicamentos en concreto, que además son de uso habitual en todos los hogares españoles: el ibuprofeno, y el omeprazol.
Riesgos de los antiinflamatorios: de la hipertensión al ictus
El experto comienza poniendo el foco de su advertencia en los denominados antiinflamatorios no esteroideos, que podemos conseguir enjuiciar las farmacias sin receta. Entre ellos, los más consumidos por la población son el ibuprofeno, el naproxeno y el dexketroprofeno, "medicamentos que pueden llegar a ser perjudiciales si los usas frecuentemente, a largo plazo o a dosis elevadas, ya que aumentan el riesgo de desarrollar problemas como la hipertensión, la insuficiencia cardiaca, el infarto o el ictus".
En todos los casos, antes de automedicarnos con un antiinflamatorio, deberíamos consultar con el médico, porque quizá nuestro medicamento debería ser otro tipo de analgésico. No olvidemos que los antiinflamatorios de este tipo "cuando se toman mucho, tienen la capacidad de agregar tus plaquetas y contraer los vasos sanguíneos, que aumenta el riesgo de hipertensión".
Abusar del omeprazol podría causar arritmias
El segundo medicamento en el que el cardiólogo nos pide precaución es el omeprazol, utilizado habitualmente contra la acidez estomacal, las úlceras y el reflujo gastroesofágico, bajo la denominación de 'protector gástrico'.
El argumento del doctor se basa en que algunos estudios recientes sugieren que el uso de este fármaco tan presente en los hogares, a largo plazo, "podría estar asociado con un mayor riesgo de bajos niveles de magnesio. Incluso, podría llegar a ocasionar arritmias cardíacas".
En otros casos, este tipo de medicamentos IBPs (inhibidores de la bomba de protones) "pueden interferir en la correcta absorción de nutrientes esenciales que son cruciales para mantener la salud cardiovascular". Por todo ello, el cardiólogo propone no utilizar omeprazol de manera crónica salvo prescripción médica. En este caso, "sería recomendable la suplementación con magnesio citrato o bisglicinato", concluye.