Durante unos cuantos años, la bahía de Guantánamo había caído en el letargo del olvido, su nombre apenas un eco de la guerra contra el terror. Solo quince prisioneros permanecían en sus celdas, espectros de un conflicto que el tiempo y la burocracia dejaron en suspenso. Pero ahora, con un solo anuncio, Donald Trump ha devuelto a Guantánamo al centro de la tormenta política . No para cerrar su historia, sino para abrir un nuevo capítulo: la construcción de un centro de detención para 30.000 indocumentados, aquellos que, según él, representan a «lo peor de lo peor», los que Estados Unidos no devolverá a sus países por su peligrosidad. En una jugada que evoca los días más sombríos de la...
Ver Más