Cruce de acusaciones en el juicio entre las dos parejas acusadas de matar, descuartizar y quemar al casero de su vivienda
Una madre y su hija y sus respectivas parejas se han cruzado acusaciones en el juicio celebrado en Valencia este lunes por la muerte del casero que les alquilaba una habitación a ellas, a quien descuartizaron y quemaron su cadáver. El crimen se cometió en junio de 2022 mientras la víctima -Alfredo- dormía en el sofá. Los cuatro acusados, que se han sentado en el banquillo, han negado ser los autores de su muerte en la primera sesión del juicio que se sigue por jurado popular en la Audiencia Provincial y se han acusado entre ellos. Así, la madre, Pilar; su hija Laura y el novio de ella, Alan, han responsabilizado a la expareja de la primera, Luis Marcos, ante quien sentían «verdadero pánico», según han dicho. Por su parte, el cuarto acusado ha declarado que la propia Pilar le confesó haber matado a Alfredo y que él llegó a la casa cuando el crimen ya se había producido. Su abogado ha explicado que accedió a descuartizar el cadáver y a quemarlo «obcecado» por el «amor» que sentía hacia ella, con la que tenía una orden de alejamiento en vigor por malos tratos . Sin embargo, para Fiscalía se trata de «un cuento de terror » que urdió la madre con un único fin: quedarse con la vivienda y vaciar los 2.000 euros que tenía Alfredo en las cuentas. Ha descrito a Pilar como «una auténtica embaucadora» y «hasta tal límite ideó el plan que incluso falsificó con su pareja el contrato de alquiler que tenía el fallecido con el propietario poniendo sus nombres sin saber que el dueño de la casa había muerto». La convivencia de los tres, según el escrito provisional de Fiscalía, era «problemática» desde que la madre denunció a Alfredo en noviembre de 2021 por un delito de vejaciones injustas en el ámbito familiar «haciendo creer que eran pareja sentimental y por el que fue condenado». Como consecuencia de ello, Alfredo quería que las procesadas se fueran de la casa. Según la Fiscalía, el crimen ocurrió el 27 de junio de 2022 en la vivienda del fallecido, al que posteriormente descuartizaron. A las 0.25 horas del día siguiente lo llevaron en el coche de Alan, en el que también iban Laura y Luis Marcos, a Gestalgar, donde lo quemaron. Los cuatro vivieron juntos en la casa tres meses hasta que fueron detenidos el 20 de septiembre. «Todos acusan a Luis Marcos, pero les probaré que eso no es cierto porque hay conversaciones y whastapps entre ellos los día anteriores y posteriores y se verá que todos van en una misma dirección: asesinar a Alfredo», ha mantenido. Por estos hechos reclama inicialmente para todos ellos 25 años por un delito de asesinato, cuatro meses por profanación del cadáver y otros dos años por estafa. Además a la madre y a su entonces pareja les acusa también de un delito de falsedad en documento privado por el que les pide un año de prisión. Sin embargo, el abogado de la madre pide la libre acusación para su defendida porque asegura que no ha cometido ningún delito. Así, Pilar ha negado haber dado ninguna instrucción o embaucado a nadie para acabar con la vida de su casero -»Alfredo no es justamente mi enemigo», ha afirmado-, con quien discutió por la plaga de chinches que había en la casa y a quien denunció dos veces por agresión. No obstante, ha negado que le denunciara cuando les instó a abandonar la casa. Al respecto, ha mantenido que cuando Luis Marcos se enteró de la agresión le dijo que vendría de Córdoba donde vivía temporada con su madre: 'A ese hijo de puta me lo tengo que quitar de en medio». De hecho Alfredo le enseñó, ha relatado, algún whatsapp con las amenazas de él de que le iba a pegar dos tiros y ella le aconsejó denunciarlo. «Cuando una persona es maltratadora de otra no le pueden tocar su presa y Alfredo me agredió a mí, y yo soy la presa de Luis Marcos», ha señalado para explicar el crimen. Según ha contado, esa noche no salió de la habitación porque se encontraba bajo los efectos de la quimio que estaba recibiendo y se había tomado un fármaco inductor del sueño. Luis Marcos llegó y abrió con sus llaves y entraba y salía de la habitación a beber y fumar, pero «en ningún momento me dijo que había acabado con él». Niega también que ella le diera el cútex y un serrucho para