Despidos y cierres en la industria del videojuego en España: "Es una crisis en mayúsculas"

La huelga en Ubisoft Barcelona o la quiebra de estudios emblemáticos como Tequila o Novarama en 2024 son ejemplos de las turbulencias en un sector que sufre una caída de consumo e inversiónHuelga en la sede española de Ubisoft, una de las mayores empresas de videojuegos A sus 26 años, y tras solo cuatro como desarrollador de videojuegos, Pol Vega conoce bien la crisis que sufre el sector. Consiguió entrar en 2021 en la multinacional Tilting Point en Barcelona, pero dos años después le echaron en una de las dos oleadas de despidos que arrastra la firma. Luego se fue a trabajar a Eslovenia para Outfit7, los creadores del juego Takling Tom & Friends, que con mucha pompa abrieron estudio en la capital catalana en 2018 y lo cerraron sin hacer ruido en 2024. “Me prometieron un sueldo con unos bonus que no me pagaron, y al final me fui”, señala. Ahora está sin empleo.  El recorrido de Vega en los últimos dos años es el de numerosos desarrolladores y otros perfiles profesionales del universo de los videojuegos que han visto como sus estudios cerraban, despedían a parte de la plantilla o rebajaban condiciones laborales. La crisis que golpea a la industria en todo el mundo tiene ya efectos más que palpables en España. Especialmente tras un 2024 en el que han bajado la persiana dos empresas emblemáticas del país, Tequila Works y Novarama, pero no solo: también sedes de gigantes como la coreana Smilegate, en Barcelona, o numerosos pequeños proyectos. La última muestra de estas turbulencias es la huelga anunciada en Ubisoft, la primera de la historia del sector en España. “Estamos preocupadísimos, es una crisis con mayúsculas, de consumo y de inversión, que afecta a todas las empresas”, reconoce Emmanuele Carisio, secretario de la Asociación Española de Empresas Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento (DEV). Según datos de la entidad de 2022, el diseño de videojuegos empleaba en España a 9.000 personas en 460 estudios y facturaba 1.380 millones de euros. Unas cifras que se dispararon en la última década, pero que todo el mudo coincide en que van a disminuir cuando se actualice la foto.  En el resto del planeta ya se observa desde hace unos años. Según la web Game Industry Layoffs, que recopila todos los despidos a nivel global, se registraron al menos 14.600 el año pasado. Más que en 2023 (10.500) y casi el doble que en 2022 (8.500). Las noticias son casi diarias. La francesa Ubisoft, creadora del popular Assassin’s Creed, anunció hace solo unas semanas cerca de 200 despidos entre Alemania, Suecia y Reino Unido. Y jueves, los empleados de sus oficinas en Barcelona convocaron un paro para el 13 de febrero en protesta contra la reducción del teletrabajo y ante el tempor de que los despidos se contagien también a su plantilla de 190 empleados en la capital catalana. En Catalunya, que supone el 50% de la facturación de esta industria en España, además de los cierres de Novarama y Smilegate (que dejó sus oficinas en la Torre Glòries), el curso comenzó con el anuncio de ERE en King, autora del Candy Crush, que dejó en la calle a 50 personas. En Social Point, comprada en 2018 por el imperio norteamericano Take-Two (los del Grand Theft Auto), también ha habido despidos, según fuentes de los empleados. En Madrid, además de concurso de acreedores de Tequila, está el ERE de Pendulo Studio; y en València, el de Codigames.  Del creciente malestar laboral es testigo la Coordinadora Sindical del Videojuego (CSV), que desde su nacimiento en diciembre de 2023 ha visto dispararse su afiliación. Bajo el paraguas de la CGT, ha logrado penetrar en un sector hasta ahora totalmente ajeno a la organización de los trabajadores. Y advierte de que tienen constancia de cierres que ni siquiera trascienden. “Estamos hablando de estudios de entre 10 y 30 empleados que de hoy para mañana desaparecen”, asegura.  El espejismo de la pandemia y otras causas La razón más compartida de la crisis del videojuego es la resaca tras la pandemia, que disparó el consumo de este tipo de ocio e infló unas expectativas e inversiones que luego no se vieron satisfechas. “Hubo un boom que fue unido al de las plataformas de streaming como Twitch, lo que llevó a una expansión para cubrir la demanda, pero no calcularon que el mundo volvería a ser como antes”, explica Georgina Campoy (Gina Zero), especializada en marketing y comunicación de la industria.  Ella también ha vivido la crisis en sus carnes. En dos años ha sufrido dos despidos. Primero con el cierre de Lince Works, mítica empresa barcelonesa creadora de la saga Aragami, en marzo de 2023. Después fue a parar a Novarama, una de las decanas de la ciudad con más de 20 años de historia, pero esta también cesó su actividad en abril de 2024. “A la segunda pensé que ya no podía más, quedé con la salud mental tocada y pensando en dejar el sector”, reconoce Campo

