«Hay que empezar a ver el lado bueno de la madrastra»
Durante el año 2023 se produjeron 80.065 casos de separación y divorcio , según el INE. De ellos, el 53,8% tenían hijos, ya fuesen mayores de edad, menores o dependientes económicamente. Con esas cifras, no es de extrañar que cada una de esas personas puedan rehacer su vida con otra pareja. Es, en este contexto, cuando el papel de la madrastra empieza a ser más conocido. Es así como surgen las familias enlazadas, es decir, los clanes que se forman tras la unión de una pareja en la que, ambos o uno de ellos, tiene hijos de una relación anterior. «Las madrastras atravesamos un proceso personal para construir nuestro rol en la familia y encontrar un lugar propio dentro de ella», aseguran Berta Capdevila y Aina Buforn, creadoras de Ser Madrastra , en su libro ' Manual para la madrastra moderna ' (Alfaguara). Se trata de la primera guía acerca de este asunto en España con el fin de ayudar y dar respuesta a muchas de las dudas que asolan a las mujeres que se adentran en una nueva relación de pareja con hijos de por medio o exparejas muy presentes. Poniendo el foco en la salud mental , este manual ofrece recursos prácticos, recopilando, entre otras muchas cosas, información básica para la madrastra principiante, situaciones incómodas o las cinco fases de lo que ellas llaman 'madrastridad'. -¿Sigue teniendo la madrastra una connotación negativa? Berta Capdevila (BC) : Es como una salida del armario. Así nos sentimos cuando empezamos a decirle a la gente que somos madrastras. Sí, es una palabra que no gusta, que a la gente le choca. Aina Buforn (AB) : La directora del cole de mis hijastros me dijo 'Ay, madrastra no, llámate segunda madre'. Eso es como decirle a alguien que se llama Pepa, 'no, no te llames así, llámate Juana'. ¿Con qué libertad se siente la gente para mirarte mal por el mero hecho de decir que eres madrastra? -Es como cuando, hace unos años, se miraba mal a la divorciada, ¿no? Llegará un momento, supongo, en que dirás 'soy madrastra' y te mirarán como si nada. BC : Está pasando ya. AB : La madrastra es un rol revolucionario de verdad. Es la muestra de que la sociedad avanza y que tenemos más derechos. Sé de parejas que se odian y no se divorcian. Y eso causa estragos en los hijos, incluso en su vida adulta. Tú eres madrastra y lo ves como un estigma pero eso significa que ha habido una separación y que ha habido un intento de seguir siendo feliz y de dar otro modelo a los hijos. Hay que empezar a ver el lado bueno de la madrastra. -Visto así… BC : Divorciarse es un acto de responsabilidad. Si la pareja no está bien, daña a los hijos. Es mejor separarse y abrirse a nuevas personas. Para mí, el hecho de que mis padres se separaran y conocer a mi padrastro y hermanastros, fue una ganancia tremenda. ¡Un regalo! Es importante que lo empecemos a ver así. -¿Ser madrastra implica casarse? AB : Para mí es, no sólo el hecho de tener hijastros, si no de vivir todas esas circunstancias, situaciones, el estigma, la presión o las normas absurdas que tú vives por el mero hecho de estar con alguien que tiene hijos. Luego tú ejercerás o no. Pero eres madrastra cuando la gente ya te mira mal, el que te miren con recelo en el colegio, el sentirte como una loca en tu propia casa, el que quieras poner límites… Y, luego, está el plus de la relación con tus hijastros. BC : El verte afectada también por separaciones conflictivas. Hoy, en la mayoría de los casos, la relación entre madres y madrastras es muy difícil. Esa relación tan agresiva que tienen esas dos personas te afecta y no tienes capacidad de decisión porque es asunto de tu pareja. Y eso deja un impacto muy fuerte. -Tener siempre presente el bien del menor es algo que no debería perderse de vista en separaciones o divorcios. Y cuando hay otra pareja… AB : Deberíamos ser menos machistas. El problema aquí es el machismo o la misoginia. Hablar de esto es destapar un poco la caja de Pandora, pero es la realidad porque todavía la madre tiene un papel muy endiosado y subyugado a la crianza. Entonces tú, como madrastra, no sabes muy bien qué hacer. Si cuidas, pisas el papel de la madre; si no lo haces, eres una bruja… -Criticada siempre… AB : Exacto. Son roles del patriarcado que arrastramos del pasado y el rol de la madrastra es muy nuevo. ¡Lo estamos definiendo ahora! A mí me duele más