desmembrarlo. Tampoco vio a su hija cuando esta subió a casa porque no salió al salón. «De lo que pasó esa noche no sabía nada, me enteré una o dos semanas después», ha asegurado. Del mismo modo, ha señalado que el contrato de alquiler lo firmó porque así lo quiso Luis Marcos y que fue también su pareja quien le facilitó la tarjeta y que le ordenaba las compras, ropa y perfumes que luego vendía. Por contra, en su declaración, Luis Marcos, que sólo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha asegurado que él no mató a Alfredo. «No voy a reconocer un delito que no he cometido». Ha contado que fue Pilar quien lo llamó a Córdoba para decirle que había denunciado a su casero, pero que le habían soltado a las 24 horas y que les amenazaba a ella y a su hija. «Ya haré yo lo que tenga que hacer», ha afirmado que le dijo ella. Lleg
Una madre y su hija y sus respectivas parejas se han cruzado acusaciones en el juicio celebrado en Valencia este lunes por la muerte del casero que les alquilaba una habitación a ellas, a quien descuartizaron y quemaron su cadáver. El crimen se cometió en junio de 2022 mientras la víctima -Alfredo- dormía en el sofá. Los cuatro acusados, que se han sentado en el banquillo, han negado ser los autores de su muerte en la primera sesión del juicio que se sigue por jurado popular en la Audiencia Provincial y se han acusado entre ellos. Así, la madre, Pilar; su hija Laura y el novio de ella, Alan, han responsabilizado a la expareja de la primera, Luis Marcos, ante quien sentían «verdadero pánico», según han dicho. Por su parte, el cuarto acusado ha declarado que la propia Pilar le confesó haber matado a Alfredo y que él llegó a la casa cuando el crimen ya se había producido. Su abogado ha explicado que accedió a descuartizar el cadáver y a quemarlo «obcecado» por el «amor» que sentía hacia ella, con la que tenía una orden de alejamiento en vigor por malos tratos . Sin embargo, para Fiscalía se trata de «un cuento de terror » que urdió la madre con un único fin: quedarse con la vivienda y vaciar los 2.000 euros que tenía Alfredo en las cuentas. Ha descrito a Pilar como «una auténtica embaucadora» y «hasta tal límite ideó el plan que incluso falsificó con su pareja el contrato de alquiler que tenía el fallecido con el propietario poniendo sus nombres sin saber que el dueño de la casa había muerto». La convivencia de los tres, según el escrito provisional de Fiscalía, era «problemática» desde que la madre denunció a Alfredo en noviembre de 2021 por un delito de vejaciones injustas en el ámbito familiar «haciendo creer que eran pareja sentimental y por el que fue condenado». Como consecuencia de ello, Alfredo quería que las procesadas se fueran de la casa. Según la Fiscalía, el crimen ocurrió el 27 de junio de 2022 en la vivienda del fallecido, al que posteriormente descuartizaron. A las 0.25 horas del día siguiente lo llevaron en el coche de Alan, en el que también iban Laura y Luis Marcos, a Gestalgar, donde lo quemaron. Los cuatro vivieron juntos en la casa tres meses hasta que fueron detenidos el 20 de septiembre. «Todos acusan a Luis Marcos, pero les probaré que eso no es cierto porque hay conversaciones y whastapps entre ellos los día anteriores y posteriores y se verá que todos van en una misma dirección: asesinar a Alfredo», ha mantenido. Por estos hechos reclama inicialmente para todos ellos 25 años por un delito de asesinato, cuatro meses por profanación del cadáver y otros dos años por estafa. Además a la madre y a su entonces pareja les acusa también de un delito de falsedad en documento privado por el que les pide un año de prisión. Sin embargo, el abogado de la madre pide la libre acusación para su defendida porque asegura que no ha cometido ningún delito. Así, Pilar ha negado haber dado ninguna instrucción o embaucado a nadie para acabar con la vida de su casero -»Alfredo no es justamente mi enemigo», ha afirmado-, con quien discutió por la plaga de chinches que había en la casa y a quien denunció dos veces por agresión. No obstante, ha negado que le denunciara cuando les instó a abandonar la casa. Al respecto, ha mantenido que cuando Luis Marcos se enteró de la agresión le dijo que vendría de Córdoba donde vivía temporada con su madre: 'A ese hijo de puta me lo tengo que quitar de en