Javier Milei impone las reglas y se adueña del juego

La evidencia más palpable del fin de ciclo de una hegemonía de dos décadas acaba de ocurrir a la vista de todos

Feb 7, 2025 - 05:16
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Javier Milei impone las reglas y se adueña del juego

El Gobierno celebra por estas horas mucho más que la mera, pero crucial, aprobación en Diputados, por amplia mayoría, del proyecto para suspender las elecciones primarias abiertas simultánea y obligatorias (PASO).

Para tomar dimensión de lo que acaba de ocurrir, hay que empezar por el inédito hecho de que Javier Milei, con su minoritaria representación parlamentaria, logró romper una norma no escrita de la política argentina, respetada hasta hoy, que impedía el cambio de las reglas de juego electorales durante el año de elecciones.

La situación adquiere más relevancia cuando se repara en que casi todos los actores políticos y los expertos coinciden en que el gran beneficiario de esta modificación, si es sancionada por el Senado, será el oficialismo.

De eso se desprende otro hecho político altamente significativo: la mayor constatación vista hasta ahora del debilitamiento (casi hasta la anemia) de los espacios políticos tradicionales y, muy especialmente, de la profunda y sin precedente crisis de autoridad que padece Cristina Kirchner.

La última lideresa indiscutida del peronismo no pudo siquiera mantener la unidad de los diputados del peronismo frente a un proyecto que modificaba una ley y una institución electoral creada por ella y su esposo y cuya reforma sus legisladores más fieles se habían propuesto rechazar de plano. Expresiones del ocaso.

La libertad de acción que el jefe del bloque peronista Germán Martínez dispuso resignadamente no fue más que un intento de evitar la ruptura formal de la banca y un gesto para maquillar una fractura real que trasciende el ámbito parlamentario y abre un sinfín de interrogantes sobre el futuro del peronismo. Incluso de lo que alguna vez fue el cristinismo.

La evidencia más palpable del fin de ciclo de una hegemonía de dos décadas acaba de ocurrir a la vista de todos. El año electoral promete un sinfín de sorpresas. Esto recién empieza.

Si bien la reunión de comisión en la que se aprobó el dictamen había anticipado que los aires de independencia soplaban con demasiada fuerza en un peronismo sometido a los dictados del matrimonio Kirchner durante 20 años, lo sucedido ayer desborda esa pintura y tendrá consecuencias mayores.

Los efectos más que probablemente excederán los límites de la geografía donde mandan los caciques provinciales del norte, que habían hecho punta en el acercamiento a Milei y en el alejamiento de la expresidenta.

La rebelión dentro del bloque de diputados peronistas es casi seguro que tendrá impacto en el bastión kirchnerista bonaerense. Ahí se libra la sorda disputa de poder de Cristina Kirchner y La Cámpora (comandada por su hijo Máximo) con Axel Kicillof y la mayoría de los intendentes peronistas no cristinistas, quienes buscan liberarse del vicariato camporista para renovar su vínculo con buena parte de una sociedad que ha dado muestras de hartazgo de esas representaciones del pasado.

Todo indica que lo ocurrido en Diputados es el resultado de una jugada que les salió mal (o muy mal) a la expresidenta y a los camporistas, quienes especulaban con que la suspensión de las PASO los beneficiara para obturar atisbos de competencia interna en tierra bonaerense.

A CFK le falló la táctica del tero

Por eso, Cristina Kirchner había evitado pronunciarse personalmente sobre la reforma, mientras sus legisladores y referentes se afanaban por mantener la unidad para votar en contra. Los kirchneristas apostaban a la suspensión con los votos del oficialismo y sus aliados, sin dejar sus huellas, y beneficiarse internamente con el resultado. La táctica del tero no funcionó y el nido quedó a la intemperie.

Todavía falta que el proyecto aprobado pase el filtro del Senado, pero después de lo ocurrido en Diputados los pronósticos han cambiado. Como en cualquier sistema, una modificación en una de las partes altera todo el funcionamiento, y la nueva dinámica ya se ha desatado.

