Dos noticias que no dejan dormir

Los israelíes de derecha o de superderecha bien harían en examinar atentamente la propaganda y publicidad que continúan esparciendo los mantenedores de patrañas franquistas, como la Plataforma 2025 En estos días se han acumulado dos noticias que me han sacado del ensimismamiento derivado de sendos trabajos en curso que no me dejan respirar.  La primera la ha dado este diario sobre una autodenominada Plataforma 2025. Una especie de manifiesto organizado por algunos (o no tan algunos) ilustres personajes que quieren rememorar la dictadura de Franco. Perdón. Un período de extraordinaria placidez, como afirmó, sin que se le conozca el menor rubor, un exministro del Interior del PP.  La segunda son las recientes afirmaciones sobre Gaza del presidente Trump estrenando el cargo al que le han aupado millones de norteamericanos, sin duda patriotas de pelo en pecho.   Mi sobresalto no se debe al azar. A ambas noticias les une un hilo común. No es por sí evidente. A mí me ha recordado a aquel Marx del '18 de Brumario de Luis Bonaparte' cuando, completando a Hegel, sentó la tantas veces mencionada afirmación que la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa.  La tragedia a que refiero es, por supuesto, la guerra civil española. Los eminentes miembros de Plataforma 2025 repiten como papagayos las estupideces puestas en circulación por los sublevados de 1936. En particular que sus gloriosos antepasados creyeron como verdad revelada por el Altísimo a través de la Santa Iglesia Católica y Romana española para evitar que España, su queridísima España, cayera en las garras del comunismo ateo y destructor. Y que quien la salvó fue el Generalísimo Francisco Franco. A partir de esta afirmación no dejan títere con cabeza lamentando la situación actual, tan lejos de lo que fue aquel “período de extraordinaria placidez”.  Con ello demuestran una ignorancia algo más que culpable porque la guerra civil se produjo cuando un gobierno asaltado no rindió las armas y, ¡horror de los horrores!, las distribuyó al pueblo o, por utilizar un vocablo más propio de aquellos tiempos, “el proletariado”. También se olvidan de una cosita, sin duda para ellos intrascendente. Desde 1932, caballeros impolutos, de uniforme y sin él, cargados de honores y condecoraciones –en general de la Dictadura primorriverista o de la Monarquía alfonsina en su época de dudosa gloria–, estuvieron complotando con Mussolini y su fascismo la ayudita que necesitaban para lanzarse al asalto contra la República.  ¿No se lo creen los amables lectores? Es algo que ya anunció, con cortes obligados por la autocensura, en Argentina en los años cincuenta del pasado siglo un teniente coronel juanista en una obra que, ¡cosas del azar!, nadie ha reeditado. Y que servidor, modestamente, ha examinado con lupa a la luz cegadora de la documentación monárquica, carlista y fascista que todavía se conserva en media docena de archivos a los que, ¡pásmense los lectores!, cualquier hijo de vecino puede acceder.  Claro que para eso es necesario tener un atisbo de curiosidad. ¿Y quién preparó el golpe del 18 de julio de 1936? Pues unos centenares de hormiguitas hacendosas, desde el “protomártir”, el Excmo. Sr. Don José Calvo Sotelo, pasando por los dirigentes de Acción Española/Bloque Nacional, para reponer en el trono de su queridísima España al rey felón o, en segundo término, a su admirable hijo, el infante Don Juan de Borbón. ¡Qué dolor, qué dolor, qué pena! A los de la Plataforma 2025 se les ha pasado por alto.  Algo similar no puede afirmarse, por falta de distancia y de pruebas documentales (o equivalentes), a lo que pretende el presidente Trump: vaciar Gaza (aunque quizá algún gazatí pueda, quizá, quedarse) y bajo la protección USA convertir la franja hoy destruida por israelíes con armamento norteamericano en una Riviera del Mediterráneo Oriental. Ya pueden los franceses decir adiós a su querida Costa Azul. O quizá no tan de prisa, porque, ¿quién la protegerá en el futuro de las malvadas asechanzas árabes? No la ONU, desde luego, una organización dispensable que se empeña en no reconocer las realidades que los ejércitos israelíes han creado sobre el terreno. Tal vez tampoco los U.S. Marines o la U.S. Army, pero sí mercenarios (perdón: ciudadanos conscientes amantes de la paz,  voluntarios por millares, aunque sin duda bien pagados).  Esto, a un historiador empeñado en buscar antecedentes de grandes terremotos históricos, le suena –como en el caso español– a una maniobra bien meditada. ¿Dónde empezó la guerra de Gaza? A consecuencia de un asalto a la sagrada tierra de Israel en la que, mera casualidad, se celebraba un concierto de juventud. Los poderosos tentáculos del Estado de Israel, su vigilancia permanente y obsesiva de la guerrilla terrorista, tuvieron un pequeño fallo en aquel aciago mes de octubre de 2023. Se ha