Feb 6, 2025 - 23:01
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Despidos y cierres en la industria del videojuego en España: "Es una crisis en mayúsculas"

Despidos y cierres en la industria del videojuego en España: "Es una crisis en mayúsculas"

La huelga en Ubisoft Barcelona o la quiebra de estudios emblemáticos como Tequila o Novarama en 2024 son ejemplos de las turbulencias en un sector que sufre una caída de consumo e inversión

Huelga en la sede española de Ubisoft, una de las mayores empresas de videojuegos

A sus 26 años, y tras solo cuatro como desarrollador de videojuegos, Pol Vega conoce bien la crisis que sufre el sector. Consiguió entrar en 2021 en la multinacional Tilting Point en Barcelona, pero dos años después le echaron en una de las dos oleadas de despidos que arrastra la firma. Luego se fue a trabajar a Eslovenia para Outfit7, los creadores del juego Takling Tom & Friends, que con mucha pompa abrieron estudio en la capital catalana en 2018 y lo cerraron sin hacer ruido en 2024. “Me prometieron un sueldo con unos bonus que no me pagaron, y al final me fui”, señala. Ahora está sin empleo. 

El recorrido de Vega en los últimos dos años es el de numerosos desarrolladores y otros perfiles profesionales del universo de los videojuegos que han visto como sus estudios cerraban, despedían a parte de la plantilla o rebajaban condiciones laborales.

La crisis que golpea a la industria en todo el mundo tiene ya efectos más que palpables en España. Especialmente tras un 2024 en el que han bajado la persiana dos empresas emblemáticas del país, Tequila Works y Novarama, pero no solo: también sedes de gigantes como la coreana Smilegate, en Barcelona, o numerosos pequeños proyectos. La última muestra de estas turbulencias es la huelga anunciada en Ubisoft, la primera de la historia del sector en España.

“Estamos preocupadísimos, es una crisis con mayúsculas, de consumo y de inversión, que afecta a todas las empresas”, reconoce Emmanuele Carisio, secretario de la Asociación Española de Empresas Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento (DEV).

Según datos de la entidad de 2022, el diseño de videojuegos empleaba en España a 9.000 personas en 460 estudios y facturaba 1.380 millones de euros. Unas cifras que se dispararon en la última década, pero que todo el mudo coincide en que van a disminuir cuando se actualice la foto. 

En el resto del planeta ya se observa desde hace unos años. Según la web Game Industry Layoffs, que recopila todos los despidos a nivel global, se registraron al menos 14.600 el año pasado. Más que en 2023 (10.500) y casi el doble que en 2022 (8.500).

Las noticias son casi diarias. La francesa Ubisoft, creadora del popular Assassin’s Creed, anunció hace solo unas semanas cerca de 200 despidos entre Alemania, Suecia y Reino Unido. Y jueves, los empleados de sus oficinas en Barcelona convocaron un paro para el 13 de febrero en protesta contra la reducción del teletrabajo y ante el tempor de que los despidos se contagien también a su plantilla de 190 empleados en la capital catalana.

En Catalunya, que supone el 50% de la facturación de esta industria en España, además de los cierres de Novarama y Smilegate (que dejó sus oficinas en la Torre Glòries), el curso comenzó con el anuncio de ERE en King, autora del Candy Crush, que dejó en la calle a 50 personas. En Social Point, comprada en 2018 por el imperio norteamericano Take-Two (los del Grand Theft Auto), también ha habido despidos, según fuentes de los empleados. En Madrid, además de concurso de acreedores de Tequila, está el ERE de Pendulo Studio; y en València, el de Codigames. 

Del creciente malestar laboral es testigo la Coordinadora Sindical del Videojuego (CSV), que desde su nacimiento en diciembre de 2023 ha visto dispararse su afiliación. Bajo el paraguas de la CGT, ha logrado penetrar en un sector hasta ahora totalmente ajeno a la organización de los trabajadores. Y advierte de que tienen constancia de cierres que ni siquiera trascienden. “Estamos hablando de estudios de entre 10 y 30 empleados que de hoy para mañana desaparecen”, asegura. 