El interbloque de 34 senadores del peronismo (a solo tres de la mayoría del cuerpo), que hasta ahora habían tenido algunas fugas puntuales, amenaza con ser un flojo patchwork multicolor de convivencia compleja y de unidad improbable. Ya hay indicios de nuevas manifestaciones independentistas.

El debate del proyecto de suspensión de las PASO en esa cámara será un espectáculo digno de verse en el que el resultado no será los más importante. Ya han cambiado demasiadas cosas. Probablemente a Cristina Kirchner le resuenen más que nunca esos versos de Serrat que dicen que “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.

Para peor avanzó el proyecto de ley de reincidencia y reiterancia, que incomoda al kirchnerismo, y anteayer quedó expedito el camino para que la semana próxima se trate la ley de ficha limpia, que de sancionarse dejaría a la expresidenta fuera del juego electoral. Aunque hay sospechas de que en el Senado esta podría ser una prenda de negociación. En primer lugar para rediscutir el apoyo de los senadores peronistas a Ariel Lijo y a Manuel García-Mansilla para integrar la Corte Suprema. Además, abundan las dudas sobre la disposición que tendría el oficialismo para no tener como contrincante a Cristina Kirchner, con quien disfruta de polarizar cotidianamente.

En el entorno de Axel Kicillof hacían ayer esfuerzos para que no se filtraran las emociones del gobernador y los suyos. En medio de una de las peores semanas, jaqueado por graves hechos de inseguridad, sobre los que se monta el gobierno nacional para martillar contra él y su gestión, y por la disputa con el cristicamporismo, Kicillof encontró una inesperada cuota de oxígeno.

Tal vez ese alivio sea pasajero, pero imprescindible para cuando llegue el momento (para todos inexorable) de sentarse a dialogar con la jefa. La máxima de Oscar Parrilli de que “a Cristina no se le habla, se la escucha” hace tiempo que había entrado en crisis, aunque entre los suyos siguiera vigente. Esta nueva crisis es una gran oportunidad para el gobernador. Habrá que ver si anima a tomarla.

Poder sin barreras

Si bien la exposición de la crisis extrema del liderazgo hegemónico de la expresidenta tiene una dimensión para el mapa político nacional, esa es solo una manifestaciones más del nuevo paisaje, en el que Milei avanza e impone reglas, en pos de convertirse en el dueño del juego. El apoyo de sus aliados, la anuencia de los colaboracionistas y la debilidad de los opositores fragmentados hacen un aporte fundamental para que su decisionismo encuentre pocas barreras. Cada vez queda menos de lo que había.

Todos los expertos en temas electorales coinciden en que el único gran beneficiario de esta reforma inédita en un año electoral será el oficialismo, ya que obturaría definitivamente la posibilidades de discutir la integración de una alianza tras una competencia interna.

El triángulo de hierro suma poder. Todas las candidaturas oficialistas dependerán e la opinión, las filias y las fobias de la hermana Karina, de los consejos de Santiago Caputo y de los pulgares imperiales de Javier.

El macrismo en su laberinto

Ante esa realidad resulta más complejo comprender y explicar el apoyo que el macrismo dio a la iniciativa, cuando no solo ha sido el gran beneficiario de esa herramienta para construir la alianza que lo llevó al poder, sino que todo indica que lo pondrá en una relación de poder aún más asimétrica de la que ya está frente a Milei y los suyos para afrontar alguna negociación electoral.

Las explicaciones que Mauricio Macri ha dado en los últimos días a sus interlocutores demuestran que es la expresión de una resignación, más que de una estrategia.

“A esta altura, ¿ves alguna vocación de Karina y de Santiago Caputo de negociar algo?”, es la pregunta retórica con la que el expresidente responde a quienes lo interrogan en busca de comprender la decisión de apoyar la suspensión de la PASO. Como se ve, aún deja afuera a Javier Milei, con la ilusión de que todavía quede algún resquicio, aunque cada vez duda más de la consideración que dice prodigarle “el León”.

