Riesgos y desafíos que enfrenta la economía este año

La mejora en los indicadores económicos, especialmente la inflación, fue el gran logro del Gobierno en 2024. Para este año los desafíos económicos tendrán sabor electoral, y la mirada estará puesta en lograr un buen resultado en las elecciones de medio término, sobre todo para fortalecer su representación en el Congreso. El objetivo central seguramente será mantener la estabilidad económica, que ha sido la clave del apoyo popular. Esto significa que las decisiones de política económica, incluida la eliminación de los controles cambiarios (cepo), se guiarán por tratar de que la inflación siga bajando y que los tipos de cambio sigan estables. Las perspectivas son alentadoras, y se puede esperar que continúen la baja de la inflación y la recuperación de la actividad. Pero no hay que perder de vista que la economía todavía es vulnerable, especialmente en el sector externo porque las reservas siguen flacas. Para ver como siguen habrá que poner la lupa en los precios de las commodities, en las tan deseadas lluvias y en los humores de los inversores que por ahora acompañan.Opinión Los logros en un año del "Plan Peluca" Miguel Kiguel El plano internacional presenta señales mixtas. Si bien Donald Trump parece un dato positivo para las negociaciones con el FMI, sus políticas "nacionalistas" presentan riesgos potenciales. El aumento del proteccionismo y la política anti-inmigración podrían llevar a subas de precios que seguramente pondrán posible presión sobre Reserva Federal de Estados Unidos para frenar las bajas de tasas de interés. Esto podría llevar a un dólar más fuerte, impactando negativamente a nuestro país. Además, las políticas de Trump que estimularía la producción de combustibles fósiles podrían deprimir el precio del petróleo, afectando las exportaciones de energía de Argentina. La coyuntura económica de Brasil también es clave, dado que es nuestro principal socio comercial. Será importante seguir de cerca la evolución del déficit fiscal que está por encima del 8% del PBI y la del tipo de cambio, que en los niveles actuales complica la balanza comercial y la cuenta corriente de Argentina. El debilitamiento del real reducirá las exportaciones de Argentina y afectará el objetivo del Banco Central de aumentar las reservas internacionales. El tercer factor que habrá que seguir es la caída de los precios de las materias primas, especialmente el de la soja, que actualmente está 10% más bajo que el año anterior. Esta caída de precios es preocupante porque los costos de producción han aumentado debido a la apreciación del peso, lo que ha achicado los márgenes de beneficio, a lo que hay que agregarle la insuficiencia de lluvias y el calor excesivo. Dentro de ese contexto todavía se observa un panorama alentador, basado en que se consolide la recuperación económica, que la inflación siga controlada y que continúe la baja del riesgo país. Mucho va a depender de que se mantenga el equilibrio fiscal, lo cual hasta ahora ha dado frutos importantes, de que siga la desinflación como hasta ahora y de que no haya sobresaltos en el sector externo. En lo fiscal, el Gobierno ha mostrado gran fortaleza, y aunque no es una fuente de preocupación el desafío será compensar las pérdidas de recaudación debidas a la eliminación del impuesto país, las reducciones temporales de los derechos de exportación, el fin de la moratoria fiscal y los recortes en el impuesto a la riqueza, que combinadas se estiman en 1,6% del PBI. La apuesta es compensarlas parcialmente con mayores ingresos relacionados con la recuperación económica y posiblemente con aumentos en el impuesto a los combustibles o con la motosierra. De cualquier manera, el Gobierno ha mostrado un compromiso de "fierro" con el equilibrio fiscal y no tengo de dudas que de una manera u otra lo van a lograr.Opinión Las reformas estructurales en un momento bisagra Miguel Kiguel En cuanto a la reducción de la inflación, el objetivo es que baje al 1% mensual para fines de año. Este mes ya se redujo la tasa de devaluación al 1% mensual en un intento por alinear la tasa de depreciación con la de inflación. El desafío será llegar al objetivo cuando el Banco Central levante el cepo, unifique los tipos de cambio y la economía se mueva a un régimen cambiario más flexible, como pide el FMI. El desafío más grande es aumentar las reservas, que hoy aparecen como el eslabón más débil, a pesar de las compras de dólares en los últimos meses. El programa con el FMI puede ofrecer algún alivio, pero existen dudas sobre si el Fondo prestará dólares para defender la paridad cambiaria, especialmente cuando hay un déficit en la cuenta corriente del balance de pagos. Hasta ahora han ayudado los capitales que entraron por el blanqueo y los préstamos externos, pero en vista de lo que pasó en los últimos años hay que ver si se mantienen cuando se acercan las elecciones de octubre.Opinión Sacar el cepo tiene costos, mantenerlo también Miguel Kiguel El Gobierno también enfrenta

Feb 4, 2025 - 00:27
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Riesgos y desafíos que enfrenta la economía este año

La mejora en los indicadores económicos, especialmente la inflación, fue el gran logro del Gobierno en 2024. Para este año los desafíos económicos tendrán sabor electoral, y la mirada estará puesta en lograr un buen resultado en las elecciones de medio término, sobre todo para fortalecer su representación en el Congreso.

