Ceniza, tsunamis y cambios en el clima: así fue la erupción que engulló Santorini y pudo inspirar el mito de la Atlántida
La isla de Santorini, afectada estos días por seísmos, es uno de los vestigios de la gigantesca erupción que cambio el Mediterráneo hace más de 3.500 años.
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Las imágenes de sus idílicas calles empedradas desiertas contrastan con la imagen idílica del paisaje blanco y azul de Santorini, la más famosa de las islas griegas y todo un emblema del Mediterráneo. Los seísmos registrados en las últimas semanas -más de 600, algunos de magnitud 5 en la escala Richter- han despertado el temor de los turistas, aunque que la tierra tiemble bajo la superficie de la mítica isla no es precisamente algo extraño.
Y es que Santorini y sus islas colindantes no son más que los vestigios de una gigantesca caldera volcánica, la mayor del Mediterráneo. Como hoy, hace 3.500 años la tierra tembló bajo la isla, desatando una explosión volcánica devastadora mucho más destructiva que la de Pompeya.
La caldera de Santorini tuvo una explosión mayor que la de Pompeya
Alrededor del 1.600 a.C, en plena Edad de Bronce, la civilización minoica controlaba desde la isla de Creta el mar Egeo. Thera (Santorini) era una gran isla redonda y próspera, y su principal asentamiento, Akrotiri, un enclave para el comercio marítimo de la época. Los temblores de tierra se sucedían con frecuencia, pero no revestían mayor preocupación para los habitantes de la isla, acostumbrados durante siglos convivir con la actividad sísmica y volcánica -leve, eso sí- del volcán de la isla.
Sin embargo, durante siglos una enorme caldera volcánica se había estado gestando bajo el volcán, situado en el centro de la isla. Una serie de terremotos de creciente intensidad anticiparon a los habitantes de la isla lo que estaba por venir: algunos de ellos trataron de escapar en barco cuando poblaciones como Akrotiri ya habían sufrido daños significativos.
Cuando la caldera llegó a su concentración máxima, el volcán colapsó sobre sí mismo, erupcionando y generando una gran explosión que dejó al descubierto la enorme caldera volcánica de la isla. Los expertos creen que el volcán pudo expulsar entre 100 y 150 km³ de magma a la atmósfera, lo que supondría una erupción de grado 7 sobre 8 en el Índice de Explosividad Volcánica (IEV). La que sepultó Pompeya 1500 años después fue de grado 5.
Oscuridad durante semanas, tsunamis en el Mediterráneo y cambios en el clima
Europa no ha vivido una erupción similar a la de Santorini en toda la historia. Y mucho menos un fenómeno tan desvastador. La explosión pliniana de la caldera de Thera elevó al cielo una columna de vapor y ceniza de hasta 40 kilómetros de altura, alimentada por el contacto entre la roca y el magma emanadas de la caldera y el agua de mar que comenzó a inundar la caldera.
Los científicos creen que el sonido de la explosión pudo llegar a oírse en Escandinavia, a casi 3.000 kilómetros del mar Egeo, según explica National Geographic. Durante días o semanas, la inmensa columna de ceniza tapó la luz del sol y sumió en la oscuridad Santorini y muchas otras islas del mar Mediterráneo, que pudieron sufrir la lluvia de ceniza y de piedra pómez disparadas por el volcán. Los expertos creen que la lluvia de ceniza alcanzó Asia Menor, y durante algún tiempo creyeron que pudo llegar hasta Groenlandia, aunque esto quedó finalmente descartado.
Lo que se sabe a ciencia cierta es que la erupción de Santorini provocó tsunamis en el Mediterráneo, con olas que pudieron alcanzar a otras islas e incluso llegar a Creta, cuna de la civilización minoica. Algunos autores sostienen que las consecuencias de la erupción -la destrucción del tsunami, la nube de ceniza y los graves daños al comercio marítimo- pudieron jugar algún papel en el declive de la civilización minoica, completamente desaparecida 500 años después.
Muchos expertos coinciden en que la erupción pudo llegar a tal nivel de devastación que pudo causar un cambio climático en la zona del Mediterráneo Oriental, donde la nube de ceniza pudo causar un enfriamiento sobre el este de Europa y Oriente Medio, afectando a las cosechas y a la vida animal en toda la zona.
La erupción minoica, posible origen de mitos como la Atlántida o las plagas de Egipto
Cuando la caldera del volcán se rellenó de agua, la isla de Thera se quebró en tres partes, dando lugar a la actual isla de Santorini y sus islas vecinas, Therasia y Aspronsini. Los escarpados acantilados volcánicos de Santorini no son más que los restos de la gigantesca caldera volcánica que explotó hace más de 3.000 años. Siglos después, las pequeñas y deshabitadas islas volcánicas de Nea Kameni y Palea Kameni emergieron del mar en el centro de la antigua caldera.
A diferencia de Pompeya, cuyos restos arqueológicos y manuscritos de la época dan fe de la erupción del Vesubio, los expertos han tratado de recomponer lo ocurrido en Santorini en la Edad de Bronce, una ardúa tarea que realizan a través del estudio de los vestigios de Akrotiri (al igual que Pompeya, congelada en el tiempo gracias a la ceniza del volcán) y el estudio geológico de la isla.
Los expertos creen que en la increíble explosión de Santorini puede estar el origen de algunos de los mitos más populares de la Antiguedad, como el de la desaparición de la Atlántida, que según la leyenda fue engullida por el mar como castigo del dios Zeus por su decadencia. Otros autores, como Barbara J. Sivertsen, sostienen que la erupción minoica podría ser la causante de las míticas plagas de Egipto que relata la Biblia en el libro del Éxodo.