DeepSeek: La tormenta perfecta que sacudió Silicon Valley

En solo días, DeepSeek pasó de ser un proyecto casi desconocido a un símbolo del futuro de la IA.

Feb 3, 2025 - 09:04
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DeepSeek: La tormenta perfecta que sacudió Silicon Valley

La semana pasada escribí mi columna sobre el nuevo jugador irrumpió con fuerza: DeepSeek. Lo que comenzó como un lanzamiento discreto desde China, rápidamente se convirtió en un torbellino de reacciones que atravesó redes sociales, mercados financieros y laboratorios de IA en todo el mundo.

No pasó mucho tiempo antes de que DeepSeek-R1, el modelo de IA de esta startup china, captara la atención de expertos y entusiastas. Un modelo open-source que compite y supera en ciertos aspectos a ChatGPT, Gemini y Copilot, a una fracción del costo. No era solo una hazaña técnica, era un desafío cultural y económico.

Y cuando internet se entera de algo así, lo transforma en un espectáculo.

El primer síntoma de que algo estaba ocurriendo fue el estallido de memes en X (antes Twitter). Un aluvión de imágenes y chistes inundó la red, comparando a DeepSeek con Yusuf Dikec el tirador turco que ganó la medalla de plata olímpica, sin despeinarse, mientras los CEO de Silicon Valley eran comparados con tiradores estilo cyborgs, que a pesar de sus sofisticada tecnología no lograron vencer a Direk.

“DeepSeek haciendo en una semana lo que otros modelos tardan años” decía una publicación con un video de Usain Bolt corriendo solo en la pista. Otros mostraban a inversionistas de OpenAI y Google con expresiones de terror mientras los titulares de las caídas en bolsa aparecían en pantalla.

Pero más allá de las bromas, había una sensación compartida de asombro. DeepSeek no solo era otro modelo en la competencia; era una prueba viviente de que el ecosistema de IA ya no está dominado exclusivamente por Estados Unidos.

Lo que comenzó como una serie de memes en internet pronto se reflejó en la arena de Wall Street. Empresas clave en la carrera de la inteligencia artificial vieron cómo sus acciones tambaleaban ante el anuncio de DeepSeek. Nvidia perdió más de 100 mil millones de dólares en valor de mercado, un colapso que pocos anticiparon con la llegada de un jugador nuevo.

La explicación detrás de la sacudida es sencilla: si un modelo como DeepSeek puede lograr un rendimiento de primer nivel a una fracción del costo, entonces el modelo de negocio de las grandes tecnológicas podría estar en riesgo. Empresas como OpenAI, Microsoft y Google han apostado por infraestructuras costosas para entrenar sus modelos de IA. Pues DeepSeek demuestra que esa no es la única forma de hacerlo.

En el mundo de la tecnología, las reacciones a DeepSeek han sido polarizadas.

Los optimistas: Ven la llegada de DeepSeek como un hito para la democratización de la IA. Su código abierto permite que más desarrolladores experimenten y construyan sobre él sin pagar licencias astronómicas. Algo que había prometido Altman en los inicios de ChatGPT y no cumplió.

Los escépticos: Se preguntan si DeepSeek es un caballo de Troya. El Congreso de EE.UU. ya prohibió su uso en dispositivos oficiales, argumentando riesgos de seguridad nacional. ¿Podría ser una herramienta de recopilación de datos encubierta? De primera mano sé que hay empresas que cotizan en la bolsa de valores de NY que ya cerraron la puerta de DeepSeek a sus empleados.

Los pragmáticos: Reconocen la calidad de DeepSeek, pero advierten que aún hay obstáculos por superar, especialmente su falta de una versión empresarial. Las empresas que manejan información sensible no pueden adoptarlo sin garantías de seguridad y privacidad. Al puro estilo del autoritarismo de los países asiáticos, en este caso China.

El debate no se detuvo ahí. CEOs de las grandes tecnológicas tuvieron que responder. Satya Nadella de Microsoft reconoció “los avances interesantes” de DeepSeek, pero aseguró que su compañía sigue dominando en infraestructura. Sam Altman, de OpenAI, afirmó que “la IA será un esfuerzo de todos los países” y llamó a la calma.

Pero lo cierto es que nadie esperaba que el golpe llegara tan pronto y con tanta fuerza.

Al final, la historia de DeepSeek en esta última semana es una historia de disrupción en su máxima expresión. En solo días, pasó de ser un proyecto casi desconocido a un símbolo del futuro de la IA. Las redes estallaron, los inversionistas entraron en pánico y los gigantes de la industria tuvieron que ajustar su discurso.