Análisis de Darkest Dungeon 2 – Más desafiante y oscuro que nunca
Recientemente, he tenido la oportunidad de experimentar Darkest Dungeon 2. Aunque inicialmente esperaba una versión actualizada del…
Recientemente, he tenido la oportunidad de experimentar Darkest Dungeon 2. Aunque inicialmente esperaba una versión actualizada del Darkest Dungeon original, me llevé una grata sorpresa al descubrir que, si bien mantiene su esencia como secuela, su jugabilidad es muy distinta. Y es que Red Hook Studios ha conseguido hacer un trabajo excelente con esta secuela, pese a que es difícil cambiar un estilo de juego y que salga bien.
Mientras que el primer juego seguía un enfoque clásico de RPG, en el que explorábamos mazmorras en un mapa 2D y gestionábamos la luz, la vitalidad y el estrés de los personajes, además de sus mejoras en el pueblo, Darkest Dungeon 2 toma un rumbo diferente. En esta entrega, el juego deja atrás esa estructura clásica y adopta un estilo roguelike con combates por turnos. A lo largo de cada expedición, los personajes obtienen equipamiento y objetos consumibles, aunque estos no se conservarán para la siguiente aventura, lo que añade un nuevo nivel de desafío y estrategia.
Análisis de Darkest Dungeon 2
Una secuela difícil de comparar con el primero
No es fácil comparar Darkest Dungeon 2 con su primera entrega, ya que ambos ofrecen experiencias muy distintas. En lo personal, el enfoque roguelike de esta secuela hace que sea más accesible desde el inicio y que su progresión resulte menos monótona.
Las nuevas mecánicas, como la gestión del estrés, las relaciones entre personajes y el sistema de subida de nivel general, aportan frescura al juego y generan esa sensación constante de querer avanzar un poco más para finalmente alcanzar la montaña. A nivel visual, el salto de los gráficos 2D a 3D es un cambio notable y bienvenido. Aunque el juego no ofrece movilidad en tres dimensiones más allá de manejar la diligencia, la nueva presentación mejora significativamente la experiencia.
En cuanto a los aspectos negativos, Darkest Dungeon 2 sigue siendo un juego con una jugabilidad inicial confusa y dispersa, lo que puede dificultar los primeros intentos. Es un título que requiere paciencia, lectura de tutoriales (que aparecen como notificaciones sin interrumpir la partida) y varias fases de ensayo y error. Con el tiempo, las mecánicas se vuelven más intuitivas y la experiencia se hace cada vez más entretenida.
Cambios en el sistema de juego principal
Darkest Dungeon 2 ha dado un giro radical en su jugabilidad, dejando atrás la mecánica de formar un equipo, equiparlo y adentrarse en mazmorras, para adoptar un enfoque roguelike con combates por turnos.
Esta vez, en lugar de explorar mazmorras en 2D, ahora la aventura transcurre a bordo de un carro, donde en cada bifurcación debes elegir el camino a seguir. A veces conocerás lo que te espera en cada ruta, pero en otras ocasiones avanzarás sin saber qué eventos o peligros te aguardan. Durante la travesía por los caminos también puedes encontrar obstáculos que te rompen las ruedas y el armazón del carro y es importante tenerlo en cuenta para repararlo en las posadas. En caso de que se rompa el carro, se hará una parada para repararlo en la que aparecerá un combate. En dicho combate, una vez por turno un personaje repara el carro y no actúa (aleatoriamente), si no se gestiona correctamente puede pillar la rotura con tu equipo muy dañado y acabar en desastre.
Durante el viaje, los personajes expresarán sus preferencias sobre qué camino tomar, y decidir si hacerles caso o no afectará tanto su afinidad con los compañeros como su nivel de estrés. En ciertos momentos, estas decisiones pueden ser clave para la supervivencia de la expedición.
Otro cambio significativo es el sistema de progresión. En lugar de subir de nivel a los personajes individualmente, ahora es “un nivel general” lo que progresa, desbloqueando nuevos héroes, habilidades y beneficios permanentes. Sin embargo, cada expedición comienza desde cero en términos de objetos, rasgos de personalidad y relaciones entre personajes, lo que añade una capa adicional de estrategia y rejugabilidad.
Cambios en la gestión de los personajes
Otro cambio importante en Darkest Dungeon 2 es la gestión de personajes. En el primer juego, los héroes eran prácticamente desechables. Al regresar a la base, podías reclutar nuevos aventureros y reemplazar a los caídos sin mayor problema. En esta secuela, los personajes son únicos y se desbloquean a medida que avanzas en el juego, aunque hay menos cantidad de héroes que en el primero. Gracias a la subida de personajes por nivel general y la personalización, los personajes no se sienten tan encasillados en su papel. Durante cada expedición, solo puedes llevar un héroe de cada clase y, si alguno muere en el camino, podrás reemplazarlo en la siguiente posada con un personaje de otra clase.
