El extrañísimo primer Goya tenía un complejo mecanismo interior... que quitaron solo tres años después
Hoy son los Premios Goya, y seguramente todos los candidatos, incluso aquellos que saben que no tienen demasiadas oportunidades, ya están ensayando su discurso frente al espejo. Por si acaso, que siempre hay sorpresas. A un paso del 40 aniversario de los premios, lo cierto es que pocas cosas han cambiado. Bueno, sí: los presentadores, el tono, la duración de la gala... Y, por supuesto, la propia estatuilla en sí misma. Porque aunque ahora pesa algo menos de 3 kilos, en su día servía para ahorrarte el gimnasio. Mecha-Goya Aunque ahora parece algo de cajón, en su día los miembros de la Academia que quisieron montar una gala de premios para competir con los Óscar (pero a la española) no tenían muy claro cómo debían llamarse. Unos dijeron que los Lumière. Otros, que los Buñuel. Algunos, que los Soles. Y otros, finalmente, los Goya. El lío era tal que Carlos Saura, Román Gubern y José María González Sinde -entonces presidente- se fueron hasta Italia (más concretamente hasta Verona) para pedirle al escultor Miguel Ortiz Berrocal que hiciera la estatuilla de... ¡La Dama de Elche! ¿El motivo? Bueno, pues que el famoso peinado de la escultura podía recordar a dos bobinas cinematográficas. Sin embargo, Berrocal estaba convencido de que el premio debía ser un cabezón de Goya, ya que consideraba que su arte fue precursor del cine (con cierta razón, por otro lado). El trío volvió de Italia con el nombre, el concepto y el escultor. Ahora solo faltaba construir las estatuas y montar los premios. Pero, aunque el busto parece el mismo antes que ahora, realmente no se parece en nada: el que creó el artista pesaba 15 kilos porque dentro tenía un complejo mecanismo que los ganadores podían activar. En Espinof Premios Goya 2025, nuestra quiniela: entre autobuses, terroristas, burgueses catalanes y grupos indie Inspirado en una escultura de Mariano Benlliure de 1902 (actualmente en el Museo del Prado), Berrocal inventó una manera en la que, al ponerle pilas y activar la estatua, de la cabeza fabricada en bronce de Goya aparecía un proyector con dos bobinas y la silueta de España. Además, era desmontable. Vamos, igualito que ahora. Goya, adelgazando Los ganadores de aquella primera edición no se esperaban tal mamotreto, y la Academia se dio cuenta muy rápido de que no salía a cuenta, así que en la cuarta gala, allá por 1990, el contrato se terminó y se lo dieron a José Luis Fernández, que consiguió aligerarla quitando el mecanismo y evitando, además, el costoso trámite de llevarlas desde Verona hasta Madrid. Las 51 personas que ganaron el Goya entre 1987 y 1989 tienen en sus manos un objeto de valor incalculable. Tanto, que la propia Academia de cine solo tiene uno en su sede, ante la sorpresa de Berrocal, que creía que su modelo sería utilizado para siempre y nadie haría una simple copia del mismo. Pese a sus brillantes ideas, el busto pasó a pesar 3 kilos, aunque nunca más se movió. En 2020 volvió a cambiar de manos, y la escultura ahora se hace más rápidamente pero de manera igualmente artesanal, con un peso aún ligeramente menor. Hoy, 30 nuevos destinatarios recibirán su Goya, de los que solo conocemos seguro a Aitana Sánchez-Gijón y Richard Gere, flamantes premios de honor e internacional respectivamente. Al menos saben que podrán llevar la estatuilla en la mano toda la noche sin dislocarse. Ya es más de lo que podían decir a finales de los 80. Foto | Fundación Miguel Berrocal En Espinof | Las 9 grandes sorpresas y decepciones de las nominaciones a los Goya 2025, entre el ninguneo a Najwa Nimri y la faltada a Pedro Almodóvar En Espinof | Las mejores películas españolas de 2024 - La noticia El extrañísimo primer Goya tenía un complejo mecanismo interior... que quitaron solo tres años después fue publicada originalmente en Espinof por Randy Meeks .