Feb 8, 2025 - 06:11
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Dos noticias que no dejan dormir

Dos noticias que no dejan dormir

Los israelíes de derecha o de superderecha bien harían en examinar atentamente la propaganda y publicidad que continúan esparciendo los mantenedores de patrañas franquistas, como la Plataforma 2025

En estos días se han acumulado dos noticias que me han sacado del ensimismamiento derivado de sendos trabajos en curso que no me dejan respirar. 

La primera la ha dado este diario sobre una autodenominada Plataforma 2025. Una especie de manifiesto organizado por algunos (o no tan algunos) ilustres personajes que quieren rememorar la dictadura de Franco. Perdón. Un período de extraordinaria placidez, como afirmó, sin que se le conozca el menor rubor, un exministro del Interior del PP. 

La segunda son las recientes afirmaciones sobre Gaza del presidente Trump estrenando el cargo al que le han aupado millones de norteamericanos, sin duda patriotas de pelo en pecho.  

Mi sobresalto no se debe al azar. A ambas noticias les une un hilo común. No es por sí evidente. A mí me ha recordado a aquel Marx del '18 de Brumario de Luis Bonaparte' cuando, completando a Hegel, sentó la tantas veces mencionada afirmación que la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa. 

La tragedia a que refiero es, por supuesto, la guerra civil española. Los eminentes miembros de Plataforma 2025 repiten como papagayos las estupideces puestas en circulación por los sublevados de 1936. En particular que sus gloriosos antepasados creyeron como verdad revelada por el Altísimo a través de la Santa Iglesia Católica y Romana española para evitar que España, su queridísima España, cayera en las garras del comunismo ateo y destructor. Y que quien la salvó fue el Generalísimo Francisco Franco. A partir de esta afirmación no dejan títere con cabeza lamentando la situación actual, tan lejos de lo que fue aquel “período de extraordinaria placidez”. 

Con ello demuestran una ignorancia algo más que culpable porque la guerra civil se produjo cuando un gobierno asaltado no rindió las armas y, ¡horror de los horrores!, las distribuyó al pueblo o, por utilizar un vocablo más propio de aquellos tiempos, “el proletariado”.

También se olvidan de una cosita, sin duda para ellos intrascendente. Desde 1932, caballeros impolutos, de uniforme y sin él, cargados de honores y condecoraciones –en general de la Dictadura primorriverista o de la Monarquía alfonsina en su época de dudosa gloria–, estuvieron complotando con Mussolini y su fascismo la ayudita que necesitaban para lanzarse al asalto contra la República. 

¿No se lo creen los amables lectores? Es algo que ya anunció, con cortes obligados por la autocensura, en Argentina en los años cincuenta del pasado siglo un teniente coronel juanista en una obra que, ¡cosas del azar!, nadie ha reeditado. Y que servidor, modestamente, ha examinado con lupa a la luz cegadora de la documentación monárquica, carlista y fascista que todavía se conserva en media docena de archivos a los que, ¡pásmense los lectores!, cualquier hijo de vecino puede acceder.  Claro que para eso es necesario tener un atisbo de curiosidad.

