Hay una carrera silenciosa por hacerse con las ondas de la Luna: decenas de empresas han reclamado parte de su espectro
No solo agencias espaciales y gobiernos están apuntando a la Luna. Cada vez son más las empresas privadas que compiten por explotar sus recursos. Especialmente, el espectro de radio que se usará para las comunicaciones y la transmisión de datos en el espacio hacia y desde la Luna. El sector privado reclama las ondas lunares. En los últimos 15 años, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) ha recibido más de 50 solicitudes para utilizar el espectro electromagnético en torno a la Luna. En el último año, el número de solicitudes de carácter comercial ha superado por primera vez a las presentadas por agencias espaciales y gobiernos, revela el Financial Times. Un importante punto de inflexión en la carrera por la economía cislunar. En Xataka En 2011, un coleccionista compró en Marruecos un meteorito. Ha resultado ser una prueba directa de agua termal en Marte Las empresas ponen rumbo a la Luna. Hace unos días, SpaceX lanzó por primera vez dos módulos lunares en un mismo cohete: Blue Ghost, de la empresa estadounidense Firefly Aerospace, y Resilience, de la empresa japonesa ispace, ambas fuertemente financiadas por la NASA o la agencia espacial JAXA. Pero el transporte no es la única función que puede desarrollar el sector privado en la Luna. Intuitive Machines ganó el año pasado un contrato de 4.800 millones de dólares de la NASA para desarrollar una constelación de satélites que transmitan datos entre la Luna y la Tierra. Una tendencia emergente. Según un informe de la consultora Analysys Mason, de las 450 misiones lunares previstas para la próxima década, aproximadamente la mitad serán ejecutadas por el sector privado, generando unos ingresos potenciales de 151.000 millones de dólares. La creciente actividad de empresas privadas en el ámbito lunar se traduce en la presentación de numerosas solicitudes para operar sistemas satelitales y misiones destinadas a la superficie lunar, que necesitan transmitir datos. Las implicaciones regulatorias. El auge de las solicitudes para explotar el espectro lunar pone de relieve la necesidad de replantear y actualizar la normativa internacional que regula el uso de las frecuencias en el espacio. Un proceso que será clave para evitar conflictos y garantizar que la infraestructura que sustente la economía cislunar se desarrolle de manera ordenada y segura. La próxima Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones (WRC), que se celebrará en 2027, tiene entre sus objetivos "revisar las disposiciones relativas a la gestión del espectro en la Luna", permitiendo que los Estados miembros decidan nuevas regulaciones orientadas a la economía lunar emergente. El punto de vista de los astrónomos. Mientras el sector privado se lanza a conquistar el espectro lunar, otra corriente de debate cobra fuerza en el ámbito científico. Los astrónomos, en particular, piden proteger la cara oculta de la Luna, reconocida como el lugar más silencioso en señales de radio del sistema solar porque da la espalda a la Tierra. La cara oculta de la Luna es ideal para instalar radiotelescopios que capten señales de los inicios del universo, pero corre el riesgo de que la instalación de infraestructuras de comunicación, como constelaciones de satélites y relés de datos, impidan aprovechar su oscuridad tan preciada. Imagen | NASA Goddard En Xataka | China quiere alojar a 5.000 científicos de todo el mundo en su futura base lunar. Los primeros, a partir de 2035 - La noticia Hay una carrera silenciosa por hacerse con las ondas de la Luna: decenas de empresas han reclamado parte de su espectro fue publicada originalmente en Xataka por Matías S. Zavia .
No solo agencias espaciales y gobiernos están apuntando a la Luna. Cada vez son más las empresas privadas que compiten por explotar sus recursos. Especialmente, el espectro de radio que se usará para las comunicaciones y la transmisión de datos en el espacio hacia y desde la Luna.
El sector privado reclama las ondas lunares. En los últimos 15 años, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) ha recibido más de 50 solicitudes para utilizar el espectro electromagnético en torno a la Luna.
En el último año, el número de solicitudes de carácter comercial ha superado por primera vez a las presentadas por agencias espaciales y gobiernos, revela el Financial Times. Un importante punto de inflexión en la carrera por la economía cislunar.
Las empresas ponen rumbo a la Luna. Hace unos días, SpaceX lanzó por primera vez dos módulos lunares en un mismo cohete: Blue Ghost, de la empresa estadounidense Firefly Aerospace, y Resilience, de la empresa japonesa ispace, ambas fuertemente financiadas por la NASA o la agencia espacial JAXA.
Pero el transporte no es la única función que puede desarrollar el sector privado en la Luna. Intuitive Machines ganó el año pasado un contrato de 4.800 millones de dólares de la NASA para desarrollar una constelación de satélites que transmitan datos entre la Luna y la Tierra.
Una tendencia emergente. Según un informe de la consultora Analysys Mason, de las 450 misiones lunares previstas para la próxima década, aproximadamente la mitad serán ejecutadas por el sector privado, generando unos ingresos potenciales de 151.000 millones de dólares.
La creciente actividad de empresas privadas en el ámbito lunar se traduce en la presentación de numerosas solicitudes para operar sistemas satelitales y misiones destinadas a la superficie lunar, que necesitan transmitir datos.
Las implicaciones regulatorias. El auge de las solicitudes para explotar el espectro lunar pone de relieve la necesidad de replantear y actualizar la normativa internacional que regula el uso de las frecuencias en el espacio. Un proceso que será clave para evitar conflictos y garantizar que la infraestructura que sustente la economía cislunar se desarrolle de manera ordenada y segura.
La próxima Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones (WRC), que se celebrará en 2027, tiene entre sus objetivos "revisar las disposiciones relativas a la gestión del espectro en la Luna", permitiendo que los Estados miembros decidan nuevas regulaciones orientadas a la economía lunar emergente.
El punto de vista de los astrónomos. Mientras el sector privado se lanza a conquistar el espectro lunar, otra corriente de debate cobra fuerza en el ámbito científico. Los astrónomos, en particular, piden proteger la cara oculta de la Luna, reconocida como el lugar más silencioso en señales de radio del sistema solar porque da la espalda a la Tierra.
La cara oculta de la Luna es ideal para instalar radiotelescopios que capten señales de los inicios del universo, pero corre el riesgo de que la instalación de infraestructuras de comunicación, como constelaciones de satélites y relés de datos, impidan aprovechar su oscuridad tan preciada.
Imagen | NASA Goddard
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Hay una carrera silenciosa por hacerse con las ondas de la Luna: decenas de empresas han reclamado parte de su espectro
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Matías S. Zavia
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