la crítica de las madres porque deberíamos ayudarnos. -Explicáis en el libro que toda madrastra atraviesa por cinco fases: enamorada, esforzada, quemada, rendida y liberada. ¿Se pasa siempre por las cinco? AB : Sí, aunque te vaya fenomenal. Las pasarás con mayor o menor sufrimiento y tampoco son fases lineales. -Y decís que se produce una metamorfosis porque 'ninguna mujer se convierte en madrastra sin pasar por un proceso de cambio personal'. AB : Si supieras cómo éramos Berta y yo cuando empezamos en todo esto y como somos ahora… Hemos cambiado mucho. BC : Pero para bien. Si tuviera que volver a empezar, no sé si lo haría, porque es muy duro, pero ahora estoy muy contenta de la pe
Durante el año 2023 se produjeron 80.065 casos de separación y divorcio , según el INE. De ellos, el 53,8% tenían hijos, ya fuesen mayores de edad, menores o dependientes económicamente. Con esas cifras, no es de extrañar que cada una de esas personas puedan rehacer su vida con otra pareja. Es, en este contexto, cuando el papel de la madrastra empieza a ser más conocido. Es así como surgen las familias enlazadas, es decir, los clanes que se forman tras la unión de una pareja en la que, ambos o uno de ellos, tiene hijos de una relación anterior. «Las madrastras atravesamos un proceso personal para construir nuestro rol en la familia y encontrar un lugar propio dentro de ella», aseguran Berta Capdevila y Aina Buforn, creadoras de Ser Madrastra , en su libro ' Manual para la madrastra moderna ' (Alfaguara). Se trata de la primera guía acerca de este asunto en España con el fin de ayudar y dar respuesta a muchas de las dudas que asolan a las mujeres que se adentran en una nueva relación de pareja con hijos de por medio o exparejas muy presentes. Poniendo el foco en la salud mental , este manual ofrece recursos prácticos, recopilando, entre otras muchas cosas, información básica para la madrastra principiante, situaciones incómodas o las cinco fases de lo que ellas llaman 'madrastridad'. -¿Sigue teniendo la madrastra una connotación negativa? Berta Capdevila (BC) : Es como una salida del armario. Así nos sentimos cuando empezamos a decirle a la gente que somos madrastras. Sí, es una palabra que no gusta, que a la gente le choca. Aina Buforn (AB) : La directora del cole de mis hijastros me dijo 'Ay, madrastra no, llámate segunda madre'. Eso es como decirle a alguien que se llama Pepa, 'no, no te llames así, llámate Juana'. ¿Con qué libertad se siente la gente para mirarte mal por el mero hecho de decir que eres madrastra? -Es como cuando, hace unos años, se miraba mal a la divorciada, ¿no? Llegará un momento, supongo, en que dirás 'soy madrastra' y te mirarán como si nada. BC : Está pasando ya. AB : La madrastra es un rol revolucionario de verdad. Es la muestra de que la sociedad avanza y que tenemos más derechos. Sé de parejas que se odian y no se divorcian. Y eso causa estragos en los hijos, incluso en su vida adulta. Tú eres madrastra y lo ves como un estigma pero eso significa que ha habido una separación y que ha habido un intento de seguir siendo feliz y de dar otro modelo a los hijos. Hay que empezar a ver el lado bueno de la madrastra. -Visto así… BC : Divorciarse es un acto de responsabilidad. Si la pareja no está bien, daña a los hijos. Es mejor separarse y abrirse a nuevas personas. Para mí, el hecho de que mis padres se separaran y conocer a mi padrastro y hermanastros, fue una ganancia tremenda. ¡Un regalo! Es importante que lo empecemos a ver así. -¿Ser madrastra implica casarse? AB : Para mí es, no sólo el hecho de tener hijastros, si no de vivir todas esas circunstancias, situaciones, el estigma, la presión o las normas absurdas que tú vives por el mero hecho de estar con alguien que tiene hijos. Luego tú ejercerás o no. Pero eres madrastra cuando la gente ya te mira mal, el que te miren con recelo en el colegio, el sentirte como una loca en tu propia casa, el que quieras poner límites… Y, luego, está el plus de la relación con tus hijastros. BC : El verte afectada también por separaciones conflictivas. Hoy, en la mayoría de los casos, la relación entre madres y madrastras es muy difícil. Esa relación tan agresiva que tienen esas dos personas te afecta y no tienes capacidad de decisión porque es asunto de tu pareja. Y eso deja un impacto muy fuerte. -Tener siempre presente el bien del