Juicio por el atropello mortal en El Higuerón: «Creí que la vía estaba abandonada; ni vi ni escuché el tren»

«Rocío era como una hermana; creí que las vías estaban abandonadas si hubiera visto o hubiera escuchado la llegada del tren esa tarde la habría salvado, como hacía siempre, antes que a mí incluso». Con esta frase, Miguel, el joven acusado de la muerte de su amiga atropellada por un tren el 26 de febrero de 2020 en El Higuerón intentaba defenderse este lunes ante el Tribunal Popular que lo juzga acusado por la Fiscalía de un delito «comisión por omisión», es decir no rescatarla de ese peligro inminente no fortuito enfrentándose a 12 años de cárcel. El acusado, el primero en declarar, se ha defendido de las acusaciones asegurando, que no escuchó el tren porque tiene un 30 por ciento de discapacidad por sordera, mientras que la fiscal recordaba en la sala que el ruido que hace con una bocina un tren de Alta Velocidad no es el de un camión ni un coche... es algo mucho más fuerte, además de la vibración que produce en el frenado. Miguel en su declaración ha señalado que acudieron a una casa abandonada de El Higuerón porque su amiga quería hacer fotos allí, y después de hacerse varias los tres -él, la víctima y una amiga- Miguel le dijo a Rocío que le acompañara y se metieron por un hueco que había tapado por una tabla que daba acceso a las vías del tren. Una vez allí Rocío se quitó su sudadera y le pidió al amigo que le hiciera fotos en sujetador, poco después los dos se taparon con la chaqueta de Miguel y se abrazaron, según el acusado, «porque yo creía que necesitaba cariño por la difícil situación de su casa». En ese instante, tapados, es cuando el maquinista -que ha declarado en esta primera sesión del juicio ante el jurado- se da cuenta de que hay «un bulto que se mueve del exterior de las vías hacia el centro y de repente ve cómo de ahí sale una persona al asomar la cabeza por la chaqueta con la que se tapaban mira al tren de frente y salta« poniéndose a salvo en cuestión de segundos. «Yo al ver eso que se movía hacia a vía ya activé el freno y la bocina; iba a gran velocidad pero no se paró; pasaron varios segundos pero menos de un minuto hasta que pasé por encima del bult o , yo iba a apartar la mirada porque ya pensé que era una persona que se iba a quita la vida«, ha declarado el maquinista ante el tribunal presidido por la magistrada Inmaculada Nevado. »Al momento pensé que el que había salido saltando del lugar se habría salvado; estaba detrás de la valla que mide más de dos metros, yo creo que la saltó el acusado«, ha apostillado el maquinista a los miembros del Tribunal Popular. Fue este mismo maquinista quien encontró al joven quejándose «estaba blanco y herido pero yo creo que si el tren le hubiera dado un golpe no salta la valla « ha señalado ante el tribunal. La Fiscalía en su presentación ya había expuesto que »ya se verá a lo largo del juicio que las heridas sufridas por el acusado -que pasó cuatro meses ingresado hasta que se recuperó de las heridas- no se las provocó el atropello del tren sino que se las produjo al saltar la valla de dos metros«. La fiscal apostillaba que era prácticamente imposible que el acusado no escuchara la bocina del tren y sostiene que abrazó a su amiga, la cubrió con una chaqueta que él llevaba y cuando el tren estaba llegando él saltó hacia el lado izquierdo y subió una valla metálica mientras que ella fue atropellada por el tren. En un interrogatorio exhaustivo por parte de la representante del Ministerio Público el acusado ha ido respondiendo de cómo fueron los hechos desde cómo quedaron para ir a ese lugar, quién lo propuso, de quién fue la iniciativa, si tenían los dos intención o no de quitarse la vid a, a lo que el acusado, según ha puesto en evidencia la fiscal ante el tribunal, respondía cambiando la primera versión que dio ante el juez instructor, incurriendo así en numerosas contradicciones respecto a lo que había declarado en un primer momento. Hay que recordar que el caso judicial partía después de meses de investigación policial porque lo que a simple vista podía parecer un encuentro para un suicidio de dos jóvenes, y así fue recogido en las primeras horas por los agentes la Policía Nacional, se tornó más oscuro a medida que hablaron algunos testigos directos como la amiga de Rocío que los acompañaba y el propio maquinista, así como las conversaciones que mantuvieron a través de redes sociales, o el significativo 'selfie' que se hicieron los tres amigos minutos antes de que el Avant de las 18.49 horas le pasara por encima a la joven aún tapada con la chaqueta del acusado. El Juzgado de Instrucción número 2 de Córdoba procesaba al acusado por un delito de asesinato a M.G.N., por empujar presuntamente a la joven que murió atropellada por un tren de alta velocidad en marzo de este año en El Higuerón, según el auto del Juzgado publicado por ABC. Por su parte, la acusación particular solicita para el acusado 25 años de prisión por un delito de asesinato al considerar que hubo alevosía, es decir que «se tomó toda la cautela para asegurar la comisión de un d

Feb 4, 2025 - 00:59
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Juicio por el atropello mortal en El Higuerón: «Creí que la vía estaba abandonada; ni vi ni escuché el tren»
