El último gran misterio

Quién me llama, que desde el duro centro de aqueste globo que me esconde dentro alas viste veloces? ¿Quién me saca de mí? ¿Quién me da voces? Calderón de la Barca (El gran teatro del mundo) El cerebro de un ser humano posee ochenta y seis mil millones de neuronas conectadas por sinapsis en una... Leer más La entrada El último gran misterio aparece primero en Zenda.

Feb 2, 2025 - 16:03
 0
El último gran misterio

Quién me llama,

que desde el duro centro

de aqueste globo que me esconde dentro

alas viste veloces?

¿Quién me saca de mí? ¿Quién me da voces?

Calderón de la Barca (El gran teatro del mundo)

A veces miramos a las estrellas en esa incesante búsqueda de una supuesta compañía que dé sentido a nuestra vida terrenal, sujeta a constantes marejadas. Pero la última frontera, aquella que explicaría por qué estamos aquí, qué somos, no está más allá, sino dentro de nosotros, porque es nuestra mente, y solo ésta, la que ha fabricado el mundo, y ha planteado realidades que, en realidad, no existen. En caso de dar con una respuesta, será a imagen y semejanza de lo que hayan tejido nuestras neuronas, o sea, nuestro pensamiento, y se acomodará a nuestras necesidades.

El cerebro de un ser humano posee ochenta y seis mil millones de neuronas conectadas por sinapsis en una maraña sofisticada e indescifrable. El profesor Rafael Yuste afirma que es «el fragmento más fascinante del universo». Como él mismo explica en su primer ensayo de divulgación, El cerebro, el teatro del mundo (Paidós, 2024), es el equivalente a tener tres redes de Internet con 90.000 millones de páginas web funcionando al mismo tiempo, pero tan solo con la energía de una pequeña bombilla. Millones de años de evolución han creado una sublime computadora biológica, que parece saber más que nosotros mismos.

"Esta poderosa máquina capaz de componer las Variaciones Goldberg, pintar la Capilla Sixtina, escribir el Quijote o exterminar la vida sigue siendo un misterio"

Esta poderosa máquina capaz de componer las Variaciones Goldberg, pintar la Capilla Sixtina, escribir el Quijote o exterminar la vida sigue siendo un misterio, y por ello la administración de Barack Obama decidió invertir cifras multimillonarias en uno de los mayores proyectos de investigación —el proyecto BRAIN— de nuestro tiempo, comparado tal vez sólo con las misiones al espacio de la administración Kennedy en la década de los 60-70, con la intención de descifrar los secretos de la mente, registrar su actividad y poder cambiarla mediante neurotecnología. La persona a quien se encargó esta misión fue al profesor Rafael Yuste. Y es él, con su determinación y pasión, quien nos va a llevar a esa Luna.

Este prestigioso médico neurobiólogo, catedrático de Ciencias Biológicas y director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia, en Nueva York, cuyo nombre se baraja como futuro Premio Nobel, creció en el barrio de Chamberí en Madrid, y guarda grandes recuerdos del instituto Ramiro de Maeztu, donde estudió, así como de su formación en la Universidad Autónoma y en el Hospital de la Fundación Jiménez Díaz. Se marchó muy joven a Estados Unidos, donde lleva ya 37 años viviendo y desarrollando su profesión. Este libro es, en parte, un gesto de agradecimiento hacia España, el país que le convirtió en la persona que es hoy.

«El desarrollo de la neurociencia y su aportación de una teoría general revolucionarían la neurología y la psiquiatría, permitiendo el diseño y la creación de terapias cada vez más eficientes para las enfermedades cerebrales». (Rafael Yuste)

"Santiago Ramón y Cajal pasó su vida dibujando estos bosques de neuronas, sus mariposas del alma"

Toda la magia, lo que nosotros creemos que es la realidad, sucede en un lugar diminuto: el córtex, una fina capa de apenas dos milímetros de grosor plegada en la parte exterior de las circunvoluciones del cerebro. Las neuronas se encargan de crear un modelo del mundo constituido por símbolos, donde estamos incluidos nosotros, y lo utiliza para predecir el futuro y actuar conforme la información registrada en los centros específicos de la memoria. Santiago Ramón y Cajal pasó su vida dibujando estos bosques de neuronas, sus «mariposas del alma», que conforman, usando las palabras de Yuste, «estructuras estéticamente maravillosas». Las hipótesis apuntan a que el sistema nervioso central debe su existencia al movimiento, y a la depredación. Las redes de conjuntos neuronales que los discípulos de Sherrington y del propio Cajal establecieron como la unidad funcional del cerebro son en las que se inspira hoy en día la inteligencia artificial, aunque como señala Yuste, todavía no se ha dado con la computación común y esencial de la corteza.

«Mira bien lo que te advierto: que seas humilde y blando, porque quizá estás soñando, aunque ves que estás despierto». Calderón de la Barca (La vida es sueño)

"Rafael Yuste, inspirado por sus maestros y por los padres de la neurociencia moderna, es un romántico ilustrado"

¿Es posible ayudar a todas las personas que sufren enfermedades mentales y neurodegenerativas? ¿De qué están hechos los sueños, por qué suceden? ¿Por qué sigue siendo el cerebro, hoy en día, el mayor reto y misterio de la ciencia y la medicina? Para eso la existencia nos regala a Cajales, a Sherringtons, o a Yustes. El cerebro, el teatro del mundo es un ensayo magnífico para adentrarse en este fascinante campo, que explica, para el público general, los complejos mecanismos de la mente que nos hacen ser como somos.

Rafael Yuste, inspirado por sus maestros y por los padres de la neurociencia moderna, es un romántico ilustrado que aborda con visión holística —hermanando ciencia y humanismo— la espesura inexplorada de los circuitos neuronales de los cnidarios (animales con el sistema nervioso más primitivo) y de los mamíferos, en busca de respuestas, o de las preguntas adecuadas. Terrenos que insignes artistas planteaban con el lenguaje de los sentidos, la poesía, la matemática, la filosofía, la música… Los hilos invisibles arborescentes siguen danzando para nosotros, lanzando pistas y llaves de puertas que solo los osados podrán abrir. Pero no sé si llegar al final sería también el nuestro. Tal vez por eso lo más real que exista sea algo que nunca hemos visto, como el infinito.

«No vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos». (Kant)

La entrada El último gran misterio aparece primero en Zenda.