Un aspecto significativo en esta entrega es el desbloqueo de habilidades, que ahora está vinculado a la historia personal de cada héroe. Para conocer su pasado y obtener nuevas habilidades, debes llevarlo a ciertos puntos del recorrido donde podrá hacer una introspección y revelar fragmentos de su historia. Además, antes de cada expedición, puedes gastar una moneda del juego para otorgar a los héroes características pasivas, como mayor vida o evasión al inicio del turno. También puedes desbloquear distintos arquetipos y cambiarlos a cambio de un recurso del juego, lo que añade profundidad a la personalización de los personajes.
Otra novedad es la introducción de relaciones entre los héroes, lo que influye directamente en el combate. Dependiendo de cómo se lleven entre sí, las habilidades de un personaje pueden generar reacciones positivas o negativas en sus compañeros. Una relación tensa puede provocar estados perjudiciales o incluso interferir en la ejecución de habilidades, mientras que una relación armoniosa puede potenciar ciertas acciones.
El nivel de luz también juega un papel clave en las relaciones. Una iluminación baja aumenta la probabilidad de conflictos entre personajes, mientras que una luz abundante favorece la armonía entre ellos. En las posadas, cada personaje tiene distintas probabilidades de llevarse bien o mal con sus compañeros, añadiendo un elemento de incertidumbre y estrategia a la gestión del grupo.
Un apartado gráfico renovado
Uno de los cambios más notables en Darkest Dungeon 2 es la transición del 2D al 3D. Los modelos en 3D están muy bien logrados, manteniendo la esencia artística del primer juego. Aunque los personajes no pueden moverse libremente y solo realizan animaciones durante los ataques y ciertas interacciones, la fluidez de las animaciones y el diseño tan detallado que tienen hacen que cada acción se sienta impactante y bien integrada en la estética oscura del juego.
El diseño de los enemigos es otro de los aspectos destacables. En comparación con la primera entrega, hay una mayor variedad de diseños, con criaturas y adversarios que encajan perfectamente en la atmósfera opresiva del juego. Cada facción enemiga tiene un estilo visual distintivo que refuerza la identidad de las diferentes regiones que recorres, lo que añade riqueza al mundo de Darkest Dungeon 2.
En cuanto a los escenarios, el juego abandona la exploración clásica de mazmorras y se centra en recorrer caminos con un carro, donde debes elegir la mejor ruta en función de los eventos que puedas encontrar. A nivel visual, los entornos están muy bien diseñados y logran transmitir la sensación de desesperanza y peligro que define la saga. Sin embargo, aquí es donde el juego muestra una de sus debilidades: la repetitividad de los caminos. Dentro de una misma zona, los trayectos son prácticamente idénticos en cada partida, con obstáculos que añaden poca variación en el diseño de los entornos. Esto puede hacer que, tras varias expediciones, la exploración pierda frescura y se vuelva predecible.
Además, las ubicaciones clave, como las atalayas, los cubiles enemigos o las zonas de ayuda, cuentan con un único diseño visual, lo que contribuye a la sensación de repetición. Un poco más de variedad en la ambientación de estos puntos podría haber ayudado a mantener la inmersión y hacer que cada recorrido se sintiera único.
Pese a estas limitaciones, el apartado gráfico en su conjunto es un gran acierto. La dirección artística sigue siendo uno de los puntos fuertes de la saga, con una estética oscura y detallada que logra transmitir la sensación de opresión y desesperación característica de Darkest Dungeon. El cambio a 3D ha permitido enriquecer la experiencia visual, añadiendo profundidad y dinamismo a los combates sin perder la identidad visual que hizo destacar al primer juego.
El estrés una mecánica heredada pero actualizada
Una de las mecánicas principales en Darkest Dungeon 2 es el estrés de los personajes y, aunque esta mecánica ya estaba presente en el juego original, en esta secuela ha sido rediseñada para adaptarse mejor a su nueva estructura.
En el primer Darkest Dungeon, el estrés se medía en un rango de 0 a 200 y podía aumentar por diversas razones, como la muerte de un compañero, la falta de luz en la mazmorra, recibir un golpe crítico o ciertos ataques enemigos. Al alcanzar los 100 puntos, el personaje podía reaccionar de dos maneras: volverse virtuoso, lo que le otorgaba beneficios temporales, o afligirse, lo que incrementaba el estrés del grupo en cada turno. Si el estrés llegaba a 200, el personaje sufría un ataque al corazón y moría instantáneamente.