«Rocío era como una hermana; creí que las vías estaban abandonadas si hubiera visto o hubiera escuchado la llegada del tren esa tarde la habría salvado, como hacía siempre, antes que a mí incluso». Con esta frase, Miguel, el joven acusado de la muerte de su amiga atropellada por un tren el 26 de febrero de 2020 en El Higuerón intentaba defenderse este lunes ante el Tribunal Popular que lo juzga acusado por la Fiscalía de un delito «comisión por omisión», es decir no rescatarla de ese peligro inminente no fortuito enfrentándose a 12 años de cárcel. El acusado, el primero en declarar, se ha defendido de las acusaciones asegurando, que no escuchó el tren porque tiene un 30 por ciento de discapacidad por sordera, mientras que la fiscal recordaba en la sala que el ruido que hace con una bocina un tren de Alta Velocidad no es el de un camión ni un coche... es algo mucho más fuerte, además de la vibración que produce en el frenado. Miguel en su declaración ha señalado que acudieron a una casa abandonada de El Higuerón porque su amiga quería hacer fotos allí, y después de hacerse varias los tres -él, la víctima y una amiga- Miguel le dijo a Rocío que le acompañara y se metieron por un hueco que había tapado por una tabla que daba acceso a las vías del tren. Una vez allí Rocío se quitó su sudadera y le pidió al amigo que le hiciera fotos en sujetador, poco después los dos se taparon con la chaqueta de Miguel y se abrazaron, según el acusado, «porque yo creía que necesitaba cariño por la difícil situación de su casa». En ese instante, tapados, es cuando el maquinista -que ha declarado en esta primera sesión del juicio ante el jurado- se da cuenta de que hay «un bulto que se mueve del exterior de las vías hacia el centro y de repente ve cómo de ahí sale una persona al asomar la cabeza por la chaqueta con la que se tapaban mira al tren de frente y salta« poniéndose a salvo en cuestión de segundos. «Yo al ver eso que se movía hacia a vía ya activé el freno y la bocina; iba a gran velocidad pero no se paró; pasaron varios segundos pero menos de un minuto hasta que pasé por encima del bult o , yo iba a apartar la mirada porque ya pensé que era una persona que se iba a quita la vida«, ha declarado el maquinista ante el tribunal presidido por la magistrada Inmaculada Nevado. »Al momento pensé que el que había salido saltando del lugar se habría salvado; estaba detrás de la valla que mide más de dos metros, yo creo que la saltó el acusado«, ha apostillado el maquinista a los miembros del Tribunal Popular. Fue este mismo maquinista quien encontró al joven quejándose «estaba blanco y herido pero yo creo que si el tren le hubiera dado un golpe no salta la valla « ha señalado ante el tribunal. La Fiscalía en su presentación ya había expuesto que »ya se verá a lo largo del juicio que las heridas sufridas por el acusado -que pasó cuatro meses ingresado hasta que se recuperó de las heridas- no se las provocó el atropello del tren sino que se las produjo al saltar la valla de dos metros«. La fiscal apostillaba que era prácticamente imposible que el acusado no escuchara la bocina del tren y sostiene que abrazó a su amiga, la cubrió con una chaqueta que él llevaba y cuando el tren estaba llegando él saltó hacia el lado izquierdo y subió una valla metálica mientras que ella fue atropellada por el tren. En un interrogatorio exhaustivo por parte de la representante del Ministerio Público el acusado ha ido respondiendo de cómo fueron los hechos desde cómo quedaron para ir a ese lugar, quién lo propuso, de quién fue la iniciativa, si tenían los dos intención o no de quitarse la vid a, a lo que el acusado, según ha puesto en evidencia la fiscal ante el tribunal, respondía cambiando la primera versión que dio ante el juez instructor, incurriendo así en numerosas contradicciones respecto a lo que había declarado en un primer momento. Hay que recordar que el caso judicial partía después de meses de investigación policial porque lo que a simple vista podía parecer un encuentro para un suicidio de dos jóvenes, y así fue recogido en las primeras horas por los agentes la Policía Nacional, se tornó más oscuro a medida que hablaron algunos testigos directos como la amiga de Rocío que los acompañaba y el propio maquinista, así como las conversaciones que mantuvieron a través de redes sociales, o el significativo 'selfie' que se hicieron los tres amigos minutos antes de que el Avant de las 18.49 horas le pasara por encima a la joven aún tapada con la chaqueta del acusado. El Juzgado de Instrucción número 2 de Córdoba procesaba al acusado por un delito de asesinato a M.G.N., por empujar presuntamente a la joven que murió atropellada por un tren de alta velocidad en marzo de este año en El Higuerón, según el auto del Juzgado publicado por ABC. Por su parte, la acusación particular solicita para el acusado 25 años de prisión por un delito de asesinato al considerar que hubo alevosía, es decir que «se tomó toda la cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente «, es decir se trata de una circunstancia agravante de la responsabilidad criminal. En este extremo, además, la acusación particular mantiene que hubo un prevalimiento por abuso de confianza , -la víctima su amiga- y fácilmente influenciable por el acusado como se veía porque le hacía comprar tarjetas de móviles a nombre de ella para luego él revenderlas, y lo hizo por celos «o conmigo o con nadie».