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Hoy son los Premios Goya, y seguramente todos los candidatos, incluso aquellos que saben que no tienen demasiadas oportunidades, ya están ensayando su discurso frente al espejo. Por si acaso, que siempre hay sorpresas. A un paso del 40 aniversario de los premios, lo cierto es que pocas cosas han cambiado. Bueno, sí: los presentadores, el tono, la duración de la gala... Y, por supuesto, la propia estatuilla en sí misma. Porque aunque ahora pesa algo menos de 3 kilos, en su día servía para ahorrarte el gimnasio.
Mecha-Goya
Aunque ahora parece algo de cajón, en su día los miembros de la Academia que quisieron montar una gala de premios para competir con los Óscar (pero a la española) no tenían muy claro cómo debían llamarse. Unos dijeron que los Lumière. Otros, que los Buñuel. Algunos, que los Soles. Y otros, finalmente, los Goya. El lío era tal que Carlos Saura, Román Gubern y José María González Sinde -entonces presidente- se fueron hasta Italia (más concretamente hasta Verona) para pedirle al escultor Miguel Ortiz Berrocal que hiciera la estatuilla de... ¡La Dama de Elche!
¿El motivo? Bueno, pues que el famoso peinado de la escultura podía recordar a dos bobinas cinematográficas. Sin embargo, Berrocal estaba convencido de que el premio debía ser un cabezón de Goya, ya que consideraba que su arte fue precursor del cine (con cierta razón, por otro lado). El trío volvió de Italia con el nombre, el concepto y el escultor. Ahora solo faltaba construir las estatuas y montar los premios. Pero, aunque el busto parece el mismo antes que ahora, realmente no se parece en nada: el que creó el artista pesaba 15 kilos porque dentro tenía un complejo mecanismo que los ganadores podían activar.
Inspirado en una escultura de Mariano Benlliure de 1902 (actualmente en el Museo del Prado), Berrocal inventó una manera en la que, al ponerle pilas y activar la estatua, de la cabeza fabricada en bronce de Goya aparecía un proyector con dos bobinas y la silueta de España. Además, era desmontable. Vamos, igualito que ahora.
Goya, adelgazando
Los ganadores de aquella primera edición no se esperaban tal mamotreto, y la Academia se dio cuenta muy rápido de que no salía a cuenta, así que en la cuarta gala, allá por 1990, el contrato se terminó y se lo dieron a José Luis Fernández, que consiguió aligerarla quitando el mecanismo y evitando, además, el costoso trámite de llevarlas desde Verona hasta Madrid.
![Goya](https://i.blogs.es/caa8aa/goya/450_1000.jpeg)
Las 51 personas que ganaron el Goya entre 1987 y 1989 tienen en sus manos un objeto de valor incalculable. Tanto, que la propia Academia de cine solo tiene uno en su sede, ante la sorpresa de Berrocal, que creía que su modelo sería utilizado para siempre y nadie haría una simple copia del mismo. Pese a sus brillantes ideas, el busto pasó a pesar 3 kilos, aunque nunca más se movió. En 2020 volvió a cambiar de manos, y la escultura ahora se hace más rápidamente pero de manera igualmente artesanal, con un peso aún ligeramente menor.
Hoy, 30 nuevos destinatarios recibirán su Goya, de los que solo conocemos seguro a Aitana Sánchez-Gijón y Richard Gere, flamantes premios de honor e internacional respectivamente. Al menos saben que podrán llevar la estatuilla en la mano toda la noche sin dislocarse. Ya es más de lo que podían decir a finales de los 80.
Foto | Fundación Miguel Berrocal
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El extrañísimo primer Goya tenía un complejo mecanismo interior... que quitaron solo tres años después
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Espinof
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Randy Meeks
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