Ni padrino de confirmación ni cursos para parejas: los curas españoles desoyen al Papa sobre las personas LGTBI
Un sacerdote de Arcos de la Frontera impide a un feligrés homosexual apadrinar en el sacramento mientras el Obispado de Huelva obliga a retirar el acompañamiento previo a la bendición para parejas del mismo sexo ofrecida en una de sus parroquiasCinco diócesis avalan un grupo católico que considera la homosexualidad una enfermedad como el alcoholismo “¡Son hijos de Dios! Pueden recibir el bautismo en las mismas condiciones que los otros fieles, y en las mismas condiciones que los demás pueden ser aceptados como padrino o madrina, así como ser testigos de una boda. Ninguna ley del derecho canónico lo prohíbe”. En su reciente autobiografía, el papa Francisco lo dejaba bien claro. Sin embargo, para la Iglesia española, la presencia pública del colectivo LGTBIQ+ en su seno sigue siendo un tabú, que le lleva a ignorar, incluso, al sumo pontífice. La secuencia de discriminación episcopal ha añadido dos dientes mas a su rueda: un joven al que no le han permitido apadrinar en una confirmación en Arcos de la Frontera (Cádiz) y la prohibición por parte del Obispado de Huelva de impartir cursos “prebendición” a las parejas de homosexuales. El Cádiz, el párroco arcense le ha negado a un feligrés, no ya la comunión, sino la posibilidad de ser padrino en una confirmación, yendo en contra de la doctrina del mismísimo Papa Francisco, por declararse homosexual. El cura ha impedido a este persona participar así en el sacramento por ser gay. “El sacerdote D. Iván, párroco (...), niega a un joven gay ser padrino de confirmación, aún cumpliendo los requisitos exigidos, por el hecho de ser gay y vivir con su pareja”, señala uno de los afectados, con la condición del anonimato, a elDiario.es. Desde la parroquia, por su parte, se aduce que “hay otras razones”, que no se han explicitado para esta negativa, mientras que la diócesis de Asidonia Jerez, a la que pertenece la iglesia de Arcos, se desentiende de la polémica afirmando que al Obispado “no ha llegado ninguna denuncia ni tenemos constancia de que haya pasado lo que se cuenta”. El joven, feligrés de toda la vida de la parroquia según ha podido saber este diario, y que también participa en la hermandad de Semana Santa de la localidad, se presentó como padrino de confirmación de un familiar. El rechazo a su participación en el sacramento “ha herido dolorosamente a jóvenes gays y sus familias que participan de dicha comunidad parroquial” y que también “ha causado gran escándalo entre los fieles”. La asociación Delta LGBTIQ+ de la Sierra de Cádiz ha emitido un comunicado denunciando las palabras del cura, “quien afirmó que las personas homosexuales no pueden ser padrinos o madrinas de confirmación porque no están bendecidas por Dios”. Este sacerdote estaría vinculado a grupos ultraconservadores. El colectivo considera que las palabras del sacerdote, al que se vincula con grupos ultracatólicos, perpetúan la LGBTIQfobia dentro de la Iglesia, enviando un mensaje de rechazo a quienes buscan vivir su fe con libertad Según el colectivo, la exclusión formulada por el sacerdote “supone un acto de discriminación y exclusión dentro de un espacio que debería acoger a todas las personas sin importar su orientación sexual. Estas palabras no solo hieren, sino que perpetúan la LGBTIQfobia dentro de la Iglesia, enviando un mensaje de rechazo a quienes buscan vivir su fe con libertad”. “La fe no debe ser un motivo de exclusión”, añade la nota, que exige que el párroco rectifique públicamente. “Este tipo de comentarios solo generan sufrimiento. Queremos una Iglesia que promueva el amor, la igualdad y el respeto por todas las personas. El amor es diverso y la Iglesia también debe serlo”. “Prohibido y desautorizado” No es el único caso de lgtbifobia en la Iglesia andaluza. Esta misma semana, el Obispado de Huelva emitía un comunicado en el que anunciaba que “ha prohibido y desautorizado” unos “cursos pre-bendiciones para parejas del mismo sexo o parejas en situación irregular” que había convocado la parroquia de San Pablo de la capital onubense. En la nota, la diócesis lamentaba haber conocido la noticia “mediante la prensa”. “No teníamos conocimiento del ofrecimiento a los fieles de estos cursos”. En cualquier caso, añadía el Obispado, “esa manera de acompañar a los fieles cristianos que están en tales situaciones no corresponde con el magisterio del Papa Francisco ni con la práctica pastoral de la Iglesia”. “La Diócesis de Huelva trabaja en el acompañamiento pastoral de todas las personas, ofreciendo espacios de escucha, formación y crecimiento en la fe y siempre en consonancia con las enseñanzas de la Iglesia”, terminaba el comunicado, que echaba por tierra el intento de la parroquia de San Pablo de ofrecer, en línea de la declaración Fiducia Suppplicans, un proceso para que estas parejas “puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio”.
Un sacerdote de Arcos de la Frontera impide a un feligrés homosexual apadrinar en el sacramento mientras el Obispado de Huelva obliga a retirar el acompañamiento previo a la bendición para parejas del mismo sexo ofrecida en una de sus parroquias
Cinco diócesis avalan un grupo católico que considera la homosexualidad una enfermedad como el alcoholismo
“¡Son hijos de Dios! Pueden recibir el bautismo en las mismas condiciones que los otros fieles, y en las mismas condiciones que los demás pueden ser aceptados como padrino o madrina, así como ser testigos de una boda. Ninguna ley del derecho canónico lo prohíbe”. En su reciente autobiografía, el papa Francisco lo dejaba bien claro. Sin embargo, para la Iglesia española, la presencia pública del colectivo LGTBIQ+ en su seno sigue siendo un tabú, que le lleva a ignorar, incluso, al sumo pontífice.
