Cinco lugares y experiencias en los Pirineos que te ayudarán a desconectar
Rutas y destinos que permiten explorar la región pirenaica, visitar espacios protegidos y disfrutar de la tranquilidad del entornoUno de los bosques más bonitos para visitar en otoño está en Navarra Los Pirineos, con su imponente orografía y su naturaleza intacta, se presentan como un refugio ideal para quienes buscan alejarse del bullicio y sumergirse en un entorno donde el tiempo parece transcurrir a otro ritmo. Este enclave fronterizo entre España y Francia ofrece una combinación única de paisajes espectaculares, aldeas de cuento y rincones de paz absoluta, convirtiéndose en un destino privilegiado para aquellos que desean reconectar con lo esencial. Entre valles recónditos, lagos de aguas cristalinas y bosques centenarios, la cordillera pirenaica despliega una riqueza natural inigualable que invita al sosiego. Desde caminatas en parajes solitarios hasta baños termales en escenarios de ensueño, cada rincón esconde la posibilidad de detenerse, respirar y dejarse llevar por la calma que envuelve este territorio. En sus cumbres y senderos, la desconexión se convierte en una experiencia auténtica, donde la belleza del entorno es el único estímulo necesario. Para quienes buscan escapar de la rutina y sumergirse en un ambiente de serenidad, los Pirineos ofrecen una variedad de lugares y vivencias que permiten desconectar de la vorágine cotidiana. Estas cinco propuestas recorren algunos de los rincones más inspiradores de la región, donde la naturaleza y la tranquilidad se fusionan para proporcionar una sensación de libertad absoluta. Parque Natural de la Sierra y cañones de Guara Situado en la provincia de Huesca, el Parque Natural de la Sierra y cañones de Guara se extiende sobre más de 80.000 hectáreas, abarcando municipios como Abiego, Adahuesca y Alquézar. Este espacio protegido destaca por sus formaciones kársticas, profundos barrancos y una biodiversidad excepcional. Los amantes del senderismo encontrarán en sus rutas una oportunidad única para adentrarse en paisajes de ensueño, donde el silencio solo es interrumpido por el canto de las aves y el susurro del viento entre las rocas. Además, el parque es un enclave privilegiado para la observación de aves rapaces, ofreciendo miradores naturales desde los cuales contemplar el majestuoso vuelo de especies emblemáticas. Recorrer sus senderos es una invitación a desconectar del mundo exterior y sumergirse en la serenidad que emana de sus parajes. Zona de baño en el Parque Natural de Sierra y cañones de Guara. Refugio de Estós El Valle de Estós, en el Pirineo aragonés, es uno de esos lugares donde la naturaleza se muestra en su estado más puro. La ruta hasta su refugio, un recorrido de aproximadamente dos horas y media desde Benasque, atraviesa bosques de abetos, prados salpicados de flores silvestres y espectaculares vistas de picos que superan los 3.000 metros de altitud. Llegar al refugio supone sumergirse en una atmósfera de montaña auténtica, donde la vida transcurre con la sencillez propia de los rincones apartados. Aquí, la ausencia de distracciones tecnológicas y la inmensidad del paisaje invitan a disfrutar de la desconexión en su máxima expresión, con la posibilidad de contemplar la vía láctea en noches de cielos despejados. Lanuza, un pueblo a orillas del embalse Ubicado en el Valle de Tena, a más de 1.200 metros de altitud, Lanuza es un pintoresco pueblo pirenaico que resurgió tras haber sido expropiado para la construcción de un embalse. Gracias al esfuerzo de sus antiguos habitantes, que lucharon por recuperar y restaurar sus hogares, hoy Lanuza se presenta como un destino con calles empedradas y casas de piedra que se reflejan en las aguas del embalse homónimo. Pasear por sus estrechas callejuelas, visitar la iglesia de El Salvador y contemplar las vistas panorámicas del entorno son experiencias que invitan a la calma y la reflexión. Además,
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Rutas y destinos que permiten explorar la región pirenaica, visitar espacios protegidos y disfrutar de la tranquilidad del entorno
Uno de los bosques más bonitos para visitar en otoño está en Navarra
Los Pirineos, con su imponente orografía y su naturaleza intacta, se presentan como un refugio ideal para quienes buscan alejarse del bullicio y sumergirse en un entorno donde el tiempo parece transcurrir a otro ritmo. Este enclave fronterizo entre España y Francia ofrece una combinación única de paisajes espectaculares, aldeas de cuento y rincones de paz absoluta, convirtiéndose en un destino privilegiado para aquellos que desean reconectar con lo esencial.