El espejismo de la pandemia y otras causas

La razón más compartida de la crisis del videojuego es la resaca tras la pandemia, que disparó el consumo de este tipo de ocio e infló unas expectativas e inversiones que luego no se vieron satisfechas. “Hubo un boom que fue unido al de las plataformas de streaming como Twitch, lo que llevó a una expansión para cubrir la demanda, pero no calcularon que el mundo volvería a ser como antes”, explica Georgina Campoy (Gina Zero), especializada en marketing y comunicación de la industria. 

Ella también ha vivido la crisis en sus carnes. En dos años ha sufrido dos despidos. Primero con el cierre de Lince Works, mítica empresa barcelonesa creadora de la saga Aragami, en marzo de 2023. Después fue a parar a Novarama, una de las decanas de la ciudad con más de 20 años de historia, pero esta también cesó su actividad en abril de 2024. “A la segunda pensé que ya no podía más, quedé con la salud mental tocada y pensando en dejar el sector”, reconoce Campoy, aunque con el tiempo acabó incorporándose a Nomada Studio. 

No es solo el espejismo de la pandemia lo que ha hecho tambalear a los creadores de videojuegos en todo el mundo. Hay otras causas, señalan sus integrantes. Otras de las más comentadas es la competencia de las plataformas audiovisuales, también en auge en los últimos años, o el cambio de hábitos entre las nuevas generaciones de jugadores, que supone la popularización de los llamados games as a service o forever games. Son aquellos que no empiezan y acaban, sino que se descargan de forma gratuita y se actualizan periódicamente. 

En esa liga están el Fortnite, League of Legends, Candy Crush, Minecraft… “Son juegos que se crearon hace siete o diez años y que hoy siguen haciendo dinero, con lo que compiten con los nuevos que se crean”, señala Samuel Molina, diseñador de videojuegos en Barcelona con 15 años de experiencia. 

Esta tormenta perfecta, señala Molina, hace que a los estudios les sea cada vez más complicado encontrar financiación por parte de los publishers (las editoras) para sus proyectos, lo que les acaba condenando al cierre.

“Los que ponen el dinero ahora son mucho más conservadores que antes, van a proyectos más seguros y a géneros que ya lo estén petando”, constata Molina. Para los estudios pequeños, que a veces pueden tener en marcha uno o dos proyectos, y cuya supervivencia depende de su financiación a lo largo de uno o dos años, el cierre de estos grifos es una condena. 

Cabe recordar que en España, según datos de la asociación DEV, más de la mitad de los estudios tienen menos de 10 empleados y una facturación que no alcanza los 200.000 euros. “Esto ha llevado a muchos estudios a autoprecarizarse y a trabajar gratis para seguir existiendo y poder desarrollar su juego”, alerta Freire desde la coordinadora sindical. 

¿Qué ocurrirá en el futuro?

A pesar de que nadie está a salvo de la sacudida, las fuentes consultadas también coinciden en que el sector sigue siendo dinámico y que continúan creándose proyectos. La empresa más exitosa ahora mismo en España es Scopely, con unos 1.000 empleados en el país y cuartel general en Barcelona, a pesar de que nació en Los Ángeles. Creada por catalanes, es autora del archi descargado Monopoly Go!, un juego para móviles con el que se ha impulsado hasta los 4.000 millones de dólares de facturación. En 2022 fue comprada por la saudí Savvy Games por casi 5.000 millones. 

Gigantes como este son los que pueden maquillar en los balances anuales los cierres y despidos de medianas y pequeñas firmas. Es el caso también de Electronic Arts, conocida por juegos como el Sims o el FIFA, que anunció la creación de una división en Madrid con hasta 600 trabajadores. “Existen empresas internacionales que vienen a la sunny (soleada) Barcelona porque es más barato que abrir en Nueva York o Los Ángeles”, afirma Campoy. 

Para remontar la situación, desde la patronal DEV se aferran a una reclamación muy concreta: una rebaja fiscal a la producción como la que se aplica al audiovisual, de hasta el 30%. “En Reino Unido y Francia ya existe algo parecido y ha sido un éxito, abre la puerta a inversores que nunca antes han entrado en el sector”, asegura Carisio. 

Pero los trabajadores van más allá y exigen a los directivos evitar despidos después de haberse repartido en algunos casos bonus millonarios durante los años boyantes. El sindicalista Freire pone como ejemplo la valenciana Codigames. Entre 2020 y 2023 repartieron 30 millones en dividendos entre sus socios. Y en 2024, tras estancarse el mercado, aplicaron un ERE al 20% de la plantilla. “Podrían haber cubierto de sobra las necesidades de la plantilla. ¿Por qué tienen que ser los trabajadores los que paguen el pato?”, se lamenta. 

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