Una jueza de Barcelona declara nulo el contrato que el 'youtuber' Dalas Review hizo firmar a una expareja
Concluye que la chica lo hizo "sin saber realmente lo que estaba firmando".
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El Juzgado de Primera Instancia número 12 de Barcelona ha declarado la nulidad de un contrato de confidencialidad que el youtuber Dalas Review hizo firmar a una de sus exparejas, según la sentencia de este viernes.
En el fallo, dictado el 16 de diciembre de 2024, la magistrada concluye que el objeto de este contrato de confidencialidad no es otro que el de "evitar que las parejas de él hablen de su vida profesional o sexual, tanto mientras dure la relación como tras finalizar la misma" y que no responde a una actividad profesional, como alegaba él.
El litigio comenzó en 2019 cuando Dalas presentó una demanda contra una de sus exparejas acusándola de haber incumplido un contrato de confidencialidad.
Alegó que ambos comenzaron una relación de amistad en 2016, "pero que nunca fue una relación amorosa" y que, siendo ambos youtubers de profesión, decidieron colaborar mercantilmente con un contrato verbal de prestación de servicios, por el cual ella se comprometía a editar sus vídeos y a gestionar la contratación por parte de la mercantil gracias a su innato inglés.
Este contrato verbal, prosigue la sentencia, fue la base para el contrato de confidencialidad suscrito el 9 de mayo de 2016, según Dalas, que alegó en su demanda que hubo "conformidad por ambas partes a lo que se estaban obligando, conciencia absoluta de ello y obligaciones recíprocas".
Sin embargo, el youtuber consideraba que ella lo había incumplido al publicar un vídeo en Youtube en julio de 2017 acompañado de dos links que dirigían al espectador a dos carpetas de las plataformas Mega y Google Drive "en la que ha acompañado todas y cada una de las conversaciones privadas mantenidas con él", motivo por el que Dalas le reclamaba 40.000 euros.
Según la defensa de él, la joven incumplió las cláusulas que le prohibían hablar de actividades profesionales o personales, ocio, actividades sexuales y cualquier otra información que razonablemente pudiera ser considerada confidencial y pedía 10.000 euros por el incumplimiento de cada una de estas cuatro cláusulas.
En un primer momento, se dictó una sentencia a favor de Dalas, pero ella presentó un incidente de nulidad, dado que no se le había notificado legalmente la demanda, y la sentencia fue anulada.
La chica contestó entonces la demanda y, además de solicitar su desestimación, planteó lo que se denomina una demanda reconvencional, es decir, demandó ella también a Dalas, solicitando que el Juzgado declarara la nulidad del contrato
No entendía español
La joven defendió que la relación era de pareja, no profesional ni de amistad, que no existió ningún contrato de prestación de servicios, ni verbal ni escrito y que el hecho de que "le ayudase a editar un video, en un canal de juegos que no era del actor, tampoco acredita la prestación de servicios, sino la ayuda aislada de quien era su pareja".
Además, precisó que los 1.000 euros que Dalas aseguró que le había pagado por este servicio se los transfirió en realidad por un viaje que realizaron juntos a París.
Explicó también que "no tenía conocimientos de español cuando se firmó el contrato" y que tras finalizar la relación constató que Dalas Review adoptaba una postura similar con sus exparejas y que fue ese maltrato psicológico, según recoge la sentencia, lo que la motivo a publicar el video referido.
Firmó "inducida a error"
Ahora, la jueza manifiesta que en la fecha en la que se suscribió el acuerdo de confidencialidad la chica "no hablaba español fluido", pues así se aprecia en los vídeos y que, de hecho, entre ellos se comunicaban en inglés.
Se considera probado que "no suscribieron contrato verbal" alguno, al no existir prueba alguna de las obligaciones que, según el youtuber, contrajeron, pues no ha podido demostrar que el pago que alega que efectuó por los servicios no obedezca en realidad al pago de su parte de su viaje a París, realizado en las mismas fechas.
También considera que ha quedado probado que "hacía firmar a todas sus parejas un acuerdo de confidencialidad" y que los emails con los que pretende acreditar que la joven prestó sus servicios de traducción no justifican la existencia de un contrato de confidencialidad.
Por último, subraya que la chica "prestó su consentimiento inducida a error, sin saber realmente lo que estaba firmando" y que basta una simple lectura del acuerdo para comprobar que los términos no son claros, lo que podía crear confusión, en palabras textuales de la jueza, que declara este contrato nulo de pleno derecho y rechaza la reclamación de 40.000 del youtuber.