La amenaza de 2024 YR4: estas son las cinco misiones que existen para salvar a la Tierra de un asteroide
La NASA, la ESA y China tienen en sus programas espaciales diferentes misiones en marcha que buscan investigar cómo protegernos en el caso de que un asteroide fuera a impactar contra la Tierra.
Durante la última semana es posible que hayas oído hablar de 2024 YR4, un asteroide que ha activado el Protocolo de Seguridad Planetaria de Naciones Unidas por su potencial peligro para la Tierra. Este sistema se pone en marcha cuando la probabilidad de impacto de un cuerpo espacial es superior al 1%.
España ha jugado un papel relevante en el descubrimiento de este asteroide, que todavía está a millones de kilómetros de distancia de la Tierra, gracias al Gran Telescopio de Canarias (GTC), el más grande del mundo. Este observatorio ha ayudado a conocer su composición, su forma y su tamaño aproximados.
Según las últimas evaluaciones de la NASA y la ESA, este asteroide manifiesta una probabilidad del 1,9% de impactar en nuestro planeta el día 22 de diciembre de 2032. No es mucho mayor que lo que marca la ONU para entrar en alerta, pero está por encima del límite. Sin embargo, es una aproximación a la que se ha llegado tras las primeras observaciones de su órbita y, según indican expertos entrevistados por 20MINUTOS, “la probabilidad de impacto va a bajar” cuando se estudie un poco más este cuerpo celeste.
2024 YR4 tiene un tamaño preocupante, entre 40 y 90 metros de diámetro, lo suficiente como para producir desastres si impactara. Pero, siguiendo con el testimonio de nuestro experto en asteroides René Duffard, hablar de posibilidad de impacto es “demasiado prematuro, porque calcular una órbita con tan pocos datos es bastante impreciso”. Este investigador asegura que “la alarma va a desaparecer” cuando se conozca mejor el objeto.
¿Cuándo y cómo llegaría a la Tierra 2024 YR4?
Estamos relativamente acostumbrados a escuchar que un asteroide va a pasar ‘rozando’ nuestro planeta, y normalmente esto no tiene mayor impacto porque ese ‘rozando’ se traduce en miles de kilómetros. Se trata de lo que la NASA y el resto de las agencias espaciales denominan como ‘NEO’, siglas en inglés de ‘objeto cercano a la Tierra’. Aunque realmente la distancia que esto marca a nosotros nos hace sentir como hormiguitas.
Lo que en los últimos tiempos ha preocupado más a la comunidad científica es la aparición de este tipo de objetos de forma abrupta: en 2024 han caído cuatro asteroides a la Tierra sin casi aviso previo. El cielo es demasiado grande y descubrir incidentes con poco margen de maniobra es bastante habitual.
No es el caso de 2024 YR4, que se descubrió en diciembre y cuyas estimaciones de aproximación son para dentro de siete años. El problema de este asteroide es que los científicos disponen solo de tres meses, hasta abril, para seguir observándolo a través de sus telescopios, porque se aleja de la Tierra. Según sus cálculos, volverá a ser visible en diciembre de 2028, cuando se aproxime de nuevo, aunque en ese caso sin riesgo de impacto.
La Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) de la NASA ha determinado que, si se produjera una colisión en 2032, fecha que se ha dado como posibilidad de momento, la zona de impacto estaría comprendida entre el océano Pacífico oriental, el norte de Sudamérica, el océano Atlántico, África, el Mar Arábigo y el sur de Asia.
¿Qué haríamos si un asteroide viniese contra la Tierra?
Cada vez que un asteroide pasa ‘cerca’ de la Tierra surge la duda de si podría impactar contra nuestro planeta, sin embargo, las posibilidades siempre suelen ser mínimas.
Este es el segundo caso en el que al observar un objeto y calcular su órbita se determina que puede tener una probabilidad mayor que un 1% de impactar en un futuro próximo. El primero fue Apophis, un cuerpo de unos 375 kilómetros que fue descubierto en el año 2004 y que, en unas primeras observaciones, se determinó que la posibilidad de impacto era superior al 1%. Sin embargo, tras el seguimiento, se estudió con mayor precisión la órbita y se pudo determinar que pasará muy cerca de la Tierra en 2029, pero que no impactará.
