Qué es y a qué sabe la fruta dorada o golden berry: la baya de moda tiene muchas propiedades, pero no hace milagros

Con los medios de comunicación ávidos por encontrar novedosos productos con los que captar la atención, en los últimos tiempos han pululado por las redes titulares alabando a una baya "desconocida" en España llamada fruta dorada, repleta de beneficios. Y también empiezan a verse en fruterías y supermercados pequeñas cestas de plástico con las llamativas frutillas anaranjadas, presentadas bajo el nombre de golden berries, sin más. La novedad y el precio asequible son un buen reclamo para animar a la gente a probar la misteriosa fruta de color dorado. No deja de resultar curioso que en ningún lugar del envase ni en la propia tienda, un Supercor cualquiera de barrio en nuestro caso, se mencione al nombre castellanizado de la fruta, ni tampoco a su nombre más universal en latín. Omitido quizá para despistar a propósito, esta misteriosa baya redonda, brillante, lustrosa y firme responde al término de Physalis peruviana L.. Aunque tiene muchos otros nombres. Golden berry, uchuva, alquequenje, baya dorada, uvilla dorada, pichuberry, uvilla, fisalis, aguaymanto, baya inca, opotopo, chuchuva o vejigón son algunos de sus apelativos más famosos. En España, desde que empezó a popularizarse como elemento decorativo en postres de restaurantes con ínfulas o de reminiscencias exóticas, se conocía, simplemente, como physalis. Pero ahora hay que vender otro concepto. Y ojo, porque en España se confunden, quizá a propósito, los titulares de la "fruta dorada" con otro producto distinto, el nanche, que aún no nos ha llegado. al menos no con tanto interés. Te sonará más si la imaginas cubierta por una especie de cápsula formada por lo que parecen hojas -vesícula costillada- que le da el aspecto de un farolillo de papel. Y esa semejanza hizo al physalis tan popular en restaurantes asiáticos o de comida china más occidentalizada, también muy presente en las primeras oleadas de locales de cocina fusión y muchas pastelerías. Si se le da la vuelta a la cápsula se puede dejar la baya al descubierto con su penacho encima, ideal para decorar sin esfuerzo cualquier postre o plato. Pero hace ya tiempo que emplatar con physalis parece cocina viejuna y casi hortera, y ahora se vende mucho mejor la fruta por sus propiedades saludables. El nombre anglosajón, golden berries, suena mejor, y encaja mejor con la idea que se quiere vender de ser un superalimento. Por eso ya se empieza a comercializar sin su farolillo, relegando todo el protagonismo a la baya, al fruto. Y eso puede despistar al consumidor incauto. Qué propiedades tiene La fruta dorada tiene, en efecto, multitud de propiedades beneficiosas y su consumo es altamente recomendable. Sin embargo, carece de poderes que no podamos recibir mediante el consumo de otras bayas, frutas y verduras. Lo que sí tienen las bayas como los arándanos, frambuesas y grosellas, es la capacidad de concentrar en muy poca cantidad de producto un alto porcentaje de micronutrientes, especialmente vitaminas antioxidantes, minerales esenciales y sustancias fitoquímicas, destacando la presencia de vitamina A, C y flavonoides. Además, son ricas en agua y fibra, beneficiando a la salud digestiva, y, como todas las bayas, tienen un bajo contenido calórico. Sus potenciales efectos en la salud continúan estudiándose, pero su consumo se ha vinculado con posibles beneficios contra el envejecimiento celular, con propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, diuréticas y digestivas. Es saciante, con un bajo contenido en hidratos de carbono, hidratante y sus nutrientes ayudan a la producción natural de colágeno, ayudando a fortalecer las articulaciones, la vista y la piel. Son todas propiedades que comparte, en un porcentaje variable, con otras bayas o frutos del bosque, y también con otras frutas y verduras. No es mala idea introducirlas en nuestra dieta habitual, pero sin abandonar el consumo de otros alimentos vegetales que puedan darnos mayor variedad. Ningún producto, por muy sano que sea, puede cubrir todas las necesidades del organismo. A qué sabe la fruta dorada En las cuestiones organolépticas entramos ya quizá en terreno más pantanoso: no es una fruta para todos los paladares. Si esperas una baya tan dulce como el arándano o fresca y aromática como la fresa, te vas a llevar una decepción. Tampoco se puede equiparar a la fragancia intensa tan peculiar de la frambuesa, ni a la fabulosa acidez explosiva de las grosellas. El physalis tiene un sabor peculiar, y también una textura que puede echar para atrás. En su punto, consumida lo más fresca posible antes de que empiece a deteriorarse, es una baya crujiente al exterior que estalla en la boca cuando se mastica, con su piel firme. Pero su pulpa es algo más gelatinosa que la de un arándano, y está repleta de pequeñas semillas que, si bien se pueden comer sin problemas, resultarán desagradables a los paladares más delicados.

Feb 5, 2025 - 12:50
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Qué es y a qué sabe la fruta dorada o golden berry: la baya de moda tiene muchas propiedades, pero no hace milagros

Qué es y a qué sabe la fruta dorada o golden berry: la baya de moda tiene muchas propiedades, pero no hace milagros

Con los medios de comunicación ávidos por encontrar novedosos productos con los que captar la atención, en los últimos tiempos han pululado por las redes titulares alabando a una baya "desconocida" en España llamada fruta dorada, repleta de beneficios. Y también empiezan a verse en fruterías y supermercados pequeñas cestas de plástico con las llamativas frutillas anaranjadas, presentadas bajo el nombre de golden berries, sin más. La novedad y el precio asequible son un buen reclamo para animar a la gente a probar la misteriosa fruta de color dorado.