En Darkest Dungeon 2, el estrés funciona de manera diferente. Ahora se mide en un rango de 0 a 10 y es visible en todo momento bajo la barra de vida de cada personaje. Al alcanzar el nivel máximo de estrés, el héroe puede sufrir una crisis o, por el contrario, inspirarse. Si entra en crisis, aumentará el estrés del grupo y deteriorará las relaciones con sus compañeros. Si se inspira, obtendrá un beneficio temporal, reducirá el estrés de los aliados y mejorará la cohesión del equipo. Tras cualquiera de estos eventos, el estrés del personaje se reiniciará a 0.
A diferencia del juego anterior, donde el estrés estaba influenciado principalmente por eventos de combate y exploración, en esta secuela también se ve afectado por las decisiones que tomes durante el viaje y por las relaciones entre los personajes. Esto añade una nueva capa de estrategia, ya que gestionar el estrés de manera efectiva se vuelve crucial para la supervivencia y el éxito de la expedición.
DLC: The Binding Blade
Este DLC incorpora al plantel dos nuevos personajes jugables e introduce una variedad de novedades que enriquecen la experiencia de Darkest Dungeon 2. Se han añadido nuevas misiones, baratijas, enemigos y relatos únicos que profundizan en el trasfondo de los héroes, expandiendo así el lore del juego.
Asimismo, esta actualización no solo amplía el contenido, sino que también corrige diversas inconsistencias y problemas presentes en la versión base, mejorando el equilibrio y la fluidez de la jugabilidad. Con estos ajustes, el juego se siente más pulido y ofrece una experiencia más envolvente y desafiante.
La principal novedad es la incorporación de nuevos héroes, entre ellos la Duelista, Sahar. Esta combatiente destaca por su dominio del florete y su estilo de lucha basado en posturas. Su versatilidad le permite alternar entre una posición ofensiva y defensiva, activando bonificaciones reactivas tras cada acción. Además de facilitar contraataques y cambios de posición en la fila, sus posturas le permiten ejecutar ataques que ignoran efectos defensivos enemigos, como bloqueo, evasión y contraataque. Suena bien pero personalmente es una de las que menos me ha gustado debido a su complejidad.
El otro héroe añadido en el DLC es el Cruzado, una poderosa clase cuerpo a cuerpo que se desbloquea tras completar una misión especial. Para acceder a ella, debes equipar un casco obtenido en la primera posada, lo que activa un desafío que aumenta la dificultad de la expedición. Si logras recuperar las piezas de su armadura, el Cruzado se unirá permanentemente a tu equipo.
Este guerrero es una fuerza formidable en primera línea, combinando resistencia y poder ofensivo, similar al Hombre de Armas. Su gran ventaja radica en sus habilidades de supervivencia, que le permiten mantenerse en combate por más tiempo. Entre ellas destacan Cosecha, que le permite curarse mientras ataca a múltiples enemigos, Curación de batalla, con la que puede sanar a un aliado, y Resplandor, que otorga curación prolongada y resistencia al fuego.
En este DLC además incluye un nuevo jefe, el Señor de la Guerra, el cual llega acompañado de sus temibles esbirros llamados, el Espadachín y el Lancero.
El Señor de la Guerra se especializa en ataques devastadores, por lo que es fundamental contar con un personaje resistente en la primera línea, y si el jefe se desplaza a la última fila, otorgará poderosas mejoras a sus aliados, aumentando su Fuerza, Velocidad y Probabilidad de Crítico. He de añadir que en los encuentros que he tenido con este enemigo no he podido vencerlo. Pero seguro que si os lo proponéis no será un problema.
Conclusiones – Análisis de Darkest Dungeon 2
Nos ha gustado jugar a este juego durante horas, toma la fórmula del juego original y la revitaliza, mejorando mecánicas que antes eran algo tediosas y añadiendo nuevas. Volver el juego un rogelike es todo un acierto, hace que cada vez que juegues la partida sea diferente, debido a que obtienes objetos diferentes y los personajes tienen personalidades y relaciones diferentes con los otros integrantes. En cuanto al apartado gráfico y sonoro, llega a gustar pero sin conseguir la inmersión que esperábamos.
En cuanto a la jugabilidad, tiene un arranque bastante espeso, el juego va mostrando tutoriales que debes leer detenidamente, y aun así hay muchas cosas que descubres bien cómo funcionan tras las sucesivas vueltas. Este arranque tan confuso y lento, puede no ser plato de buen gusto para todos los jugadores, y que no le den una oportunidad a la experiencia que ofrece. El apartado interfaz es un punto sin duda a mejorar, aunque al final, con el uso te acostumbras a él y puedes manejarlo rápidamente.
En definitiva, el juego nos ha gustado y parece muy interesante la propuesta que trae. Tiene un arranque bastante pesado, pero después de unas horas de juego te enganchará y querrás hacer más y más expediciones.