No te sorprendas si las botellas cambian de color: es por esta nueva norma
Desde el 1 de enero, las botellas de plástico en la Unión Europea deben llevar un nuevo tipo de tapa adherida al envase, permitiendo abrirla y cerrarla sin desprenderse completamente. Esta medida busca reducir la contaminación plástica y facilitar el reciclaje, en línea con los esfuerzos de sostenibilidad del bloque comunitario. Pero además, la normativa también ha introducido otra regla, y es que deben estar hechas con al menos un 25% de plástico reciclado, lo que puede afectar a su color. La decisión ha generado diversas reacciones entre los consumidores. Muchas personas consideran incómodo beber de una botella con la tapa unida al envase, pero la normativa ya está en vigor y será obligatoria para todos los fabricantes de botellas de hasta tres litros, sin excepciones. Más plástico reciclado a partir de 2025 A partir del 1 de enero de 2025, todas las botellas de plástico deberán contener al menos un 25 % de plástico reciclado. Este cambio afectará tanto a grandes como a pequeñas empresas, impulsando una mayor reutilización de materiales y reduciendo la producción de plástico nuevo. Uno de los efectos visibles para los consumidores será una posible variación en el color de las botellas. En algunos casos, podrían presentar tonos ligeramente más oscuros o amarillentos debido al uso de plástico reciclado. En países como Suecia, este cambio ya se ha implementado en algunas marcas, y se espera que se extienda progresivamente por toda Europa. Un mercado más sostenible Con estas nuevas regulaciones, la industria del envasado debe adaptarse a los nuevos estándares medioambientales. La Unión Europea busca que tanto empresas como consumidores contribuyan a un modelo de producción más sostenible, minimizando el impacto ambiental de los residuos plásticos. Aunque estos cambios representan un ajuste en la experiencia del consumidor, el contenido de las botellas seguirá siendo el mismo. La implementación de estas medidas marca un paso más en la estrategia europea para reducir la contaminación y fomentar un mercado más ecológico.
Desde el 1 de enero, las botellas de plástico en la Unión Europea deben llevar un nuevo tipo de tapa adherida al envase, permitiendo abrirla y cerrarla sin desprenderse completamente. Esta medida busca reducir la contaminación plástica y facilitar el reciclaje, en línea con los esfuerzos de sostenibilidad del bloque comunitario. Pero además, la normativa también ha introducido otra regla, y es que deben estar hechas con al menos un 25% de plástico reciclado, lo que puede afectar a su color. La decisión ha generado diversas reacciones entre los consumidores. Muchas personas consideran incómodo beber de una botella con la tapa unida al envase, pero la normativa ya está en vigor y será obligatoria para todos los fabricantes de botellas de hasta tres litros, sin excepciones. Más plástico reciclado a partir de 2025 A partir del 1 de enero de 2025, todas las botellas de plástico deberán contener al menos un 25 % de plástico reciclado. Este cambio afectará tanto a grandes como a pequeñas empresas, impulsando una mayor reutilización de materiales y reduciendo la producción de plástico nuevo. Uno de los efectos visibles para los consumidores será una posible variación en el color de las botellas. En algunos casos, podrían presentar tonos ligeramente más oscuros o amarillentos debido al uso de plástico reciclado. En países como Suecia, este cambio ya se ha implementado en algunas marcas, y se espera que se extienda progresivamente por toda Europa. Un mercado más sostenible Con estas nuevas regulaciones, la industria del envasado debe adaptarse a los nuevos estándares medioambientales. La Unión Europea busca que tanto empresas como consumidores contribuyan a un modelo de producción más sostenible, minimizando el impacto ambiental de los residuos plásticos. Aunque estos cambios representan un ajuste en la experiencia del consumidor, el contenido de las botellas seguirá siendo el mismo. La implementación de estas medidas marca un paso más en la estrategia europea para reducir la contaminación y fomentar un mercado más ecológico.
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