Cómo salvar la Tierra del asteroide: ¿se le puede detener antes de 2032?
Las agencias espaciales cuentan con distintas misiones para modificar la trayectoria de asteroides peligrosos.
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De los numerosos asteroides que habitan en nuestro sistema solar, algunos de ellos, por su tamaño o su trayectoria, merecen especial atención de la comunidad científica. El último que mantiene vigilantes a agencias espaciales como la NASA o la ESA es el asteroide llamado 2024 YR4, cuyo choque contra la Tierra se prevé para el 22 de diciembre de 2032.
Después de que la ONU haya activado esta semana por primera vez el Protocolo de Seguridad Planetaria ante el posible peligro de impacto, las probabilidades de choque cambian cada día, y el telescopio espacial James Webb medirá a partir de finales de abril el recorrido de este asteroide.
¿Qué formas hay de defenderse de este y otros posibles asteroides que puedan amenazar a la Tierra? Aunque pueda sonar a ciencia ficción, la ESA, la NASA y demás agencias espaciales han puesto en marcha distintas misiones de defensa planetaria que tienen por objetivo modificar la trayectoria de estos bólidos.
En 2021, la NASA lanzó la misión DART (siglas en inglés de Double Asteroid Redirection Test) a un sistema de asteroides gemelos para comprobar si eran capaces de alterar su órbita. Este ha sido, por ahora, el único intento de la humanidad de alterar el curso de un asteroide, y fue un éxito rotundo. Tras el impacto en 2022, las primeras estimaciones auguraban buenas noticias, ya que la órbita del asteroide se vio modificada.
La ESA, por su parte, ha lanzado la sonda HERA, que estudiará en profundidad el impacto causado por la sonda DART. Para ello, analizará el cráter y permitirá a los científicos mejorar las técnicas de desviación de asteroides.
Pero hay más misiones a la vista: ambas agencias, estadounidense y europea, pretenden estudiar los efectos que tendrá nuestro planeta en otro asteroide, Apophis —de 300 metros de diámetro—, cuando pase cerca de la Tierra en 2029. En un primer momento, también se incluyó a este cuerpo celeste en las listas de riesgo. Ahora es solo un objeto de estudio, lo que demuestra también lo rápido que cambian estos porcentajes de riesgo a medida que se estudian.
Según explica Brent Barbee, ingeniero aeroespacial del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y profesor de ingeniería aeroespacial en la Universidad de Maryland, a Live Science, la investigación científica ha dado con dos formas viables de cambiar el curso de un asteroide potencialmente mortal para la Tierra: golpearlo con un impactador de alta velocidad o golpearlo con explosivos nucleares. La misión DART de la NASA entraría dentro del primer método de desvío.
Para Barbee, la fórmula del impactador cinético tiene sus inconvenientes, ya que cuanto más grande es el asteroide objetivo, más impactadores cinéticos se necesitarán para desviarlo.
Actualmente, esta es la única forma comprobada de desviar un asteroide de su órbita, aunque Barbee considera que la "mejor opción" sería utilizar energía nuclear. "Según nuestro análisis, un solo dispositivo explosivo nuclear del tamaño adecuado es capaz de desviar incluso un asteroide de 1,5 kilómetros", indicó.
A diferencia de lo que ocurre en la Tierra, una explosión nuclear en el espacio sería muy diferente, agrega este ingeniero aeroespacial. "El espacio, por supuesto, es un vacío... así que no se produce una gran onda de presión ni ninguno de los efectos térmicos de una detonación terrestre", más bien "se recibe una gran cantidad de radiación de una sola vez".
Sin embargo, este método está lejos de emplearse en la actualidad, ya que solo existe en simulaciones basadas en datos de explosiones terrestres. Según este experto, el éxito de una misión de este tipo vendría influenciada por muchos factores, incluido el tamaño y la composición del asteroide, así como el marco temporal y la trayectoria de su aproximación a la Tierra, en última instancia.