menor es algo que no debería perderse de vista en separaciones o divorcios. Y cuando hay otra pareja… AB : Deberíamos ser menos machistas. El problema aquí es el machismo o la misoginia. Hablar de esto es destapar un poco la caja de Pandora, pero es la realidad porque todavía la madre tiene un papel muy endiosado y subyugado a la crianza. Entonces tú, como madrastra, no sabes muy bien qué hacer. Si cuidas, pisas el papel de la madre; si no lo haces, eres una bruja… -Criticada siempre… AB : Exacto. Son roles del patriarcado que arrastramos del pasado y el rol de la madrastra es muy nuevo. ¡Lo estamos definiendo ahora! A mí me duele más la crítica de las madres porque deberíamos ayudarnos. -Explicáis en el libro que toda madrastra atraviesa por cinco fases: enamorada, esforzada, quemada, rendida y liberada. ¿Se pasa siempre por las cinco? AB : Sí, aunque te vaya fenomenal. Las pasarás con mayor o menor sufrimiento y tampoco son fases lineales. -Y decís que se produce una metamorfosis porque 'ninguna mujer se convierte en madrastra sin pasar por un proceso de cambio personal'. AB : Si supieras cómo éramos Berta y yo cuando empezamos en todo esto y como somos ahora… Hemos cambiado mucho. BC : Pero para bien. Si tuviera que volver a empezar, no sé si lo haría, porque es muy duro, pero ahora estoy muy contenta de la persona que soy por el hecho de haber pasado por este proceso de transformación. Creo que hay situaciones en la vida que te hacen plantearte muchos ideales y expectativas: 'soy buena persona, cómo no me van a entender', 'hablando se entiende la gente', 'no pasa nada, él tiene hijos y vamos a hacerlo como una familia normal'... Luego, te vas encontrando que, aunque seas muy maja, no siempre te aceptan; que hablando no siempre se entiende la gente, que la relación con los niños no es tan fácil o que eres más celosa de lo que pensabas... -¿Es como si todo se te viniera abajo? BC : Sí porque esas ideas que tenías sobre ti misma y sobre la vida, de repente, se remueven. Al principio, intentas esforzarte por mantener esos ideales, que es lo que pasa en la fase de la madrastra esforzada, hasta que te quemas y dices 'ya no puedo más'. Pero te asolan los miedos porque si cambias, no sabes en qué vas a convertirte; o si te alejas de los problemas que tiene tu pareja con la ex, crees que eres mala. Pero, al mismo tiempo, te esfuerzas en conservar lo que has conseguido aunque te pese muchísimo porque las madrastras atraviesan problemas de salud físicos y psicológicos. Y llega un momento en el que no puedes más y ves que tus ideales ya no los puedes mantener. Así llegas a la rendición. Y es curioso, porque esto es lo más transformador de todo, que una vez que decides que ya no vas a seguir esforzándote en mantener ideales, de repente tienes que empezar a crear cómo quieres ser madrastra, cómo quieres estar en la familia o cómo es tu familia en la realidad. En este momento de aceptación es cuando encuentras un poco la libertad de ser tú. -Qué importante es aceptar y soltar. Y ese es un aprendizaje que vale para cualquier momento de la vida, ¿verdad? BC : Y es un duelo. Este libro va mucho de duelos porque los hay personales, de pareja, de familia… AB : Y de todo lo que pierdes en el camino, como amigos o familiares. -Y seguro que, a ello, se suman opiniones y consejos que una no ha pedido… AB : Lo peor de quienes te dan su opinión sobre tu situación es que no saben qué es ser madrastra porque no lo son. Una madrastra te puede decir 'yo no sé si me metería', 'es difícil' y, entonces, entramos en el juego de los matices. -Proponéis un reto en cada una de las fases. En la etapa de la madrastra enamorada, es hacer pública la relación. ¿Por qué no se cuenta siendo el mejor momento? BC : A veces tu pareja quiere mantener un secreto por no tener conflictos con su ex, incluso aunque se hayan separado, o porque no sabe cómo van a reaccionar los hijos. AB : Te mueres de la vergüenza. Te sientes como 'la otra', como si estuvieras haciendo algo sucio. Pero es que cuando tu pareja te presenta como su amiga… lo ahogarías. Y eso es muy habitual. -Así que no es sólo no decirlo si no también mostrarlo… BC : Eso eso. A mí me pasó. Ponerme delante de mis padres con un hombre y su hijo… Además, por entonces estaba muy perdida y estresada porque no sabía qué hacer para contentar al niño, hacerme un lugar y