Diabetes en perros y gatos: cómo detectarla
Igual que los humanos, los perros y los gatos pueden desarrollar diabetes a partir de ciertos factores de riesgo, y sus síntomas también son similares a los de las personas. Oddie, el perro que alerta a Pablo antes de sufrir una crisis diabética y le ha “cambiado la vida” De igual manera que ocurre con los humanos, ciertos condicionantes genéticos y ambientales inciden en el riesgo de que las mascotas desarrollen diabetes: la obesidad, la dieta o la falta de ejercicio. Incluso, según una investigación de la Universidad de Uppsala en Suecia, la prevalencia de esta enfermedad en mascotas puede reflejar estilos de vida similares a los de sus dueños. La diabetes en gatos y perros es muy común, aunque no tanto como en los humanos, afecta a alrededor del 1,5 % de los perros y entre el 0,5% y el 1% de los gatos en una tendencia que va en aumento de la misma manera que ocurre con las personas. Así lo afirmó Jacquie Rand, profesora de salud animal de la Universidad de Queensland (Australia). La contaminación ambiental, la exposición a productos químicos en el hogar y el estrés son condicionantes de la vida moderna que no solo están afectando a las personas sino también a sus animales de compañía. Además de estos factores y el sobrepeso, también hay un componente genético que muestra predisposición en algunos gatos y perros a tener diabetes, aunque en un porcentaje menor en el caso de los segundos. En cualquier caso, y pese a que el diagnóstico de diabetes en un animal suele ser impactante para su dueño, es necesario saber que se puede controlar con un tratamiento temprano. En el caso de los felinos, además puede remitir. Cómo detectar diabetes en animales En torno a un 20% de los perros y gatos diagnosticados de diabetes son sacrificados el año posterior a su valoración a causa de las consecuencias que tiene para su calidad de vida. Sin embargo, con una detección precoz no tendría por qué ser necesario llegar a este extremo. La observación en este tipo de patologías tiene un papel fundamental. Los principales signos que determinan si un animal sufre diabetes incluyen aumento en la sed y la micción, pérdida de peso a pesar de un apetito normal o elevado, cansancio o letargo y, en algunos casos, cataratas (en perros). Notar cambios repentinos en el comportamiento de tu mascota, como beber agua de manera excesiva o accidentes urinarios, es algo importante que consultar con el veterinario, quien en un análisis de sangre y orina puede confirmar el diagnóstico y a partir de él comenzar con un tratamiento. Consejos para mejorar la calidad de vida de mascotas con diabetes Según Jacquie Rand, para manejar una situación de diabetes en mascotas es necesario combinar una alimentación concreta adecuada, ejercicio y el suministro de insulina específico. En el caso de los perros lo ideal es una dieta rica en fibra y carbohidratos complejos, mientras los gatos necesitan una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos. Algunos dueños tienen dudas a la hora de poder complementar todas estas opciones de la mejor manera para sus mascotas, por eso puede ser útil seguir algunas recomendaciones. De acuerdo con investigaciones publicadas en la Journal of Veterinary Internal Medicine estos comportamientos podrían ser beneficiosos: Administrar insulina durante las comidas: Esto no solo mejora la absorción de glucosa, sino que reduce el estrés y crea una rutina positiva. Control de la dieta: Establecer dietas con bajo índice glucémico que reducen la resistencia a la insulina, especialmente en los primeros. También establecer cierta frecuencia en las comidas, repartiendo las raciones en dos o tres porciones diarias, ayuda a mantener estables los niveles de azúcar. Ejercicio moderado: Una actividad física regular ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina y a controlar el peso. En perros, caminar diariamente reduce los picos de glucosa. Control continuo: Es importante medir los niveles de glucosa regularmente. Utilizar medidores portátiles o acudir de manera habitual al veterinario permite ajustar las dosis de insulina y evitar complicaciones como la hipoglucemia. Actualizaciones veterinarias: Revisiones constantes y ajustes en el tratamiento mejoran la calidad de vida y el control de la diabetes a largo plazo.
