Carlos Bonfil: Emilia Pérez
El capo mexicano de la droga Manitas del Monte tiene el súbito anhelo de cambiar de sexo, y, para lograrlo contrata a la abogada Rita Mora Castro (Zoe Saldaña) mediante una fuerte suma de dinero, para que le procure en Tel Aviv la intervención quirúrgica necesaria, le ayude después a certificar su fingida muerte y asegure el cuidado de su esposa Jessica (Selena Gómez) y sus dos hijos, a quienes Rita procurará un exilio de lujo en Suiza. Después de un tiempo, la joven litigante recibirá una nueva encomienda por parte de un Manitas transfigurado en una mujer atractiva que responde al nombre de Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón). Se trata de que ella pueda convivir de nuevo con su familia haciéndose pasar por una prima lejana del desaparecido Manitas y adoptar así una apariencia nueva como la bondadosa tía Emilia. Por si estos cambios no fueran suficientes, Emilia desea también redimir su pasado sanguinario volviéndose una diligente acompañante y defensora de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos, la mayoría de ellos víctimas de cárteles criminales como el que sigue aún controlando, desde la sombra, el propio Manitas, ahora con identidad transgénero.
El capo mexicano de la droga Manitas del Monte tiene el súbito anhelo de cambiar de sexo, y, para lograrlo contrata a la abogada Rita Mora Castro (Zoe Saldaña) mediante una fuerte suma de dinero, para que le procure en Tel Aviv la intervención quirúrgica necesaria, le ayude después a certificar su fingida muerte y asegure el cuidado de su esposa Jessica (Selena Gómez) y sus dos hijos, a quienes Rita procurará un exilio de lujo en Suiza. Después de un tiempo, la joven litigante recibirá una nueva encomienda por parte de un Manitas transfigurado en una mujer atractiva que responde al nombre de Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón). Se trata de que ella pueda convivir de nuevo con su familia haciéndose pasar por una prima lejana del desaparecido Manitas y adoptar así una apariencia nueva como la bondadosa tía Emilia. Por si estos cambios no fueran suficientes, Emilia desea también redimir su pasado sanguinario volviéndose una diligente acompañante y defensora de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos, la mayoría de ellos víctimas de cárteles criminales como el que sigue aún controlando, desde la sombra, el propio Manitas, ahora con identidad transgénero.
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