El déficit de atención está de moda
“Todos tienen –quieren tener–trastorno por déficit de atención e hiperactividad, TDAH”, revela la psiquiatra barcelonesa Elvira Herrería Martínez. La mayoría de sus pacientes manifiesta que no se concentra, que no disfruta de las cosas y no termina nada. Es la patología de moda y sus pacientes llegan al consultorio convencidos de padecerla.Herrería Martínez reconoce esa mueca de desilusión en el rostro de cada paciente cuando le explica que esos síntomas pueden ser el resultado de una realidad de hiperexigencia, una estimulación infinita y un estado de agitación y exaltación en el que no caben ni la pausa ni el silencio. ¿Quién no tiene lo mismo que usted? No es usted solo, es el mundo.Pero el paciente insiste. Pide pastillas. La psiquiatra se las niega cordialmente. En malos tiempos, el estar mal es una señal de salud, explica. Y el paciente se entristece, porque a veces la felicidad consiste en encontrarse con la propia tribu, esa que comparte el nombre secreto de su patología.ßAlgo más... Al describir a sus pacientes como sujetos presionados por su medio y en estado ansiedad constante, la psiquiatra española los reconoce como víctimas del TDAH. Que para ella no sería trastorno por déficit de atención e hiperactividad, sino trastorno por demanda alocada e hiperestimulación.ß
“Todos tienen –quieren tener–trastorno por déficit de atención e hiperactividad, TDAH”, revela la psiquiatra barcelonesa Elvira Herrería Martínez. La mayoría de sus pacientes manifiesta que no se concentra, que no disfruta de las cosas y no termina nada. Es la patología de moda y sus pacientes llegan al consultorio convencidos de padecerla.
Herrería Martínez reconoce esa mueca de desilusión en el rostro de cada paciente cuando le explica que esos síntomas pueden ser el resultado de una realidad de hiperexigencia, una estimulación infinita y un estado de agitación y exaltación en el que no caben ni la pausa ni el silencio. ¿Quién no tiene lo mismo que usted? No es usted solo, es el mundo.
Pero el paciente insiste. Pide pastillas. La psiquiatra se las niega cordialmente. En malos tiempos, el estar mal es una señal de salud, explica. Y el paciente se entristece, porque a veces la felicidad consiste en encontrarse con la propia tribu, esa que comparte el nombre secreto de su patología.ß
Algo más...
Al describir a sus pacientes como sujetos presionados por su medio y en estado ansiedad constante, la psiquiatra española los reconoce como víctimas del TDAH. Que para ella no sería trastorno por déficit de atención e hiperactividad, sino trastorno por demanda alocada e hiperestimulación.ß