¿Y quién preparó el golpe del 18 de julio de 1936? Pues unos centenares de hormiguitas hacendosas, desde el “protomártir”, el Excmo. Sr. Don José Calvo Sotelo, pasando por los dirigentes de Acción Española/Bloque Nacional, para reponer en el trono de su queridísima España al rey felón o, en segundo término, a su admirable hijo, el infante Don Juan de Borbón. ¡Qué dolor, qué dolor, qué pena! A los de la Plataforma 2025 se les ha pasado por alto. 

Algo similar no puede afirmarse, por falta de distancia y de pruebas documentales (o equivalentes), a lo que pretende el presidente Trump: vaciar Gaza (aunque quizá algún gazatí pueda, quizá, quedarse) y bajo la protección USA convertir la franja hoy destruida por israelíes con armamento norteamericano en una Riviera del Mediterráneo Oriental. Ya pueden los franceses decir adiós a su querida Costa Azul. O quizá no tan de prisa, porque, ¿quién la protegerá en el futuro de las malvadas asechanzas árabes? No la ONU, desde luego, una organización dispensable que se empeña en no reconocer las realidades que los ejércitos israelíes han creado sobre el terreno. Tal vez tampoco los U.S. Marines o la U.S. Army, pero sí mercenarios (perdón: ciudadanos conscientes amantes de la paz,  voluntarios por millares, aunque sin duda bien pagados). 

Esto, a un historiador empeñado en buscar antecedentes de grandes terremotos históricos, le suena –como en el caso español– a una maniobra bien meditada. ¿Dónde empezó la guerra de Gaza? A consecuencia de un asalto a la sagrada tierra de Israel en la que, mera casualidad, se celebraba un concierto de juventud. Los poderosos tentáculos del Estado de Israel, su vigilancia permanente y obsesiva de la guerrilla terrorista, tuvieron un pequeño fallo en aquel aciago mes de octubre de 2023.

Se ha abierto, por supuesto, una investigación. Quizá, chi lo sà?, sus resultados sean convenientemente retocados cuando se publiquen. 

Esto no sería otra cosa que repetir un ejemplo tomado del anterior ejemplo español. Aquí hay, al menos, para regocijo de quien quiera leerlo de aquel Dictamen de 1938 auspiciado por una persona tan poco sospechosa, tan superpatriótica, tan religioso como fue el eminente abogado del Estado –y concuñado del victorioso general Francisco Franco- Ramón Serrano Suñer (a quien, sin duda, el Señor ha acogido en su seno)–.  

Lo cual me lleva a la conclusión, que supongo agradará a los eminentes promotores de la Plataforma 2025, de que, en cuanto a mentiras podridas en historia, los israelíes de derecha o de superderecha bien harían en examinar atentamente la propaganda y publicidad que continúan esparciendo los mantenedores de patrañas franquistas. En estas encontrarán, sin la menor duda, material y ejemplos inspiradores para crear una visión del pasado acorde con las necesidades de su futuro. No en vano la España de Franco sigue proyectándose como siempre, grande, libre y faro para las generaciones futuras. En realidad, como con toda razón ha señalado Nicolás Sesma, no fue ni una, ni mucho menos grande, ni libre en absoluto. Excepto, todo hay que decirlo, para los vencedores de la contienda gracias al soporte de las potencias fascistas, de los parafascistas norteamericanos y a la timidez de las potencias democráticas europeas, a la mayoría de las cuales no tardando mucho les llegaría la hora de verter abundantes lágrimas y la sangre de toda una generación.  

Angel Viñas y Guillem Martínez Molinos publicarán un nuevo libro a finales de año, a caballo entre 2025 y 2026, noventa aniversario del estallido de la guerra de España

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