La secuencia de discriminación episcopal ha añadido dos dientes mas a su rueda: un joven al que no le han permitido apadrinar en una confirmación en Arcos de la Frontera (Cádiz) y la prohibición por parte del Obispado de Huelva de impartir cursos “prebendición” a las parejas de homosexuales.
El Cádiz, el párroco arcense le ha negado a un feligrés, no ya la comunión, sino la posibilidad de ser padrino en una confirmación, yendo en contra de la doctrina del mismísimo Papa Francisco, por declararse homosexual. El cura ha impedido a este persona participar así en el sacramento por ser gay.
“El sacerdote D. Iván, párroco (...), niega a un joven gay ser padrino de confirmación, aún cumpliendo los requisitos exigidos, por el hecho de ser gay y vivir con su pareja”, señala uno de los afectados, con la condición del anonimato, a elDiario.es. Desde la parroquia, por su parte, se aduce que “hay otras razones”, que no se han explicitado para esta negativa, mientras que la diócesis de Asidonia Jerez, a la que pertenece la iglesia de Arcos, se desentiende de la polémica afirmando que al Obispado “no ha llegado ninguna denuncia ni tenemos constancia de que haya pasado lo que se cuenta”.
El joven, feligrés de toda la vida de la parroquia según ha podido saber este diario, y que también participa en la hermandad de Semana Santa de la localidad, se presentó como padrino de confirmación de un familiar. El rechazo a su participación en el sacramento “ha herido dolorosamente a jóvenes gays y sus familias que participan de dicha comunidad parroquial” y que también “ha causado gran escándalo entre los fieles”.
La asociación Delta LGBTIQ+ de la Sierra de Cádiz ha emitido un comunicado denunciando las palabras del cura, “quien afirmó que las personas homosexuales no pueden ser padrinos o madrinas de confirmación porque no están bendecidas por Dios”. Este sacerdote estaría vinculado a grupos ultraconservadores. El colectivo considera que las palabras del sacerdote, al que se vincula con grupos ultracatólicos, perpetúan la LGBTIQfobia dentro de la Iglesia, enviando un mensaje de rechazo a quienes buscan vivir su fe con libertad
Según el colectivo, la exclusión formulada por el sacerdote “supone un acto de discriminación y exclusión dentro de un espacio que debería acoger a todas las personas sin importar su orientación sexual. Estas palabras no solo hieren, sino que perpetúan la LGBTIQfobia dentro de la Iglesia, enviando un mensaje de rechazo a quienes buscan vivir su fe con libertad”.
“La fe no debe ser un motivo de exclusión”, añade la nota, que exige que el párroco rectifique públicamente. “Este tipo de comentarios solo generan sufrimiento. Queremos una Iglesia que promueva el amor, la igualdad y el respeto por todas las personas. El amor es diverso y la Iglesia también debe serlo”.
“Prohibido y desautorizado”
No es el único caso de lgtbifobia en la Iglesia andaluza. Esta misma semana, el Obispado de Huelva emitía un comunicado en el que anunciaba que “ha prohibido y desautorizado” unos “cursos pre-bendiciones para parejas del mismo sexo o parejas en situación irregular” que había convocado la parroquia de San Pablo de la capital onubense.
En la nota, la diócesis lamentaba haber conocido la noticia “mediante la prensa”. “No teníamos conocimiento del ofrecimiento a los fieles de estos cursos”. En cualquier caso, añadía el Obispado, “esa manera de acompañar a los fieles cristianos que están en tales situaciones no corresponde con el magisterio del Papa Francisco ni con la práctica pastoral de la Iglesia”.
“La Diócesis de Huelva trabaja en el acompañamiento pastoral de todas las personas, ofreciendo espacios de escucha, formación y crecimiento en la fe y siempre en consonancia con las enseñanzas de la Iglesia”, terminaba el comunicado, que echaba por tierra el intento de la parroquia de San Pablo de ofrecer, en línea de la declaración Fiducia Suppplicans, un proceso para que estas parejas “puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio”.
El objetivo del curso, que llevaba por título 'Tú cuidarás de mi, yo de tí y Dios de Nosotros', no era otro que el de ofrecer “acompañamiento y formación espiritual antes de recibir la bendición religiosa”. La iniciativa ha sido retirada de la web de la parroquia tras la nota del Obispado.
Sin embargo, tal y como recoge Huelva 24, una de las catequistas responsables del curso asegura que “el párroco informó al vicario que esto se iba a hacer así y el vicario dijo, adelante”. Según relata, fue el propio equipo de catequistas de San Pablo quien propuso a su párroco esta iniciativa y esbozaron el itinerario correspondiente. Con todo ello, informaron a la diócesis, que solo puso objeciones una vez saltó el escándalo. Uno más que, lamentablemente, pone el foco en la discriminación del colectivo LGTBIQ+ en la Iglesia española.
Estos dos nuevos episodios se suman en una rápida sucesión de dos semanas a la negación de la comunión a tres personas, por parte del Obispado de Segovia, por ser homosexuales, pese a tener una vida cristiana activa. En el caso del alcalde de Torrecaballeros, además, habiendo sido lector de la Palabra y catequista durante años, sin ocultar a ninguno de sus párrocos su condición sexual. Sin problema alguno. Una denuncia hizo que la Iglesia tuviera que justificar su ‘No’ a comulgar, al considerar que, con el Código de Derecho Canónico en la mano, estas personas vivían “en pecado” y, por tanto, no podían acceder al Sacramento. El escándalo, unido al de las terapias de conversión, provocó una infructuosa reunión entre el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, y la ministra de Igualdad, Ana Redondo.
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