Salida de EU del Acuerdo Climático de París golpeará más que en 2017: expertos
Forbes México. Salida de EU del Acuerdo Climático de París golpeará más que en 2017: expertos Estados Unidos produce hoy alrededor del 13% de las emisiones mundiales de CO2, por lo que expertos se muestran preocupados de su salida del Acuerdo de París. Salida de EU del Acuerdo Climático de París golpeará más que en 2017: expertos Forbes Staff
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Salida de EU del Acuerdo Climático de París golpeará más que en 2017: expertos
Una segunda salida de Estados Unidos del principal acuerdo climático del mundo tendrá un mayor impacto -en el país y en el mundo- que la primera retirada en 2017, dijeron analistas y diplomáticos.
Uno de los primeros actos del presidente Donald Trump al regresar al cargo el lunes fue abandonar el Acuerdo de París, como parte de sus planes para detener la acción contra el cambio climático de Estados Unidos.
El impacto será aumentar la probabilidad de que el calentamiento global se intensifique, frenar la financiación internacional de Estados Unidos para el clima y dejar a los inversores teniendo que adaptarse a la divergencia entre las reglas verdes europeas y estadounidenses.
La retirada de Estados Unidos entrará en vigor en un año, más rápido que el período de salida de tres años y medio cuando Trump abandonó por primera vez el Acuerdo de París en 2017.
Desde entonces, el cambio climático se ha vuelto más extremo.
El año pasado fue el más caluroso del planeta en los registros y el primero en el que la temperatura promedio global superó los 1.5 grados centígrados de calentamiento, el límite bajo que los países intentan no rebasar según el Acuerdo de París.
“Nos enfrentamos a la posibilidad de superar los 1.5 grados centígrados, algo cada vez más probable”, dijo la catedrática de Derecho Christina Voigt, de la Universidad de Oslo.
“Lo que, por supuesto, pone de relieve la necesidad de una acción mundial mucho más ambiciosa contra el cambio climático”, añadió.
El clima actual, medido por décadas, es 1.3 ºC más cálido que en la época preindustrial, y va camino de calentarse al menos 2.7 ºC este siglo. Aunque peligroso, es menos grave que los 4 ºC previstos antes de que los países negociaran el Acuerdo de París de 2015.
El compromiso de cada país con el objetivo de París es voluntario. No obstante, se espera que Trump elimine el plan nacional de reducción de emisiones de Estados Unidos y posiblemente también los créditos fiscales de la era Biden para proyectos de reducción de emisiones de CO2.
Todo ello “pondrá aún más en peligro la consecución de los objetivos de temperatura del Acuerdo de París”, dijo Michael Gerrard, profesor de Derecho de la Facultad de Derecho de Columbia.
“Eso tiene obviamente un impacto en los demás. Quiero decir, ¿por qué deberían otros seguir limpiando si uno de los jugadores importantes abandona de nuevo la sala?”, sostuvo por su parte Paul Watkinson, un exnegociador climático francés que trabajó en el Acuerdo de París de 2015.
Algunos estados de Estados Unidos han dicho que continuarán con la acción climática.
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A pesar de la orientación política, una economía favorable impulsó un auge de la energía limpia durante el primer mandato de Trump, con el bastión republicano de Texas a la cabeza de la expansión récord de la energía solar y eólica en Estados Unidos en 2020, según datos del Gobierno estadounidense.
Pero Trump ya tomó medidas para tratar de evitar que eso se repita, suspendiendo el lunes los contratos de arrendamiento de energía eólica marina y revocando los objetivos de vehículos eléctricos de Biden.
Estados Unidos produce hoy alrededor del 13% de las emisiones mundiales de CO2, pero es responsable de la mayor parte del CO2 liberado a la atmósfera desde la Revolución Industrial.
Como parte de la salida del Acuerdo de París, Trump ordenó el cese inmediato de toda la financiación prometida en el marco de las negociaciones de la ONU sobre el clima.
El cambio costará a los países más pobres al menos 11,000 millones de dólares, la contribución financiera récord del Gobierno de Estados Unidos entregada en 2024 para ayudarles a hacer frente al cambio climático.
En conjunto, todos los Gobiernos de los países ricos aportaron 116,000 millones de dólares en financiación climática para los países en desarrollo en 2022, según los últimos datos disponibles de la OCDE.
Eso no incluye la enorme financiación gubernamental para el clima que Biden puso en marcha en Estados Unidos, cuyo futuro bajo Trump es incierto.
Según el grupo de investigación sin ánimo de lucro Climate Policy Initiative, el gasto total de Estados Unidos en materia de clima -tanto nacional como internacional, de fuentes privadas y públicas- aumentó a 175,000 millones de dólares anuales en 2021-2022, impulsado masivamente por la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 de la era Biden.
Estados Unidos también es responsable de financiar alrededor del 21% del presupuesto básico de la secretaría del clima de la ONU, el organismo que dirige las negociaciones mundiales sobre el cambio climático, que enfrenta un déficit de financiación.
Salida del Acuerdo de París podría ser alarmante para bancos y empresas
La coalición We Mean Business, que cuenta con el respaldo de Amazon y Meta, afirmó que la alteración del entorno empresarial estadounidense por parte de Trump podría impulsar la inversión ecológica en otros lugares.
Podría “abrir la puerta a otras grandes economías para atraer mayores inversiones y talento”, dijo el grupo sin ánimo de lucro.
Tres inversores dijeron que la transición a la energía verde, incluso en Estados Unidos, seguirá adelante a pesar de todo.
Uno de los efectos de la salida de París será impedir que las empresas estadounidenses vendan créditos de carbono en un mercado de carbono respaldado por la ONU que podría estar valorado en más de 10,000 millones de dólares en 2030, según el proveedor de información financiera MSCI.
Aunque ya no podrían ganar dinero con la venta de los créditos sobrantes, las empresas estadounidenses podrían comprarlos de forma voluntaria.
Las aerolíneas estadounidenses, por ejemplo, podrían seguir comprándolos para cumplir los objetivos climáticos de la ONU en el sector de la aviación, según Owen Hewlett, director técnico de Gold Standard, empresa que establece normas para el mercado del carbono.
La retirada de París también es un problema para los bancos y gestores de fondos, atrapados entre la retirada de Estados Unidos y la presión de Europa para que cumplan más rápidamente sus objetivos climáticos.
“Los gestores de activos estadounidenses con clientes europeos tendrán que tener dos cabezas como Jano”, dijo Mark Campanale, fundador de la organización sin ánimo de lucro Carbon Tracker Initiative. “¿Se arriesgarán a perder clientes europeos para contentar a los políticos estadounidenses? Lo dudo”.
Los bancos estadounidenses ya han abandonado una coalición climática del sector bancario tras las críticas de los republicanos.
Eso no les exime, ni a ellos ni a otras empresas multinacionales, de la necesidad de cumplir las estrictas normas europeas sobre informes de sostenibilidad que se avecinan.
Dado el mosaico de políticas climáticas mundiales, es probable que las empresas mantengan sus esfuerzos climáticos, pero adoptando tácticas ecológicas de ocultación, afirmó.
Con información de Reuters
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