Por eso, completa su respuesta con una admisión: “Fue una mayoría [de macristas] la que pensó que nos favorece apoyar [la suspensión de las PASO] para ir solos” porque no habría condiciones para ninguna alianza razonable.

De todas maneras, aclara: “Hasta el final seguiremos abiertos a una negociación sensata, y si hay que hacer una mala elección solos, se hará una mala elección. Pero nosotros vamos a defender nuestras convicciones y valores, que implican apoyar las ideas liberales en lo económico, pero también sostener una institucionalidad que hoy no se está respetando. Creemos que nuestros votantes son sensatos y nos acompañarán”.

La confianza de Macri se parece a un acto de fe respecto de electores que hoy no ven muy clara la identidad macrista ni advierten demasiado énfasis en la defensa de los valores republicanos y principios liberales que dice sostener, como el respeto a la pluralidad, la diversidad y la diferencia de opiniones contra las que arremeten cotidianamente Milei, muchos de sus colaboradores y su milicia mediática.

El silencio institucional de Pro y de sus principales dirigentes ante los ataques verbales y la persecución en las redes a todos sus contradictores quedó más en evidencia que nunca ayer cuando varios diputados opositores, dialoguistas y duros, pidieron el repudio a las acusaciones y descalificaciones del Presidente hacia la comunidad LGBTQ+.

La mirada de los expertos

Más allá de estas consecuencias inmediatas de la reforma electoral aprobada, los politólogos especializados en temas electorales advierten de otros efectos más amplios. Sin desconocer que las PASO no solo no cuentan con la simpatía popular y que no han cumplido muchos de los objetivos que se propusieron.

Al respecto, el Cippec señaló que se producirá un “debilitamiento de la participación ciudadana en la selección de candidatos, con la consecuente pérdida de un mecanismo de legitimación democrática”. Además, prevé “mayor fragmentación en la oferta electoral, porque se dificultaría la conformación de coaliciones amplias y ordenadas. Un desincentivo a la competencia interna y un mayor peso de las cúpulas partidarias en la selección de candidatos”.

En la misma línea, la politóloga y profesora de la Universidad Torcuato Di Tella señalo que “se va del incentivo a las coaliciones electorales, al armado de las alianzas transitorias, ya que las PASO han servido como un muy buen mecanismo exitoso para que los partidos decidieran formar o sumarse a frentes electorales”. Además, “las primarias evitan la competencia por afuera y han servido como un contenedor”.

En cuanto al beneficio para el (o los) oficialismo(s), Clérici sostiene que se ve “como una estrategia para fragmentar a la oposición”.

Por su parte, el politólogo y consultor especializado en temas electorales Facundo Cruz considera que “va a ser un beneficio para el oficialismo, porque con la aprobación que tiene Milei, si mantiene estos niveles, podrá tener un control sobre las listas en los distritos y presentar una oferta unificada. Para un oficialismo fuerte, siempre hay lista de unidad”.

En cambio, dice, “la suspensión de las primarias le genera un problema a la oposición porque le quita un mecanismo de coordinación electoral para ir de manera unificada. Y esto, con la facilidad que existe en la Argentina para crear partidos políticos, puede derivar en una sobreoferta de listas opositoras en las urnas. El principal perjudicado puede ser Pro, porque si quiere lograr un acuerdo con La Libertad Avanza no va a tener un mecanismo para discutir candidaturas y tendrá que aceptar las condiciones que le impongan o presentarse solo”.

La opinión de los expertos y las imágenes que arrojó la sesión de Diputados no dejan lugar a dudas: el gran ganador, mucho más allá de los temas tratados y aprobados, ha sido el oficialismo. A pesar de su minoría parlamentaría, Milei impone las reglas y se adueña del juego.