El objetivo central seguramente será mantener la estabilidad económica, que ha sido la clave del apoyo popular. Esto significa que las decisiones de política económica, incluida la eliminación de los controles cambiarios (cepo), se guiarán por tratar de que la inflación siga bajando y que los tipos de cambio sigan estables.

Las perspectivas son alentadoras, y se puede esperar que continúen la baja de la inflación y la recuperación de la actividad. Pero no hay que perder de vista que la economía todavía es vulnerable, especialmente en el sector externo porque las reservas siguen flacas. Para ver como siguen habrá que poner la lupa en los precios de las commodities, en las tan deseadas lluvias y en los humores de los inversores que por ahora acompañan.

El plano internacional presenta señales mixtas. Si bien Donald Trump parece un dato positivo para las negociaciones con el FMI, sus políticas "nacionalistas" presentan riesgos potenciales. El aumento del proteccionismo y la política anti-inmigración podrían llevar a subas de precios que seguramente pondrán posible presión sobre Reserva Federal de Estados Unidos para frenar las bajas de tasas de interés. Esto podría llevar a un dólar más fuerte, impactando negativamente a nuestro país. Además, las políticas de Trump que estimularía la producción de combustibles fósiles podrían deprimir el precio del petróleo, afectando las exportaciones de energía de Argentina.

La coyuntura económica de Brasil también es clave, dado que es nuestro principal socio comercial. Será importante seguir de cerca la evolución del déficit fiscal que está por encima del 8% del PBI y la del tipo de cambio, que en los niveles actuales complica la balanza comercial y la cuenta corriente de Argentina. El debilitamiento del real reducirá las exportaciones de Argentina y afectará el objetivo del Banco Central de aumentar las reservas internacionales.

El tercer factor que habrá que seguir es la caída de los precios de las materias primas, especialmente el de la soja, que actualmente está 10% más bajo que el año anterior. Esta caída de precios es preocupante porque los costos de producción han aumentado debido a la apreciación del peso, lo que ha achicado los márgenes de beneficio, a lo que hay que agregarle la insuficiencia de lluvias y el calor excesivo.

Dentro de ese contexto todavía se observa un panorama alentador, basado en que se consolide la recuperación económica, que la inflación siga controlada y que continúe la baja del riesgo país. Mucho va a depender de que se mantenga el equilibrio fiscal, lo cual hasta ahora ha dado frutos importantes, de que siga la desinflación como hasta ahora y de que no haya sobresaltos en el sector externo.

En lo fiscal, el Gobierno ha mostrado gran fortaleza, y aunque no es una fuente de preocupación el desafío será compensar las pérdidas de recaudación debidas a la eliminación del impuesto país, las reducciones temporales de los derechos de exportación, el fin de la moratoria fiscal y los recortes en el impuesto a la riqueza, que combinadas se estiman en 1,6% del PBI. La apuesta es compensarlas parcialmente con mayores ingresos relacionados con la recuperación económica y posiblemente con aumentos en el impuesto a los combustibles o con la motosierra. De cualquier manera, el Gobierno ha mostrado un compromiso de "fierro" con el equilibrio fiscal y no tengo de dudas que de una manera u otra lo van a lograr.

En cuanto a la reducción de la inflación, el objetivo es que baje al 1% mensual para fines de año. Este mes ya se redujo la tasa de devaluación al 1% mensual en un intento por alinear la tasa de depreciación con la de inflación. El desafío será llegar al objetivo cuando el Banco Central levante el cepo, unifique los tipos de cambio y la economía se mueva a un régimen cambiario más flexible, como pide el FMI.

El desafío más grande es aumentar las reservas, que hoy aparecen como el eslabón más débil, a pesar de las compras de dólares en los últimos meses. El programa con el FMI puede ofrecer algún alivio, pero existen dudas sobre si el Fondo prestará dólares para defender la paridad cambiaria, especialmente cuando hay un déficit en la cuenta corriente del balance de pagos. Hasta ahora han ayudado los capitales que entraron por el blanqueo y los préstamos externos, pero en vista de lo que pasó en los últimos años hay que ver si se mantienen cuando se acercan las elecciones de octubre.

El Gobierno también enfrenta el desafío de renovar la deuda. En el frente doméstico no se ven grandes nubarrones, especialmente después de los canjes que hizo el Gobierno. Tampoco parece un problema la deuda externa, porque el Banco Central tiene aproximadamente u$s10 mil millones en liquidez, una cifra que se espera que aumente con el nuevo programa del FMI. El mayor desafío es seguir reduciendo el riesgo país, lo que permitirá volver a los mercados de deuda internacionales.

Por último, está el desafío de sostener la recuperación económica que está en marcha. Todo indica que continuará durante 2025, impulsada por los aumentos en el crédito y los salarios reales, que será apoyada por las inversiones ligadas al RIGI y que vienen por la baja del riesgo país.

El programa económico superó con creces los riesgos que enfrentó cuando asumió Javier Milei en 2023 y hoy parece estar en condiciones de pasar de la estabilización al crecimiento. El éxito dependerá de la capacidad para navegar posibles complicaciones de las condiciones económicas externas, mantener una posición fiscal sólida y lograr salir del cepo y unificar el tipo de cambio con un régimen cambiario más flexible sin que haya sobresaltos.