Pastizales, un ecosistema mundial pero impredecible
Es posible que no seas del todo consciente de la enorme variedad de sinónimos que existen para referirse a algo tan común como un pastizal. En el Medio Oeste de EE. UU., suelen llamarse praderas (del inglés grasslands). En Sudamérica, se conocen como pampas, y en Eurasia central se denominan estepas, mientras que para los africanos son sabanas. Lo que todos tienen en común son las gramíneas, su...
Es posible que no seas del todo consciente de la enorme variedad de sinónimos que existen para referirse a algo tan común como un pastizal. En el Medio Oeste de EE. UU., suelen llamarse praderas (del inglés grasslands). En Sudamérica, se conocen como pampas, y en Eurasia central se denominan estepas, mientras que para los africanos son sabanas. Lo que todos tienen en común son las gramíneas, su vegetación natural dominante. Los pastizales (o pastos) suelen darse en aquellos lugares en los que no llueve con la regularidad suficiente para que crezca un bosque, pero lo suficiente como para que no se forme un desierto. De hecho, a menudo suelen encontrarse entre bosques y desiertos.
En función de cómo se definan, los pastizales representan entre el 20 y el 40 por ciento de la superficie terrestre mundial. Suelen ser abiertos y bastante llanos, y existen en todos los continentes excepto en la Antártida, lo que los hace vulnerables a la presión de las poblaciones humanas. La agricultura, el excesivo pastoreo, las especies invasoras, la caza ilegal y el cambio climático son sólo algunas de las amenazas que se ciernen sobre las praderas y pastizales naturales y la fauna que vive en ellos.
Al mismo tiempo, los pastizales podrían ayudar a mitigar el cambio climático: según un estudio, las praderas y pastizales de California, en Estados Unidos, podrían almacenar más carbono que los bosques porque son menos susceptibles a los incendios forestales y a la sequía. Sin embargo, sólo un pequeño porcentaje (menos del 10%) de los pastizales del mundo está protegido.
Tipos de pastizales
Hay dos tipos principales de pastizales: tropicales y templados. Algunos ejemplos de pastizales templados son las estepas euroasiáticas, las praderas norteamericanas y las pampas argentinas. Las praderas tropicales son las sabanas cálidas del África subsahariana y el norte de Australia.
Las precipitaciones pueden variar de una estación a otra y de un año a otro, oscilando entre 25 y 100 centímetros anuales. Las temperaturas pueden descender por debajo del punto de congelación en los pastizales templados hasta superar los 32 grados Celsius.
La altura de la vegetación de los pastizales varía en función de la cantidad de precipitaciones. Algunas hierbas pueden medir menos de 30 centímetros de altura, mientras que otras pueden alcanzar dos metros. Sus raíces pueden extenderse de 90 a 180 centímetros de profundidad en el suelo. La combinación de biomasa subterránea y precipitaciones moderadas (las lluvias torrenciales pueden arrastrar los nutrientes) hace que los suelos de los pastizales sean muy fértiles y atractivos para la agricultura. Gran parte de las praderas norteamericanas se han convertido en tierras de cultivo, lo que supone una amenaza para las especies que dependen de esos hábitats, así como para las fuentes de agua potable de las personas que viven cerca.
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Plantas y animales de las praderas
Independientemente de cómo se les llame, todos los pastizales albergan una interesante y enorme variedad de especies. La vegetación de las sabanas africanas, por ejemplo, alimenta a animales como cebras, ñus, gacelas y jirafas. En las praderas templadas, puedes encontrarte con perritos de la pradera, tejones, coyotes, zorros rápidos y una gran variedad de aves. En un hábitat de pradera puede haber hasta 25 especies de grandes herbívoros, lo que constituye una especie de bufé en el que diferentes hierbas atraen a distintas especies.
Algunas especies de gramíneas de estos hábitats son la hierba de avena roja y el pasto de rodas en las sabanas tropicales, y la hierba de aguja púrpura y la galleta (o Hilaria rigida) en las zonas templadas. Cuando llega la estación de las lluvias, muchos pastizales se cubren de flores silvestres como la milenrama, el hisopo y el algodoncillo. Las plantas de las praderas se han adaptado a la sequía, los incendios y el pastoreo habituales en ese hábitat.
Los incendios, tanto naturales como provocados por el hombre, son factores importantes en la configuración de los pastizales. En el Medio Oeste de Estados Unidos, por ejemplo, los nativos americanos provocaban incendios para ayudar a mantener los pastizales para especies cinegéticas como el bisonte. El fuego también puede ayudar a evitar que árboles y arbustos intolerantes al fuego se apoderen de las praderas, al tiempo que aumenta la diversidad de flores silvestres que sirven de sustento a los polinizadores.