¿Deben cambiar los menús escolares según la etapa educativa de los niños?

Para María Delgado , coordinadora de bienestar del Colegio Europeo de Madrid , una buena alimentación en la infancia constituye un pilar fundamental para el desarrollo físico y cognitivo de los jóvenes. Asegura que en pleno siglo XXI, la conciencia sobre la importancia de una dieta equilibrada y saludable está más presente que nunca, especialmente en contextos educativos, lo que es, cuanto menos, muy reconfortante. Explica que se ha comprobado cada vez más que una buena nutrición no solo es vital para el bienestar físico, sino también para el rendimiento académico y el desarrollo emocional de los estudiantes. Por esta razón, la adaptación de los menús de comedor a las necesidades de cada uno de los niños se ha convertido en una auténtica prioridad para muchos centros educativos y, por supuesto, para las familias de los alumnos que acuden a ellos. En su opinión, una de las principales razones de este enfoque en la nutrición escolar es el creciente conocimiento sobre cómo la dieta afecta a la salud a largo plazo. « El sobrepeso y la obesidad infantil , por ejemplo, son problemas cada vez más comunes, lo que hace aún más urgente que se ofrezcan opciones alimenticias que no solo sean atractivas para los alumnos, sino también saludables. Además, con toda la disponibilidad de información sobre nutrición y los avances en la investigación, sabemos que una dieta adecuada en la infancia no solo previene enfermedades , sino que también tiene un impacto positivo en la capacidad de los estudiantes para concentrarse, aprender y socializar». Añade que uno de los aspectos más destacados en la alimentación escolar es la diversidad y la adaptación de los menús a las múltiples restricciones alimentarias de los jóvenes, ya que la nutrición de los menores no se limita a tener en cuenta intolerancias comunes como el gluten o la lactosa, sino que, hoy en día, las necesidades de los estudiantes son mucho más específicas. «Algunas personas pueden tener alergias a ciertos alimentos como el huevo, frutas concretas, frutos secos o incluso otros ingredientes menos comunes, por tanto, no solo es necesario ofrecer alternativas para estas alergias, sino también hacerlo de manera diferenciada según la etapa educativa. Por ejemplo, se puede hacer un menú en el ciclo Infantil y otro diferente en primaria, ya que las alergias pueden ser distintas y por ello, se deben ajustar los menús para que los más pequeños puedan comer de forma segura y equilibrada, sin comprometer su salud». Además de estas intolerancias y alergias considera que es fundamental que los menús se adapten a diferentes tipos de dietas. «En la actualidad, es cada vez más frecuente encontrar jóvenes que siguen una alimentación vegana o vegetariana, lo que exige menús completamente diferentes a los convencionales, pero igualmente nutritivos y equilibrados . La tendencia a seguir estas dietas ha aumentado y, por tanto, hay que ser conscientes de esta diversidad para ofrecer opciones adecuadas que respeten las creencias y necesidades alimenticias de cada niño. Así, los menús escolares no solo deben ser saludables, sino también inclusivos, fomentando la diversidad sin sacrificar el valor nutricional». Para María Delgado, el trabajo que se realiza detrás de los menús es más que solo ofrecer opciones saludables, «implica un profundo compromiso con la nutrición y el bienestar de los alumnos, teniendo en cuenta sus necesidades individuales. Los menús no son únicamente listas de alimentos, sino que son el resultado de un análisis detallado y de un enfoque profesional que tiene en cuenta no solo las alergias, sino también el desarrollo físico y las preferencias de los estudiantes. Es decir, los alimentos seleccionados deben ser adecuados para cada etapa de crecimiento, promoviendo un desarrollo óptimo en todos los aspectos, desde el desarrollo físico hasta el cognitivo. Todo este proceso se lleva a cabo con la asesoría de expertos en nutrición, lo que indica que los menús no son creados de forma improvisada o sin fundamento, sino que garantiza que las opciones sean equilibradas, apropiadas y adaptadas a las necesidades nutricionales específicas de cada niño». Insiste en que la buena alimentación en los centros educativos está siendo cada vez más tenida en cuenta como una prioridad. «Gracias a un enfoque inclusivo y personalizado , se está consiguiendo ofrecer menús que no solo cubren las necesidades básicas de los estudiantes, sino que también respetan sus características individuales, permitiéndoles crecer y desarrollarse de manera saludable y equilibrada», concluye.

