En el Gobierno preocupan los quebrantos, pero investigarán a las empresas que los presenten
La economía y la política van tratando de encastrar para seguir armando el rompecabezas del año electoral.Una a favor, que lo deja tranquilo al Gobierno, es el tema energético. YPF es un claro ejemplo: de tener un valor de u$s 5000 millones cuando asumió Javier Milei, pasó a valer hoy u$s 18.000 millones. La petrolera, que conserva una importante participación del Estado, es una empresa que se maneja de forma privada y cuya cabeza, Horacio Marín, es el hombre que, entre otras cosas, aprovechó enero para salir a buscar negocios por Europa y Asia. El resultado de las negociaciones parece prometedor. De hecho, si todo se concreta, la empresa recibirá varios millones de dólares desde 2027 en adelante. Hay más: para 2031 se proyecta una industria que genere exportaciones por u$s 30.000 millones, de los cuales algo más de un tercio le corresponderán a YPF.Inversiones Vaca Muerta Sur: petroleras se suman a un megaproyecto de YPF Martín BidegarayComo contrapartida, la pata que preocupa es la de los quebrantos. La recaudación no es un tema menor. En este caso, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), está poniendo la mira en cómo se están declarando esos quebrantos. Es decir que se investigará a todas las empresas que declaren quebrantos y sólo se aceptarán los quebrantos que el Gobierno considere que tienen justificación.En el plano político, la marcha contra Milei del fin de semana pasado, no parece ser un problema. Más de un funcionario sostiene que la marcha no representa los problemas reales que tiene la mayoría de la gente. El argumento es para respetar, teniendo en cuenta que La Libertad Avanza llegó al poder teniendo una mirada diferente a la que tenía el resto de los espacios opositores, sobre "los problemas de la gente". Lo que también llama la atención es que el Gobierno parece sentirse cómodo en escenarios que a la mayoría le resultarían incómodos. Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA)Tampoco es un problema hoy Victoria Villarruel. La vicepresidenta, arrinconada y con su imagen cayendo, concentra su escaso poder de fuego más en cómo trabar la llegada de Ariel Lijo a la Corte que en tratar de generar un espacio propio. Así las cosas, el objetivo del Gobierno de cara a las elecciones legislativas es la conformación de las listas.En ese sentido, las verdaderas cartas en juego están centradas en cómo se comporta el PRO y Mauricio Macri. Es decir, si el expresidente acepta las condiciones, es un escenario y si no las acepta, claramente otro. Otro problema es hasta dónde tensar la cuerda con Jorge Macri, o hasta dónde le conviene a La Libertad Avanza tenerlo de aliado.Mirando el escenario y decidiendo la estrategia, el triángulo integrado por Milei, Karina y Santiago Caputo luce inquebrantable y no permite dislates ni medias tintas, y menos en un año donde el Gobierno cree que se juega gran parte del futuro.
La economía y la política van tratando de encastrar para seguir armando el rompecabezas del año electoral.
Una a favor, que lo deja tranquilo al Gobierno, es el tema energético. YPF es un claro ejemplo: de tener un valor de u$s 5000 millones cuando asumió Javier Milei, pasó a valer hoy u$s 18.000 millones. La petrolera, que conserva una importante participación del Estado, es una empresa que se maneja de forma privada y cuya cabeza, Horacio Marín, es el hombre que, entre otras cosas, aprovechó enero para salir a buscar negocios por Europa y Asia. El resultado de las negociaciones parece prometedor. De hecho, si todo se concreta, la empresa recibirá varios millones de dólares desde 2027 en adelante. Hay más: para 2031 se proyecta una industria que genere exportaciones por u$s 30.000 millones, de los cuales algo más de un tercio le corresponderán a YPF.
Como contrapartida, la pata que preocupa es la de los quebrantos. La recaudación no es un tema menor. En este caso, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), está poniendo la mira en cómo se están declarando esos quebrantos. Es decir que se investigará a todas las empresas que declaren quebrantos y sólo se aceptarán los quebrantos que el Gobierno considere que tienen justificación.
En el plano político, la marcha contra Milei del fin de semana pasado, no parece ser un problema. Más de un funcionario sostiene que la marcha no representa los problemas reales que tiene la mayoría de la gente. El argumento es para respetar, teniendo en cuenta que La Libertad Avanza llegó al poder teniendo una mirada diferente a la que tenía el resto de los espacios opositores, sobre "los problemas de la gente". Lo que también llama la atención es que el Gobierno parece sentirse cómodo en escenarios que a la mayoría le resultarían incómodos.
Tampoco es un problema hoy Victoria Villarruel. La vicepresidenta, arrinconada y con su imagen cayendo, concentra su escaso poder de fuego más en cómo trabar la llegada de Ariel Lijo a la Corte que en tratar de generar un espacio propio. Así las cosas, el objetivo del Gobierno de cara a las elecciones legislativas es la conformación de las listas.
En ese sentido, las verdaderas cartas en juego están centradas en cómo se comporta el PRO y Mauricio Macri. Es decir, si el expresidente acepta las condiciones, es un escenario y si no las acepta, claramente otro. Otro problema es hasta dónde tensar la cuerda con Jorge Macri, o hasta dónde le conviene a La Libertad Avanza tenerlo de aliado.
Mirando el escenario y decidiendo la estrategia, el triángulo integrado por Milei, Karina y Santiago Caputo luce inquebrantable y no permite dislates ni medias tintas, y menos en un año donde el Gobierno cree que se juega gran parte del futuro.