La culpa es del huachicol
Existe un mercado paralelo y negro, que de acuerdo con estimaciones de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ya alcanza el 30 por ciento del total del consumo en el país.
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El gobierno de la presidenta Sheinbaum trae entre ceja y ceja a los gasolineros del país, pues ha denunciado que en algunos casos ostentan márgenes de ganancia de hasta seis pesos por litro, cuando deberían ser de dos pesos. Incluso, amagó con llevar a cabo un programa de control de precios como lo hizo con lo hicieron desde el sexenio pasado con el PACIC en alimentos.
Y no es para menos, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha colocado 19 mantas en 12 estados del país con la advertencia “No cargues aquí, se vuelan la barda con los precios”. Tan solo en Nuevo León se monitorearon 52 gasolineras, de las que 37 fueron calificadas “con tache”, dijo Profeco, por vender entre 25.99 y 26.50 pesos el litro de gasolina. Ahí, solo 15 estaciones de servicio venden la gasolina en un mínimo de 22.66 y un máximo de 23.99 pesos, con un índice de ganancia de entre 1.52 y 3 pesos.
Pero hay un factor muy importante que ayer señalaron los empresarios gasolineros agremiados en la ONEXPO Nacional, que preside Jorge Mijares Casas, y es que el mercado está totalmente distorsionado por el alto consumo de huachicol, o combustible robado, en las gasolineras.
Es pertinente y sensato que la organización más grande de expendedores de gasolinas reconozca la situación. Existe un mercado paralelo y negro, que de acuerdo con estimaciones de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ya alcanza el 30 por ciento del total del consumo en el país. Es decir, casi tres de cada diez litros de gasolina que se venden en México fueron extraídos a través de alguna toma clandestina en algún ducto de Pemex, o ingresados al país de manera irregular.
Como explicaba en una entrega anterior de esta columna (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/atzayaelh-torres/2025/01/16/que-debe-pasar-para-que-la-gasolina-cueste-20-pesos-por-litro/), bajar el precio de las gasolinas no es asunto sencillo, depende de múltiples factores. La propuesta de Sheinbaum es sacrificar el margen de ganancia de los gasolineros, con ello, el promedio nacional, y sobre todo en algunos estados donde cuesta muy cara, bajaría.
Pero lo cierto es que las oscilaciones del precio del crudo, principal insumo para la elaboración de los petrolíferos como las gasolinas, no se refleja en el precio al público de las gasolinas. Solo se habla de incrementos del precio por debajo de la inflación, pero no se considera que cuando el precio del crudo baja, así lo deberían hacer también los combustibles.
Por otra parte, de acuerdo con un análisis de la PetroIntelligence, las marcas internacionales venden, en promedio, 20 centavos más cara la gasolina regular, contra la de Pemex; y la brecha se hace más pronunciada si comparamos sus precios con el promedio nacional. La firma de análisis explica que “estas diferencias responden tanto a estrategias comerciales como a variaciones en costos de operación, logística, suministro, ubicación y percepción de valor entre los consumidores”, es decir, sus marcas valen más, y por eso cobran más. Punto.
Pero, ¿hay voluntad para topar el precio de las gasolinas en México, como proponen desde Palacio Nacional? podría ser, siempre y cuando exista un compromiso del gobierno de combatir el mercado ilegal, principalmente sancionando a quienes lo venden.