Feb 7, 2025 - 05:16
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¿Deben cambiar los menús escolares según la etapa educativa de los niños?
Para María Delgado , coordinadora de bienestar del Colegio Europeo de Madrid , una buena alimentación en la infancia constituye un pilar fundamental para el desarrollo físico y cognitivo de los jóvenes. Asegura que en pleno siglo XXI, la conciencia sobre la importancia de una dieta equilibrada y saludable está más presente que nunca, especialmente en contextos educativos, lo que es, cuanto menos, muy reconfortante. Explica que se ha comprobado cada vez más que una buena nutrición no solo es vital para el bienestar físico, sino también para el rendimiento académico y el desarrollo emocional de los estudiantes. Por esta razón, la adaptación de los menús de comedor a las necesidades de cada uno de los niños se ha convertido en una auténtica prioridad para muchos centros educativos y, por supuesto, para las familias de los alumnos que acuden a ellos. En su opinión, una de las principales razones de este enfoque en la nutrición escolar es el creciente conocimiento sobre cómo la dieta afecta a la salud a largo plazo. « El sobrepeso y la obesidad infantil , por ejemplo, son problemas cada vez más comunes, lo que hace aún más urgente que se ofrezcan opciones alimenticias que no solo sean atractivas para los alumnos, sino también saludables. Además, con toda la disponibilidad de información sobre nutrición y los avances en la investigación, sabemos que una dieta adecuada en la infancia no solo previene enfermedades , sino que también tiene un impacto positivo en la capacidad de los estudiantes para concentrarse, aprender y socializar». Añade que uno de los aspectos más destacados en la alimentación escolar es la diversidad y la adaptación de los menús a las múltiples restricciones alimentarias de los jóvenes, ya que la nutrición de los menores no se limita a tener en cuenta intolerancias comunes como el gluten o la lactosa, sino que, hoy en día, las necesidades de los estudiantes son mucho más específicas. «Algunas personas pueden tener alergias a ciertos alimentos como el huevo, frutas concretas, frutos secos o incluso otros ingredientes menos comunes, por tanto, no solo es necesario ofrecer alternativas para estas alergias, sino también hacerlo de manera diferenciada según la etapa educativa. Por ejemplo, se puede hacer un menú en el ciclo Infantil y otro diferente en primaria, ya que las alergias pueden ser distintas y por ello, se deben ajustar los menús para que los más pequeños puedan comer de forma segura y equilibrada, sin comprometer su salud». Además de estas intolerancias y alergias considera que es fundamental que los menús se adapten a diferentes tipos de dietas. «En la actualidad, es cada vez más frecuente encontrar jóvenes que siguen una alimentación vegana o vegetariana, lo que exige menús completamente diferentes a los convencionales, pero igualmente nutritivos y equilibrados . La tendencia a seguir estas dietas ha aumentado y, por tanto, hay que ser conscientes de esta diversidad para ofrecer opciones adecuadas que respeten las creencias y necesidades alimenticias de cada niño. Así, los menús escolares no solo deben ser saludables, sino también inclusivos, fomentando la diversidad sin sacrificar el valor nutricional». Para María Delgado, el trabajo que se realiza detrás de los menús es más que solo ofrecer opciones saludables, «implica un profundo compromiso con la nutrición y el bienestar de los alumnos, teniendo en cuenta sus necesidades individuales. Los menús no son únicamente listas de alimentos, sino que son el resultado de un análisis detallado y de un enfoque profesional que tiene en cuenta no solo las alergias, sino también el desarrollo físico y las preferencias de los estudiantes. Es decir, los alimentos seleccionados deben ser adecuados para cada etapa de crecimiento, promoviendo un desarrollo óptimo en todos los aspectos, desde el desarrollo físico hasta el cognitivo. Todo este proceso se lleva a cabo con la asesoría de expertos en nutrición, lo que indica que los menús no son creados de forma improvisada o sin fundamento, sino que garantiza que las opciones sean equilibradas, apropiadas y adaptadas a las necesidades nutricionales específicas de cada niño». Insiste en que la buena alimentación en los centros educativos está siendo cada vez más tenida en cuenta como una prioridad. «Gracias a un enfoque inclusivo y personalizado , se está consiguiendo ofrecer menús que no solo cubren las necesidades básicas de los estudiantes, sino que también respetan sus características individuales, permitiéndoles crecer y desarrollarse de manera saludable y equilibrada», concluye.