Esta noche, en un horario indecente, el
Barça se juega un título a partido único. Ganar en
Valencia significaría seguir optando a levantar los cuatro títulos de la temporada. Paso a paso. Con la
Supercopa en el saco, con manita incorporada al
Madrid, ahora hay que ir a por la
Copa del Rey… un título que no se gana desde tiempos de
Koeman y
Messi. Jugar en
Mestalla tiene una doble trampa: uno puede pensar que el conjunto ché, en zona de descenso en la Liga, tiene que tirar la competición copera y centrarse en su objetivo prioritario de salvar la vida. Pensar eso es no conocer la idiosincrasia valencianista, ni menos aún la de su afición. La segunda trampa es recordar que en la última semana de enero, el
Barça le metió 7 al mismo rival, en una partido que al minuto 13 ya iba 3-0. Quizá, para no salir confiados, el mejor referente para
Flick es acordarse de su debut oficial en el banquillo del
Barça. Fue en
Mestalla, ganando por los pelos con dos goles de
Lewandowski, uno justo antes del descanso y otro justo después del intermedio. Así se remontó el gol inicial de
Hugo Duro. Sin embargo, la agonía fue máxima porque
Cubarsí salvó, bajo palos, lo que ya se celebraba como el 2-0. Puede que el resultado de esa calurosa noche de agosto, donde todo fue del canto de un duro, marcara el destino liguero de valencianistas y culés.
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