sentirme querida. -Curioso teniendo en cuenta que ambas sois hijastras… AB : Es verdad. Yo tardé también mucho en contárselo a mis padres. De hecho, hacía mucha bomba de humo, no respondía a las llamadas… -Cuando eres la madrastra esforzada, ¿tanto se esfuerzas que incluso te anulas como persona? AB : Es una crisis de identidad. No te das cuenta de hasta qué punto lo dejas todo por estar ahí. Te crees, literalmente, eso de que 'el que se fue a Sevilla, perdió su silla'. Piensas que si no estás se olvidarán de ti; que como falles un día, pierdes todo… Así te sientes. Y estás para cocinar, jugar o lo que haga falta porque te tienen que percibir maravillosa. Y si los niños no te quieren, piensas que has fallado. Además, estás constantemente demostrándole a tu pareja que eres perfecta y que puedes darlo todo porque, de lo contrario, piensas que él no va a querer seguir estando contigo. Por eso, te esfuerzas en ser una buena cuidadora de sus hijos. ¡Es tan injusto! -Que las relaciones salgan adelante no es siempre fácil. Pero este tipo de relaciones son aún más complicadas. AB : Y, además, no depende de ti, sino de los demás. Te vuelves loca. ¡Nos ha pasado a todas! Dejas todo. Y la fase de esfuerzo coincide muchas veces con la batalla legal de tu pareja y su ex. Te esfuerzas en apoyar a tu pareja al máximo. Pones tu vida en pausa para demostrar. BC : Aquí entra también en juego el estereotipo de la madrastra. Tú has crecido con ello y tienes miedo de ser realmente la más malvada. Entonces, anticipas y tú misma empiezas a fiscalizar todo lo que haces. Esto hace también que te calles muchas veces cuando tener dificultades con los hijastros, con tu pareja o con la madre de los niños es lo más habitual. Sin embargo, todas lo vivimos en silencio y con vergüenza por miedo al rechazo por ser esa malvada madrastra. -Precisamente se ha de tener mucha comunicación en pareja. En cualquier tipo de pareja. AB : ¡Claro! Es una cuestión social. Eso es lo que hay que hacer porque, si te das cuenta, casi todo se resuelve en la pareja . -¿Qué os pasa a las madrastras con los colegios? Explicáis en el libro lo que podéis hacer o no. AB : Toda madrastra puede colaborar y contribuir en la conciliación de la familia. Para ello, tu pareja puede rellenar la hoja de autorización con tus datos para que puedas recoger al niño, al igual que se hace con los abuelos. BC : Y no hace falta que te autorice también la madre. Con el visto bueno del padre es suficiente en el ejercicio de la patria potestad. -¿Puede la madrastra ir a las reuniones escolares? AB : Lo normal sería que pudiera hacerlo siempre que sea una reunión general, no una tutoría. Pero la realidad es que la sociedad no está aún preparada para esto. BC : Es legal que tú, estando autorizada, puedas recogerlo, participes en eventos, acudas a reuniones generales… Donde sí te pueden poner límite es cuando se comparte información académica del menor, es decir, en la tutoría. -¿Se mira igual al padrastro que a la madrastra? AB : Ellos son salvadores porque 'salvan' a esa mujer que tiene hijos. Es muy jodido. Con que ellos hagan muy poquito, es más que suficiente. BC : No se les mira igual. Una mujer con hijos es sinónimo de carga, entonces al hombre se le ve como un santo porque acepta esa carga. Los padrastros no se enfrentan al mismo juicio social e interno que las madrastras. Ojo, también es verdad que se encuentran con otras dificultades, como que los hijastros no los acepten. Pero no tiene nada que ver. -¿Llegará un día en que madre y madrastra se entiendan? AB : Ninguna madrastra quiere ser la madre de los hijastros. Si la madre no existiera, tú tendrías que tener a tus hijastros siempre. Y eso no suele ser así. La madrastra tiene que agradecer que esté la madre y hacer las paces con que ella exista. -Decís que a las madrastras 'vivimos enganchadas al drama'. BC : Sí, y es adictivo. -¿La madrastra liberada es un triunfo? AB : Sí, pero de amor propio, de que te quieres, con independencia de cómo esté la familia. -Y tras esta fase, ¿fin? BC : No, esto nunca acaba. Es como una espiral: puedes volver a pasar por los mismos ciclos o por otros pero ya con aprendizaje, de estar en paz contigo misma, tienes herramientas… Y no estamos ya tan solas. AB : Ya sabes que has tocado fondo y sabes cómo volver. Lo gestionas de otra manera.
Publicaciones Relacionadas