medio». De hecho Alfredo le enseñó, ha relatado, algún whatsapp con las amenazas de él de que le iba a pegar dos tiros y ella le aconsejó denunciarlo. «Cuando una persona es maltratadora de otra no le pueden tocar su presa y Alfredo me agredió a mí, y yo soy la presa de Luis Marcos», ha señalado para explicar el crimen. Según ha contado, esa noche no salió de la habitación porque se encontraba bajo los efectos de la quimio que estaba recibiendo y se había tomado un fármaco inductor del sueño. Luis Marcos llegó y abrió con sus llaves y entraba y salía de la habitación a beber y fumar, pero «en ningún momento me dijo que había acabado con él». Niega también que ella le diera el cútex y un serrucho para desmembrarlo. Tampoco vio a su hija cuando esta subió a casa porque no salió al salón. «De lo que pasó esa noche no sabía nada, me enteré una o dos semanas después», ha asegurado. Del mismo modo, ha señalado que el contrato de alquiler lo firmó porque así lo quiso Luis Marcos y que fue también su pareja quien le facilitó la tarjeta y que le ordenaba las compras, ropa y perfumes que luego vendía. Por contra, en su declaración, Luis Marcos, que sólo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha asegurado que él no mató a Alfredo. «No voy a reconocer un delito que no he cometido». Ha contado que fue Pilar quien lo llamó a Córdoba para decirle que había denunciado a su casero, pero que le habían soltado a las 24 horas y que les amenazaba a ella y a su hija. «Ya haré yo lo que tenga que hacer», ha afirmado que le dijo ella. Llegó a Valencia por la mañana, en el salón no estaba Alfredo ni vio ninguna actividad, y se fue con Pilar a desayunar y todo el día en un centro comercial. Al volver, ella le dijo: «Te voy a contar toda la verdad». Y, ha afirmado, le confesó que lo había matado con una tabla para cortar carne porque se sentía amenazada, le ató y lo dejó tras el sofá. Fue ella quien le proporcionó las heramientas para descuartizarlo, los guantes y las bolsas de basura. Entonces Pilar llamó a su hija y al novio para que vinieran con el coche para transportarlo y ha negado haberles amenazado con un cuchillo para que le ayudaran y ha afirmado que firmó el contrato y usó las tarjetas -sólo gastó 4,75 euros en un estanco y trató de usarla en una lotería- porque confiaba en Pilar. «Soy una víctima, han jugado conmigo y si me tenían tanto miedo cómo me hacen venir», ha cuestionado. Por su parte, las defensas de Laura y Alan han coincidido en que son inocentes porque cuando se produjo el crimen estaban en casa de la abuela de él en Vilamarxant y que luego actuaron bajo «amenaza y un miedo insuperable» hacia Luis Marcos. Laura, que entonces tenía 18 años, ha contado que recibió un whatsapp en el que le decía que tenía que subir sola y su novio quedarse abajo. «La puerta estaba medio entornada y me encuentro en la entrada una caja de plástico con una bolsa negra dentro y Luis Marcos con la cara desencajada, le pregunté qué ha pasado y me dijo: 'Ha pasado lo que tenía que pasar' y nos amenazó con que lo que había hecho lo podía hacer con cualquiera de los tres o ir al hotel rejas», ha afirmado. Así, la obligó a cargar la bolsa hasta el coche porque pesaba y en el vehículo le ayudó Alan a subirla y ella a bajarla y no preguntó más: «Tenía pánico a Luis, quería saber lo menos posible». Sí que ha reconocido que fue Alan quien propuso ir a Gestalgar porque hacía senderismo y conocía un paraje -»yo pensaba que se quería deshacer de algo material», ha señalado y ha afirmado que la propuesta la hizo su novio «días anteriores». Ha reconocido que usó la tarjeta para compras, «no muchas», porque pensaba que era de Luis Marcos y tenía su permiso y que no se comunicó con su madre hasta una semana después porque sabía que él tenía su móvil. Alan, que únicamente ha contestado a su abogado, ha señalado que no conocía a Alfredo y que nunca fue a la casa antes y que propuso Gestalgar para deshacerse de la bolsa sin saber su contenido. El 20 de septiembre fue él quien llamó a la policía ante la violenta pelea de Pilar y Luis Marcos y que al llegar los agentes les confesó también lo sucedido meses atrás sin saber que estaban siendo investigados y ha asegurado que no lo dijo antes «por miedo».
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