La historia real detrás de “Los dos hemisferios de Lucca” que demuestra que el amor de mamá lo es todo
Los dos hemisferios de Lucca ya se convirtió en una de las películas más populares de Netflix, pero sobre todo en una de esas cintas que definitivamente tocaron nuestro corazón. El filme, protagonizado por Bárbara Morí, Juan Pablo Medina y Julián Tello, quien da vida al pequeño Lucca, nos demuestra hasta donde sería capaz de […]
Los dos hemisferios de Lucca ya se convirtió en una de las películas más populares de Netflix, pero sobre todo en una de esas cintas que definitivamente tocaron nuestro corazón.
El filme, protagonizado por Bárbara Morí, Juan Pablo Medina y Julián Tello, quien da vida al pequeño Lucca, nos demuestra hasta donde sería capaz de llegar el amor de una madre por su hijo.
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Sin embargo, aunque la peli es muy conmovedora y hasta nos sacó una lagrimita, pocas personas saben que esta gran travesía está inspirada en una poderosa historia real que es mucho más emotiva que la cinta.
La historia real detrás de Los dos hemisferios de Lucca
Los dos hemisferios de Lucca se basa en el libro homónimo y autobiográfico de Bárbara Anderson, una periodista y activista argentina, cuya vida cambió para siempre en 2012, cuando Lucca llegó a su vida.
El pequeño nació con parálisis cerebral debido a una asfixia neonatal, una condición ocasionada por un daño cerebral severo que impediría que Lucca pudiera caminar, hablar y moverse con normalidad.
Pero no hay nada imposible para el amor de una madre, por lo que Anderson se negó a aceptar el diagnóstico de los médicos, quienes estaban seguros de que su hijo no tenía oportunidades de mejorar.
Bárbara decide arriesgarse y atravesar el mundo para llevar a Lucca a la India, para recibir un tratamiento experimental con un dispositivo llamado Cytotron, desarrollado por el científico Rajah Kumar.
Este aparato prometía regenerar tejidos cerebrales dañados mediante resonancias magnéticas y aunque no había nada que asegurará que todo funcionaria, Bárbara puso su fe y esperanza en el tratamiento.
Tras 28 días de tratamiento, el milagro comenzó a ocurrir y poco a poco Lucca logro corrigió su estrabismo, empezó a sostenerse mejor, a comunicarse con más claridad y a dar pequeños avances en su movilidad.
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