LOS sevillanos tenemos una tara importante que forma parte de nuestro propio ser. Si no se hacen las cosas, nos quejamos; y si vienen a cambiarnos nuestros hábitos, pues protestamos también. En fin, que no estamos conformes con nada. Ocurre estos días con las protestas de los vecinos y los comerciantes de la Macarena por las obras de la línea 3 del metro que ni siquiera han comenzado. Han colocado el parche antes de la herida y han decidido alzar la voz por las molestias que les provocarán estos trabajos. Es evidente que todo proyecto que suponga levantar una calle va a generar una serie de inconvenientes ante los que no se puede hacer nada, pero de ahí a oponerse...
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