Igual que los humanos, los perros y los gatos pueden desarrollar diabetes a partir de ciertos factores de riesgo, y sus síntomas también son similares a los de las personas.
Oddie, el perro que alerta a Pablo antes de sufrir una crisis diabética y le ha “cambiado la vida”
De igual manera que ocurre con los humanos, ciertos condicionantes genéticos y ambientales inciden en el riesgo de que las mascotas desarrollen diabetes: la obesidad, la dieta o la falta de ejercicio. Incluso, según una investigación de la Universidad de Uppsala en Suecia, la prevalencia de esta enfermedad en mascotas puede reflejar estilos de vida similares a los de sus dueños.
La diabetes en gatos y perros es muy común, aunque no tanto como en los humanos, afecta a alrededor del 1,5 % de los perros y entre el 0,5% y el 1% de los gatos en una tendencia que va en aumento de la misma manera que ocurre con las personas. Así lo afirmó Jacquie Rand, profesora de salud animal de la Universidad de Queensland (Australia). La contaminación ambiental, la exposición a productos químicos en el hogar y el estrés son condicionantes de la vida moderna que no solo están afectando a las personas sino también a sus animales de compañía.
Además de estos factores y el sobrepeso, también hay un componente genético que muestra predisposición en algunos gatos y perros a tener diabetes, aunque en un porcentaje menor en el caso de los segundos. En cualquier caso, y pese a que el diagnóstico de diabetes en un animal suele ser impactante para su dueño, es necesario saber que se puede controlar con un tratamiento temprano. En el caso de los felinos, además puede remitir.
Cómo detectar diabetes en animales
En torno a un 20% de los perros y gatos diagnosticados de diabetes son sacrificados el año posterior a su valoración a causa de las consecuencias que tiene para su calidad de vida. Sin embargo, con una detección precoz no tendría por qué ser necesario llegar a este extremo. La observación en este tipo de patologías tiene un papel fundamental.
Los principales signos que determinan si un animal sufre diabetes incluyen aumento en la sed y la micción, pérdida de peso a pesar de un apetito normal o elevado, cansancio o letargo y, en algunos casos, cataratas (en perros). Notar cambios repentinos en el comportamiento de tu mascota, como beber agua de manera excesiva o accidentes urinarios, es algo importante que consultar con el veterinario, quien en un análisis de sangre y orina puede confirmar el diagnóstico y a partir de él comenzar con un tratamiento.
Consejos para mejorar la calidad de vida de mascotas con diabetes
Según Jacquie Rand, para manejar una situación de diabetes en mascotas es necesario combinar una alimentación concreta adecuada, ejercicio y el suministro de insulina específico. En el caso de los perros lo ideal es una dieta rica en fibra y carbohidratos complejos, mientras los gatos necesitan una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos. Algunos dueños tienen dudas a la hora de poder complementar todas estas opciones de la mejor manera para sus mascotas, por eso puede ser útil seguir algunas recomendaciones. De acuerdo con investigaciones publicadas en la Journal of Veterinary Internal Medicine estos comportamientos podrían ser beneficiosos:
Administrar insulina durante las comidas: Esto no solo mejora la absorción de glucosa, sino que reduce el estrés y crea una rutina positiva.
Control de la dieta: Establecer dietas con bajo índice glucémico que reducen la resistencia a la insulina, especialmente en los primeros. También establecer cierta frecuencia en las comidas, repartiendo las raciones en dos o tres porciones diarias, ayuda a mantener estables los niveles de azúcar.
Ejercicio moderado: Una actividad física regular ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina y a controlar el peso. En perros, caminar diariamente reduce los picos de glucosa.
Control continuo: Es importante medir los niveles de glucosa regularmente. Utilizar medidores portátiles o acudir de manera habitual al veterinario permite ajustar las dosis de insulina y evitar complicaciones como la hipoglucemia.
Actualizaciones veterinarias: Revisiones constantes y ajustes en el tratamiento mejoran la calidad de vida y el control de la diabetes a largo plazo.