No deja de resultar curioso que en ningún lugar del envase ni en la propia tienda, un Supercor cualquiera de barrio en nuestro caso, se mencione al nombre castellanizado de la fruta, ni tampoco a su nombre más universal en latín. Omitido quizá para despistar a propósito, esta misteriosa baya redonda, brillante, lustrosa y firme responde al término de Physalis peruviana L.. Aunque tiene muchos otros nombres.

Golden berry, uchuva, alquequenje, baya dorada, uvilla dorada, pichuberry, uvilla, fisalis, aguaymanto, baya inca, opotopo, chuchuva o vejigón son algunos de sus apelativos más famosos. En España, desde que empezó a popularizarse como elemento decorativo en postres de restaurantes con ínfulas o de reminiscencias exóticas, se conocía, simplemente, como physalis. Pero ahora hay que vender otro concepto. Y ojo, porque en España se confunden, quizá a propósito, los titulares de la "fruta dorada" con otro producto distinto, el nanche, que aún no nos ha llegado. al menos no con tanto interés.

Te sonará más si la imaginas cubierta por una especie de cápsula formada por lo que parecen hojas -vesícula costillada- que le da el aspecto de un farolillo de papel. Y esa semejanza hizo al physalis tan popular en restaurantes asiáticos o de comida china más occidentalizada, también muy presente en las primeras oleadas de locales de cocina fusión y muchas pastelerías. Si se le da la vuelta a la cápsula se puede dejar la baya al descubierto con su penacho encima, ideal para decorar sin esfuerzo cualquier postre o plato.

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Pero hace ya tiempo que emplatar con physalis parece cocina viejuna y casi hortera, y ahora se vende mucho mejor la fruta por sus propiedades saludables. El nombre anglosajón, golden berries, suena mejor, y encaja mejor con la idea que se quiere vender de ser un superalimento. Por eso ya se empieza a comercializar sin su farolillo, relegando todo el protagonismo a la baya, al fruto. Y eso puede despistar al consumidor incauto.

Qué propiedades tiene

La fruta dorada tiene, en efecto, multitud de propiedades beneficiosas y su consumo es altamente recomendable. Sin embargo, carece de poderes que no podamos recibir mediante el consumo de otras bayas, frutas y verduras.

Lo que sí tienen las bayas como los arándanos, frambuesas y grosellas, es la capacidad de concentrar en muy poca cantidad de producto un alto porcentaje de micronutrientes, especialmente vitaminas antioxidantes, minerales esenciales y sustancias fitoquímicas, destacando la presencia de vitamina A, C y flavonoides. Además, son ricas en agua y fibra, beneficiando a la salud digestiva, y, como todas las bayas, tienen un bajo contenido calórico.

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Sus potenciales efectos en la salud continúan estudiándose, pero su consumo se ha vinculado con posibles beneficios contra el envejecimiento celular, con propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, diuréticas y digestivas. Es saciante, con un bajo contenido en hidratos de carbono, hidratante y sus nutrientes ayudan a la producción natural de colágeno, ayudando a fortalecer las articulaciones, la vista y la piel.

Son todas propiedades que comparte, en un porcentaje variable, con otras bayas o frutos del bosque, y también con otras frutas y verduras. No es mala idea introducirlas en nuestra dieta habitual, pero sin abandonar el consumo de otros alimentos vegetales que puedan darnos mayor variedad. Ningún producto, por muy sano que sea, puede cubrir todas las necesidades del organismo.

A qué sabe la fruta dorada

En las cuestiones organolépticas entramos ya quizá en terreno más pantanoso: no es una fruta para todos los paladares. Si esperas una baya tan dulce como el arándano o fresca y aromática como la fresa, te vas a llevar una decepción. Tampoco se puede equiparar a la fragancia intensa tan peculiar de la frambuesa, ni a la fabulosa acidez explosiva de las grosellas. El physalis tiene un sabor peculiar, y también una textura que puede echar para atrás.

En su punto, consumida lo más fresca posible antes de que empiece a deteriorarse, es una baya crujiente al exterior que estalla en la boca cuando se mastica, con su piel firme. Pero su pulpa es algo más gelatinosa que la de un arándano, y está repleta de pequeñas semillas que, si bien se pueden comer sin problemas, resultarán desagradables a los paladares más delicados.

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Y es que la golden berry es una solanácea, no una baya. Está más cerca del tomate que del arándano o la fresa, y por eso su piel es más gruesa y crujiente, y su pulpa más carnosa, con pepitas más palpables. Su alto contenido en pectina hace que sea, además, astringente, sensación que no gusta a todo el mundo en la boca y que deja un sabor agridulce particular. No es ácida, pero tampoco dulce, casi tiene matices amargos.

Personalmente recomiendo consumirlas combinadas con otras frutas, con arándanos por ejemplo, mezcladas con yogur natural o un queso fresco tipo cottage o queso quark. Sí combinan muy bien con el chocolate negro y es excelente para hacer mermelada, o para añadir a postres con otras frutas, como tartas de fresa. Al no ser muy dulce, es perfecta también para platos salados como una tabla de quesos o para hacer salsas tipo chutneys.

Aunque a España nos suele llegar importado desde Perú, uno de los países de donde es originaria la fruta, junto con Bolivia y Ecuador, aunque el mayor productor mundial es Colombia. Si el interés comercial aumenta en los próximos años, es más que probable que su cultivo se extienda también por España, ya que tiene pocas exigencias hídricas y podría ser atractivo para los productores de distintas regiones.

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La noticia Qué es y a qué sabe la fruta dorada o golden berry: la baya de moda tiene muchas propiedades, pero no hace milagros fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs .