Sobre el PIB y las finanzas públicas en 2024

La manufactura parece estar recuperándose, lo que debería darle un impulso importante a la economía mexicana, junto con las empresas que están llegando a colocar sus plantas en los parques industriales.

Feb 4, 2025 - 15:42
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Sobre el PIB y las finanzas públicas en 2024

Los participantes de los mercados financieros a nivel global, así como una gran cantidad de personas estuvimos atentos a los anuncios del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en torno a la amenaza de imponer un arancel de 25 por ciento a todos los bienes importados de México. Afortunadamente, la oportuna y bien llevada negociación de la presidenta Sheinbaum y su equipo, así como las consecuencias negativas para el propio EU, hicieron que se pudiera posponer la entrada en vigor de dicha política comercial por un mes.

Sin embargo, no hay que dejar de lado que la semana pasada se publicaron dos reportes muy relevantes sobre la economía de nuestro país: El Producto Interno Bruto (PIB) y el Informe Trimestral de Finanzas Públicas del cuarto trimestre de 2024. Por un lado, el PIB dejó ver que la economía mexicana se está desacelerando y no acelerando, como aparentemente sugería el crecimiento trimestral de 1.1 por ciento del tercer trimestre. Por otro lado, el déficit público terminó ligeramente por abajo de lo que el propio gobierno había estimado (y que el Congreso había aprobado). Dedicaré el espacio que resta para proveer algunos detalles sobre estos dos reportes.

PIB refleja desaceleración. Cuando la actividad económica registra una contracción –como ocurrió en el cuarto trimestre del año pasado–, detona una serie de opiniones sobre la posibilidad de que el país se encuentre en recesión. Si bien, determinarlo le corresponde al Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México, auspiciado por el IMEF, considero que con los datos que tenemos hasta ahora y tomando en cuenta que este es el dato ‘preliminar’ del PIB, nuestro país no se encuentra en recesión por tres razones: (1) El PIB registró una contracción trimestral de 0.6 por ciento, pero venía de un crecimiento de 1.1 por ciento en el tercer trimestre, que como comenté en este espacio anteriormente, consideraba que no había que interpretarlo como una aceleración debido a que hubo una serie de eventos atípicos de una sola vez que hicieron que fueran demasiado débiles los datos del último trimestre de 2023 y la primera mitad del 2024 (“Crecimiento económico: más allá de las apariencias”, 26 de noviembre).

De esta manera, el aparentemente fuerte crecimiento no fue tan significativo en 3T 24, ni la contracción tan considerable en 4T 24. Así, por el criterio de profundidad, no se aprecia una recesión; (2) la contracción económica en 4T 24 se concentró en la producción agropecuaria y en la producción industrial. El efecto negativo del fenómeno climatológico de “El Niño”, exacerbado por el cambio climático, así como la debilidad global manufacturera postpandemia. El criterio de dispersión tampoco señalaría que nos encontramos en recesión; y (3) en cuanto al criterio de duración, éste puede empezar a ser un tema porque pareciera que el crecimiento lento inició a finales de 2023 y de alguna u otra manera se extendió al menos hasta finales de 2024. En cuanto al empleo, a pesar de que la tasa de desempleo se ubicó en un nivel muy bajo históricamente en diciembre (2.6 por ciento), la dinámica del empleo formal –utilizando la serie de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)–, ha mostrado una desaceleración significativa, con una creación de menos de 220 mil empleos en 2024, cuando en los últimos años se habían registrado más de 700 mil empleos. Se considera una regularidad estadística que el empleo responda de manera tardía a los ciclos económicos. Esto se debe a que las empresas tienden a esperar a que se confirme una recesión antes de llevar a cabo despidos, debido a los costos en los que tiene que incurrir para encontrar y entrenar a nuevo personal. De la misma manera las empresas esperan a que se confirme la fase de expansión económica antes de contratar personal. Así, la reacción que ya hemos observado en el empleo formal podría sugerir que la debilidad económica lleva ya cierto tiempo.

Este año, como he comentado en este espacio anteriormente, considero que hay razones para pensar que podemos ver mejores perspectivas de crecimiento que las que el consenso de analistas proyecta (1.1 por ciento). Por un lado, queda claro que cada inicio de sexenio la economía mexicana se desacelera en promedio alrededor de 2.6 puntos porcentuales (pp), con respecto al último año del gobierno anterior (2007: -2.7 pp; 2013: -2.7pp; 2019: -2.4pp). No obstante lo anterior, considero que esto ha ocurrido por una combinación de desaceleración significativa del gasto corriente, debido al cambio del equipo hacendario –entre otros–, y por errores de política económica (e.g. cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en 2018, cambio de la fórmula para otorgar los subsidios a la vivienda en 2013). Por otro lado, la manufactura parece estar recuperándose, lo que debería darle un impulso importante a la economía mexicana, junto con las empresas que están llegando a colocar sus plantas en los parques industriales que se desarrollaron entre 2022 y 2024. Si bien la incertidumbre que generan las políticas del presidente de EU, Trump, pueden desincentivar más inversión en el corto plazo, al menos estará lo que se ha venido construyendo en estos años.

Menor déficit del estimado por Hacienda en 2024. En el reporte de finanzas públicas del cuarto trimestre de 2024 –también publicado la semana pasada–, se observa que el déficit público –en su definición más amplia que incluye Pemex y CFE–, se ubicó en 5.7 por ciento del PIB, 0.2 puntos porcentuales (pp) por debajo de lo estimado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en el documento de Criterios Generales de Política Económica 2025 (CGPE). Esto es positivo debido a que –entre otras cosas–, se necesitará una consolidación fiscal de menos de 2.0pp. para poder cumplir con la meta de déficit de este año de 3.9 por ciento del PIB.