Colaboración, competición… y los que no lo entienden
Dario Amodei era una persona que me generaba cierto respeto intelectual… hasta hace unos pocos días, cuando leí su simplista y absurdo articulo reclamando más sanciones y controles a la exportación de chips a China. Según la mentalidad de este hombre, lo que tiene que hacer Estados Unidos ahora que hemos comprobado que una compañía …
Dario Amodei era una persona que me generaba cierto respeto intelectual… hasta hace unos pocos días, cuando leí su simplista y absurdo articulo reclamando más sanciones y controles a la exportación de chips a China.
Según la mentalidad de este hombre, lo que tiene que hacer Estados Unidos ahora que hemos comprobado que una compañía china ha logrado avergonzar a todas las grandes big tech norteamericanas creando un modelo más potente que los suyos con un coste ridículamente más bajo es y utilizando los propios modelos de las norteamericanas en el entrenamiento… reforzar los controles a la exportación para que China no pueda acceder a los chips norteamericanos.
¿Qué pretende Amodei? Según sus palabras, que al impedir el acceso de China a los millones de chips que hacen falta para recorrer las scaling laws, podamos vivir en un «mundo unipolar» en el que solo los Estados Unidos y sus aliados puedan tener acceso a los modelos más avanzados, en lugar de vivir en un «mundo bipolar» en el que China y los Estados Unidos compiten por tener los mejores modelos.
¿Qué quiere en realidad Amodei? Simplemente que no peligren los futuros beneficios de su compañía, Anthropic, que una vez, en sus orígenes, fue una compañía con unos principios interesantes, pero que ahora es tan solo una sierva más que se debe exclusivamente a las big tech, Amazon y Google, que han invertido miles de millones en ella. Ahora ha visto a Deepseek hacer más con menos, y le ha entrado el miedo.
No, signore, no: un mundo mejor no es uno en el que los mejores modelos de inteligencia artificial dependen únicamente de unas pocas big tech que pueden utilizarlos para establecer mercados oligopólicos y exprimir a todos los que pretendan acceder a ellos cobrando precios abusivos y tratando de capturar todo el valor, en una situación que ya conocemos bien. Un mundo mejor no es uno en el que uno de los países puede dedicarse a «reimaginar el futuro de la guerra» gracias a su ventaja en este tipo de desarrollos, sino uno en el que muchos otros actores, incluyendo, sí, a China, pueden cambiar las normas, competir en igualdad, crear «momentos Sputnik» y, sobre todo, volver a resetear las reglas frecuentemente gracias a más y más avances.
Que esa idea de que China es «un gobierno autoritario que ha cometido violaciones de los derechos humanos y se ha comportado agresivamente en el escenario mundial», aunque sea parcialmente cierta, está completamente pasada de moda y fuera de toda justificación cuando los Estados Unidos están dirigidos por el bully más bully de todos, que se dedica a amenazar e intimidar a su antojo al país que le venga en gana, sea un supuesto enemigo o un teórico aliado, sin más justificación que sus estúpidos y primarios impulsos. Por el momento lo que sabemos es que los Estados Unidos pretenden aventajar y exprimir al resto del mundo enclaustrando su inteligencia artificial en modelos propietarios obtenidos tomando información de donde les ha dado la real gana, mientras China, al menos, abre parcialmente los modelos que obtiene para que otros, incluso las big tech norteamericanas, los puedan utilizar.
Lo mejor que se puede hacer ahora que China es el motor del mundo en paneles solares, baterías, energías renovables y vehículos eléctricos, mientras que los Estados Unidos, regidos por un completo imbécil, se dedican al «drill, baby, drill» y a generar contaminación como si no hubiese un mañana es incluir a China en todo, y no excluirla.
Dario Amodei está completamente equivocado sobre cómo funciona el mundo, y es con su artículo ha demostrado, además, ser un asqueroso egoísta. Esperemos que la jugada le salga todo lo mal que pueda, y que China pueda obtener todos los chips que le dé la real gana, ya que ahora, para compañías como ASML en los Países Bajos o para TSMC en Taiwan ya no tiene ningún sentido seguir honrando las restricciones impuestas por Estados Unidos para no vender al que puede ser su mayor mercado, China. Si quien te obliga a esas sanciones, que te cuestan un dineral, es el mismo que te insulta, te impone aranceles abusivos y te dice eso de «America first» (y te demuestra, por tanto, que lo que considera tu basura de país es la última de sus prioridades), que a partir de ahora imponga las restricciones él solito, sin pretender forzar a los demás. Seguirle el juego a quien una vez fue supuestamente un aliado ahora que ya ha demostrado claramente no serlo más resulta sencillamente absurdo, y no puede llevarnos a nada bueno.
Lo mejor que se puede hacer cuando una potencia demuestra haber perdido el norte, el criterio y el sentido común es empezar a apoyar a otras potencias, o tratar de convertirte en una para, al menos, equilibrar la jugada. Dario Amodei sabrá mucho de inteligencia artificial, pero en geopolítica ha demostrado ser un completo inútil.