Bancos centrales enfrentarán desafíos por incertidumbre política: Agustín Carstens
Agustín Carstens enfatizó que los aranceles no son buenos para el crecimiento, el empleo ni la inflación.
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Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS) aseguró que entre los desafíos que deberán enfrentar los bancos centrales, como el Banxico, hacia delante se encuentra la incertidumbre política en un contexto en el que el panorama geopolítico presenta constantes cambios.
Como parte del Chapultepec Conference, que se realiza en la Ciudad de México, expuso que es probable que la incertidumbre afecte el crecimiento, ya que las empresas pospondrán las inversiones y los hogares podrían evitar grandes compras. Estos efectos tendrían un impacto en la inflación, dijo.
“Es probable que un mundo incierto también sea más volátil, en particular para los mercados financieros. Es probable que en algún momento se resuelvan muchas de las incertidumbres políticas actuales. Dependiendo de las políticas que se adopten, estas decisiones tendrán sus propias consecuencias para el crecimiento y la inflación”, explicó el exsecretario de Hacienda.
¿Qué opina Agustín Carstens sobre los aranceles?
Sobre la imposición de aranceles de Estados Unidos a México y Canadá (los cuales están en pausa), así como a China, Agustín Carstens enfatizó que estas tarifas no son buenas para el crecimiento, el empleo ni la inflación. Calificó estas medidas como “inadecuadas” sin importar cuál sea el objetivo.
“Sin saber qué aranceles se aplicarían ya está teniendo un efecto negativo en muchos sectores de la economía”, sostuvo. Otro desafío que enlistó el gerente general del BIS fue la elevada deuda pública y, en algunos países, la insostenibilidad de las posiciones fiscales.
“Al contribuir a la demanda agregada, aumenta las presiones inflacionarias, complicando el retorno a la estabilidad de precios. Al generar dudas sobre la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas, puede aumentar las primas de riesgo de las tasas de interés y conducir a una depreciación de la moneda”.
El tercer desafío, agregó, es la divergencia internacional, pues en el futuro probablemente las condiciones económicas y las políticas adecuadas sean menos sincrónicas. Un último reto que se detectó fue el del lento crecimiento de la productividad en la mayoría de los países de América, excepto en Estados Unidos.
“El bajo crecimiento de la productividad hace que la vida de los bancos centrales sea mucho más difícil. En particular, crea presión para mantener la flexibilidad en las políticas a fin de sostener el crecimiento económico frente a fundamentos económicos débiles”.
Con este panorama, Carstens manifestó que las medidas específicas para lograr la estabilidad monetaria y financiera son inciertas y dependerá de cómo evolucione la incertidumbre política y de factores que se adopten en última instancia. Instó a los bancos centrales a que estén alerta y listos para actuar con firmeza.
Por último, hizo un llamado a los bancos centrales. “La banca central no es un juego de suma cero. Una inflación superior a la meta o un crecimiento bajo en un país no beneficia a los demás, sino que les hace la vida más difícil. Esto significa que hay un margen significativo para la cooperación. Será mucho más fácil enfrentar los desafíos del mañana juntos que solos”, concluyó.