Hay algo en lo que los Goya llevan la delantera a los Oscar: no están experimentando su misma crisis de audiencia

Las entregas de premios están de capa caída. Los Oscar se hunden en mínimos históricos, otros galardones relevantes como los Emmy o los Grammy caen cada año. Podría decirse que los premios a las mejores propuestas culturales del año ya no interesan. Sin embargo, los Goya aguantan firmes, con audiencias más o menos estables salvo ocasionales y comprensibles altibajos. Premios decadentes. En audiencias al menos, tal y como se ve en este cuadro de Axios. Y no en todos los casos: los Emmy por ejemplo, tuvieron en 2024 su mejor audiencia en tres años (6,8 millones de espectadores), y los Grammy también están experimentando en los últimos cuatro una curva ascendente hasta niveles pre-pandemia (17 millones), pero todo dentro de un contexto de caída generalizada. Peor están los Globos de Oro, que se mantienen después de la caída espectacular de hace unos años (9,3 millones) o los Oscar, estos sí en clara caída libre, después de un mínimo histórico en 2021 del que aún no se han recuperado. En España funcionan. Las audiencias de los Goya han experimentado los lógicos altibajos de las circunstancias de cada momento (en 2021 cayeron a mínimos históricos, como los Oscar, a causa del COVID y de una ceremonia donde todos los nominados estaban en sus casas), pero en general, se han mantenido desde 2009 siempre en torno al 20 y al 25% de share. Son cifras que implican pocas variaciones en el interés. En Xataka Premios Goya 2025: dónde ver en streaming las películas nominadas La televisión post-pandemia. Es cierto que hubo una época, entre 2009 y 2011, en la que los Goya superaron los cuatro millones de espectadores, y ahora están más bien en torno a los dos millones y medio, pero es una caída que forma parte de la desaparición de las cadenas generalistas como entretenimiento principal de la sociedad, a la par con la consagración de las plataformas de streaming en torno a los años del COVID. Y por supuesto, con el descenso generalizado en el consumo televisivo en los últimos años, que hace que aunque la gala de 2024 fuera la menos vista en 18 años, en el contexto de las audiencias de ese año fuera un buen porcentaje según RTVE, ganando cuota, subiendo una décima respecto al año anterior y siendo lo más visto ese día en prime time. El secreto: pocos cambios. Si se piensa en posibles razones para que los Goya sigan manteniendo su forma es, precisamente, los escasos cambios que han experimentado con el tiempo. Desde su primera edición, en 1987 (televisada desde 1991), ha seguido los códigos de entregas de premios como los Oscar, con libertades muy escasas. El formato de uno o dos presentadores solo se ha roto en tres ocasiones, en 2001 con seis, en 2002 con el grupo Animalario y en la gala coral de 2022. La estatuílla no ha cambiado, las normas para ser nominados y premiados apenas han experimentado evoluciones. Clásicos sin riesgo. Un estatismo que de momento parece beneficiarles: este año, la gala será presentada por dos clásicas sin riesgo como Leonor Watling y Maribel Verdú, y ya se ha prometido, por adelantado, una gala sin polémicas y sin política. Es decir, el deseo y la intención es que, de momento, todo siga igual. Al menos, en lo que respecta a las audiencias. En Xataka | Karla Sofía Gascón ha conseguido algo más que poner en peligro su propio Oscar: saltar todas las alarmas de Netflix - La noticia Hay algo en lo que los Goya llevan la delantera a los Oscar: no están experimentando su misma crisis de audiencia fue publicada originalmente en Xataka por John Tones .

Feb 6, 2025 - 17:14
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Hay algo en lo que los Goya llevan la delantera a los Oscar: no están experimentando su misma crisis de audiencia

Hay algo en lo que los Goya llevan la delantera a los Oscar: no están experimentando su misma crisis de audiencia

Las entregas de premios están de capa caída. Los Oscar se hunden en mínimos históricos, otros galardones relevantes como los Emmy o los Grammy caen cada año. Podría decirse que los premios a las mejores propuestas culturales del año ya no interesan. Sin embargo, los Goya aguantan firmes, con audiencias más o menos estables salvo ocasionales y comprensibles altibajos.

Premios decadentes. En audiencias al menos, tal y como se ve en este cuadro de Axios. Y no en todos los casos: los Emmy por ejemplo, tuvieron en 2024 su mejor audiencia en tres años (6,8 millones de espectadores), y los Grammy también están experimentando en los últimos cuatro una curva ascendente hasta niveles pre-pandemia (17 millones), pero todo dentro de un contexto de caída generalizada. Peor están los Globos de Oro, que se mantienen después de la caída espectacular de hace unos años (9,3 millones) o los Oscar, estos sí en clara caída libre, después de un mínimo histórico en 2021 del que aún no se han recuperado.

En España funcionan. Las audiencias de los Goya han experimentado los lógicos altibajos de las circunstancias de cada momento (en 2021 cayeron a mínimos históricos, como los Oscar, a causa del COVID y de una ceremonia donde todos los nominados estaban en sus casas), pero en general, se han mantenido desde 2009 siempre en torno al 20 y al 25% de share. Son cifras que implican pocas variaciones en el interés.

La televisión post-pandemia. Es cierto que hubo una época, entre 2009 y 2011, en la que los Goya superaron los cuatro millones de espectadores, y ahora están más bien en torno a los dos millones y medio, pero es una caída que forma parte de la desaparición de las cadenas generalistas como entretenimiento principal de la sociedad, a la par con la consagración de las plataformas de streaming en torno a los años del COVID. Y por supuesto, con el descenso generalizado en el consumo televisivo en los últimos años, que hace que aunque la gala de 2024 fuera la menos vista en 18 años, en el contexto de las audiencias de ese año fuera un buen porcentaje según RTVE, ganando cuota, subiendo una décima respecto al año anterior y siendo lo más visto ese día en prime time.

El secreto: pocos cambios. Si se piensa en posibles razones para que los Goya sigan manteniendo su forma es, precisamente, los escasos cambios que han experimentado con el tiempo. Desde su primera edición, en 1987 (televisada desde 1991), ha seguido los códigos de entregas de premios como los Oscar, con libertades muy escasas. El formato de uno o dos presentadores solo se ha roto en tres ocasiones, en 2001 con seis, en 2002 con el grupo Animalario y en la gala coral de 2022. La estatuílla no ha cambiado, las normas para ser nominados y premiados apenas han experimentado evoluciones.

Clásicos sin riesgo. Un estatismo que de momento parece beneficiarles: este año, la gala será presentada por dos clásicas sin riesgo como Leonor Watling y Maribel Verdú, y ya se ha prometido, por adelantado, una gala sin polémicas y sin política. Es decir, el deseo y la intención es que, de momento, todo siga igual. Al menos, en lo que respecta a las audiencias.

En Xataka | Karla Sofía Gascón ha conseguido algo más que poner en peligro su propio Oscar: saltar todas las alarmas de Netflix

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La noticia Hay algo en lo que los Goya llevan la delantera a los Oscar: no están experimentando su misma crisis de audiencia fue publicada originalmente en Xataka por John Tones .