Ahora, la comunidad internacional se está preocupando por 2024 YR4. La ESA ha calificado al asteroide en el nivel 3 de la escala de riesgo de impacto de Turín —es decir, “un encuentro cercano que merece la atención de los astrónomos”—. No obstante, dicha agencia recuerda que “la probabilidad de impacto de un asteroide suele aumentar al principio, antes de caer rápidamente a cero después de observaciones adicionales”.
Esto ha resucitado el debate sobre las necesidades que tenemos los humanos de desarrollar tecnologías que sean eficientes y efectivas para hacer frente a la catástrofe que el choque de un asteroide contra nosotros podría suponer. También sobre nuestra capacidad para detectarlo con antelación. La Red de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO) ha avanzado enormemente en las últimas décadas, pero todavía hay espacio para mejorar, especialmente en la identificación de cuerpos más pequeños que suelen pasar desapercibidos.
Diferentes organismos internacionales, entre ellos la NASA y la ESA, están desarrollando importantes misiones con el objetivo de defendernos de un destructor de la Tierra, pero que actualmente la humanidad no tiene un plan estable si un asteroide fuera a impactar contra nosotros.
- DART
La misión DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA impactó hace más de dos años contra Dimorphos, un asteroide de 160 metros de diámetro, para comprobar si esta colisión podía desviar el rumbo de un cuerpo celeste en caso de amenaza para la Tierra. Las pruebas posteriores confirmaron que la roca espacial se deformó.
- HERA
HERA es una nave espacial de la ESA cuyo objetivo consiste en estudiar el impacto causado por DART. La sonda despegó el pasado mes de octubre y, cuando llegue a su destino en otoño de 2026, mapeará el cráter dejado por DART en Dimorphos, medirá su masa y analizará su estructura y superficie, lo que permitirá a los científicos validar los modelos de impacto y mejorar las técnicas de desviación de asteroides.
- OSIRIS-APEX
La NASA está preparando una misión para estudiar el asteroide Apophis de cerca. El objeto espacial de 300 metros de ancho llegará a su punto orbital más cercano a nuestro planeta el 13 de abril de 2029 y la agencia espacial estadounidense pretende aprovechar dicha oportunidad para enviar su nave OSIRIS y examinarlo. El acercamiento de OSIRSIS-APEX permitirá a los científicos investigar cómo interactúa con la gravedad de la Tierra y de qué manera podría influir en su órbita.
Inicialmente, la NASA no tenía pensado que OSIRIS-APEX se emplease para un encuentro con Apophis, pero, después de volar al asteroide Bennu para recolectar una muestra, los investigadores han decidido enviarlo.
- RAMSÉS
Europa también investigará Apophis en su momento cercano a la Tierra. El lanzamiento de la sonda Ramsés debe realizarse en abril de 2028 para que pueda llegar a Apophis en febrero de 2029, dos meses antes de la aproximación. Y una vez llegue a su destino, la sonda de la ESA acompañará al asteroide durante su ‘paso’ por nuestro planeta para observar cómo modifica su gravedad.
- CHINA
China también está planeando su primera misión para impactar contra un asteroide: una nave golpeará un cuerpo celeste rocoso mientras su compañera observa la roca espacial para aprender más sobre el sistema solar y su formación. El objetivo será el objeto cercano a la Tierra 2015 XF261, un asteroide de casi 30 metros de ancho.
Se espera que la misión se lance antes de 2030: la mejor oportunidad para una misión de este tipo parece llegar en abril de 2029, cuando el asteroide se acerque a 6,8 millones de kilómetros de la Tierra.
¿Hay motivo para alarmarse?
Si bien los expertos como Duffard están restando importancia real a este episodio, eventos como este nos recuerdan que vivimos en un vecindario cósmico dinámico, donde los asteroides y cometas son compañeros de viaje y nunca se puede descartar al 100% la posibilidad de un impacto devastador. Sería arriesgado hacerlo teniendo en cuenta que, según los datos disponibles, hay unos 1.437.669 asteroides solo en nuestro sistema solar. Y la cifra crece cada día.
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