En enorme desafío de negociar con Donald Trump
Forbes México. En enorme desafío de negociar con Donald Trump Será una carrera contra el tiempo en la que el gobierno mexicano tendrá que persuadir a Donald Trump que la mejor decisión es la colaboración. La amenaza de los aranceles está latente, pero hay al menos un respiro. En enorme desafío de negociar con Donald Trump Julián Andrade
Forbes México.
En enorme desafío de negociar con Donald Trump
Es una pausa pero no está mal. Para México será un desastre si Donald Trump al final establece los aranceles.
Se negoció y hay un precio, por lo pronto el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional a lo largo de la frontera con Estados Unidos y cuya misión primordial será impedir el paso de fentanilo y de personas migrantes.
En los hechos, estamos ante el sellado fronterizo, de río Bravo al Suchiate y el Usumacinta, porque en el sur ya opera el despliegue de fuerzas militares desde que el propio Trump lo exigió en su anterior mandato.
Las autoridades mexicanas tendrán que ser muy cuidadosas para que no se genere una crisis humanitaria, porque los migrantes van a seguir intentando llegar a los Estados Unidos, pero cada día verán el camino más complicado y donde aumentarán los riesgos para su propia seguridad.
Los traficantes de personas estarán al acecho, porque saben que las restricciones les dan dividendos. Costará más la labor de los coyotes, pero seguirá operando esa rama del crimen organizado.
El fentanilo también seguirá llegado a los Estados Unidos. Nunca se ha podido detener el tráfico de drogas y menos con un enfoque punitivo. Ya es más de medio siglo de la Guerra contra las Drogas decretada por Richard Nixon y los resultados no son esperanzadores.
Pero lo que sí se puede hacer, es incidir en las magnitudes, con supervisiones adecuadas en las fronteras y en las aduanas portuarias del Pacífico, para detectar los embarques de precursores que provienen de China y así evitar la fabricación del fentanilo.
Pero los más relevante, ahora, como en el pasado, es enfrentar de modo decidido a las bandas de narcotraficantes y a sus redes de protección.
Si esto se hace, también tendrá un precio, el aumento de la violencia en el corto plazo, pero también una recompensa, la recuperación del control territorial.
Se tiene un mes para lograr resultados y el tiempo ya corre, pero se establecerán mesas de diálogo entre gobiernos con las que se podrá ir afinando lo que se espera, de cada parte, para consolidar un compromiso que sea duradero.
Son cuatro semanas para persuadir a la Casa Blanca de que la mejor decisión es la de la colaboración y la coordinación. Visión estratégica y talento, es lo que se requerirá.
Habrá que establecer, de igual manera, cuáles son las líneas que no se está dispuesto a cruzar.
Donald Trump no cejará en sus presiones, con eso se tendrá que operar durante los próximos cuatro años, pero lo que sí está en manos del gobierno mexicano y de la presidenta Claudia Sheinbaum es sacudirse las herencias de una estrategia de seguridad que en realidad resultó un fracaso y que está comprometiendo la integridad misma del país.
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