Entre valles recónditos, lagos de aguas cristalinas y bosques centenarios, la cordillera pirenaica despliega una riqueza natural inigualable que invita al sosiego. Desde caminatas en parajes solitarios hasta baños termales en escenarios de ensueño, cada rincón esconde la posibilidad de detenerse, respirar y dejarse llevar por la calma que envuelve este territorio. En sus cumbres y senderos, la desconexión se convierte en una experiencia auténtica, donde la belleza del entorno es el único estímulo necesario.
Para quienes buscan escapar de la rutina y sumergirse en un ambiente de serenidad, los Pirineos ofrecen una variedad de lugares y vivencias que permiten desconectar de la vorágine cotidiana. Estas cinco propuestas recorren algunos de los rincones más inspiradores de la región, donde la naturaleza y la tranquilidad se fusionan para proporcionar una sensación de libertad absoluta.
Parque Natural de la Sierra y cañones de Guara
Situado en la provincia de Huesca, el Parque Natural de la Sierra y cañones de Guara se extiende sobre más de 80.000 hectáreas, abarcando municipios como Abiego, Adahuesca y Alquézar. Este espacio protegido destaca por sus formaciones kársticas, profundos barrancos y una biodiversidad excepcional. Los amantes del senderismo encontrarán en sus rutas una oportunidad única para adentrarse en paisajes de ensueño, donde el silencio solo es interrumpido por el canto de las aves y el susurro del viento entre las rocas.
Además, el parque es un enclave privilegiado para la observación de aves rapaces, ofreciendo miradores naturales desde los cuales contemplar el majestuoso vuelo de especies emblemáticas. Recorrer sus senderos es una invitación a desconectar del mundo exterior y sumergirse en la serenidad que emana de sus parajes.
Refugio de Estós
El Valle de Estós, en el Pirineo aragonés, es uno de esos lugares donde la naturaleza se muestra en su estado más puro. La ruta hasta su refugio, un recorrido de aproximadamente dos horas y media desde Benasque, atraviesa bosques de abetos, prados salpicados de flores silvestres y espectaculares vistas de picos que superan los 3.000 metros de altitud.
Llegar al refugio supone sumergirse en una atmósfera de montaña auténtica, donde la vida transcurre con la sencillez propia de los rincones apartados. Aquí, la ausencia de distracciones tecnológicas y la inmensidad del paisaje invitan a disfrutar de la desconexión en su máxima expresión, con la posibilidad de contemplar la vía láctea en noches de cielos despejados.
Lanuza, un pueblo a orillas del embalse
Ubicado en el Valle de Tena, a más de 1.200 metros de altitud, Lanuza es un pintoresco pueblo pirenaico que resurgió tras haber sido expropiado para la construcción de un embalse. Gracias al esfuerzo de sus antiguos habitantes, que lucharon por recuperar y restaurar sus hogares, hoy Lanuza se presenta como un destino con calles empedradas y casas de piedra que se reflejan en las aguas del embalse homónimo.
Pasear por sus estrechas callejuelas, visitar la iglesia de El Salvador y contemplar las vistas panorámicas del entorno son experiencias que invitan a la calma y la reflexión. Además, su proximidad a rutas de senderismo y parajes naturales lo convierten en un punto de partida ideal para explorar la belleza del Pirineo aragonés.
Paseo por la Selva de Irati
Considerado uno de los hayedos-abetales más extensos y mejor conservados de Europa, la Selva de Irati es un santuario natural que transporta a un mundo de sensaciones únicas. Sus senderos serpentean entre árboles centenarios, arroyos cristalinos y una biodiversidad que convierte cada paso en una experiencia inmersiva.
Este pulmón verde, ubicado en el Pirineo navarro, cambia de tonalidad con cada estación, ofreciendo un espectáculo visual incomparable en otoño, cuando las hojas se tiñen de ocres y dorados. Recorrerlo con calma, respirando el aire puro y disfrutando de la paz que reina en sus rincones más ocultos, es un ejercicio de desconexión que revitaliza cuerpo y espíritu.
Ruta de los 7 Lagos en el Circo de Colomèrs
En el corazón de la Val d'Aran, el Circo de Colomèrs alberga una cincuentena de lagos de origen glaciar, conocidos localmente como estanys. La Ruta de los 7 Lagos es un itinerario clásico que permite descubrir algunas de estas joyas acuáticas en un entorno de alta montaña. Con una longitud aproximada de 15,8 kilómetros, esta ruta circular de dificultad moderada ofrece al senderista paisajes de una belleza sobrecogedora, donde las aguas cristalinas de los lagos contrastan con las formaciones graníticas y la vegetación alpina.